jueves, noviembre 11, 2010

NOTICIAS QUE SON ABERRACIONES

Saludos para todos. Lorenzo Gonzalo



Noticias que son aberraciones

Por Lorenzo Gonzalo, 11 de Noviembre del 2010

Las personas acostumbradas a indagar y leer entre líneas las informaciones que nos llegan de Cuba a través de la media tradicional, no nos alarmábamos al leer la prensa estadounidense. Especialmente cuando las noticias venían del Sur de La Florida y específicamente de la ciudad de Miami.

La política agresiva y la intolerancia de las sucesivas Administraciones de Washington hacia el proceso revolucionario cubano, podían explicar las desinformaciones. La propaganda sucia se convirtió en costumbre desde 1959 y por tanto, no había razones para el asombro. Esa propaganda se dirigía a desacreditar al gobierno de Cuba, pero en la medida que se fue exacerbando se transformó en insultos a la población.

Por ejemplo, comentar despectivamente o con sorna la humilde atención médica ofrecida a la ciudadanía, sin acentuar que tiene un carácter universal y una atención profesional capaz de resolver con procedimientos simples la salud de toda la población, es insultar una sociedad que agradece el esfuerzo y se ufana del servicio. Además, para analizar la atención médica en Cuba estamos obligados a transitar por las dificultades que el Bloqueo de Estados Unidos le ocasiona. Lo mismo sucede, cuando con semejante tono hablan de las carencias alimenticias. La ceguera de los medios, financiados por los intereses que conspiran contra la estabilidad del Estado cubano, ni siquiera les permite abordar estos problemas sin ofender a la ciudadanía en general. Es cierto que muchos resultados son insuficientes, pero alcanzan a resolver aspectos esenciales de los cuales carecen cinco mil millones de personas en el Planeta. Por temporadas, esta prensa se dedica a resaltar una supuesta prostitución en la Isla, ignorando que las escuelas secundarias y las universidades de Estados Unidos, están inundadas de jovencitas, que por las noches se ganan la vida desnudándose en clubes de adultos. Por otra parte, ignoran el papel que juega la media donde escriben, favoreciendo contactos sexuales de carácter comercial, a través de sus páginas de anuncio.

Sin embargo, desde hace unos años, nos resulta alarmante el papel adoptado por la prensa europea en este sentido. Se ha hecho más reaccionaria y más estadounidense. La identificación con las políticas que les llegan de ultramar son incorporadas a su diario quehacer, con cínica normalidad.

Abusar de las tragedias y desdichas que viven los pueblos para criticar a sus gobiernos o descalificar sus respectivos Estados, es una infamia. Sabemos que no pueden dejar de mencionarse semejantes hechos, pero el enfoque, si pretende ser constructivo, debe concentrarse en los aspectos estructurales requeridos para subsanar las deficiencias.

Lo que ocurre con la prensa estadounidense y desde hace unos años con la europea, es que las críticas y las informaciones, no están dirigidas a incorporar a las naciones al marco de una sana comunidad internacional, sino a cambiar gobiernos o aquellas formas de Estado, que no se advienen a los intereses de determinadas personas o de conglomerados económicos.

Llama la atención últimamente, la cobertura ofrecida en Europa, a una persona que en Cuba optó por hacer huelgas de hambre para exigir del gobierno cualquier cosa que le viniese en mente.

Sin entrar a analizar las características del personaje, las cuales han sido expuestas con detalle y aguda lógica por el Dr. Salim Lamrani, profesor de civilizaciones en la Universidad de La Sorbona de París, debemos destacar la falta de proporción entre esa noticia y otros hechos similares que nunca llegaron a primera plana.

Huelgas de ese tipo, pero más serias, como la de los indios mapaches en Chile y unos trabajadores del sindicado de electricidad de Mexico, se han sucedido. Otras en el pasado terminaron en muerte. Algunas de esas tragedias en países tan civilizados como la Gran Bretaña, Francia y España. Esto se ha mencionado en varias oportunidades pero vale la pena insistir ante la inconsistencia de la prensa de Estados Unidos y Europa. Sobre todo en esta última, a quien aparentemente la han encomendado el trabajo sucio, por el descrédito que significa recurrir a tan bajos procedimientos informáticos. A este hombre casi lo han convertido en un payaso de circo. Si nadie hablase de este señor, seguramente ya hubiese abandonado su interés por hacer de semejante conducta una profesión y no se le estimularía a un trabajo que puede constarle la vida. Evidentemente un desenlace de este tipo sería responsabilidad absoluta de esos medios.

El señor Guillermo Fariñas, al margen de algunas mentirillas como la de haber participado en la Guerra de Angola, algo desmentido por colegas suyos críticos del gobierno cubano, no realiza un acto meritorio.

Algunas personas, escuchando la noticia, piensan que se trata de alguien serio, aduciendo que “sólo un idealista”, es capaz de hacer algo que pueda conducirlo a la muerte. Yo he visto a más de una persona, lacerarse el cuerpo por el terror que situaciones tensas les ha causado y dicha conducta nada tiene que ver con idealismo. Pero, avanzando más allá, tendríamos que decir que quienes derribaron las Torres Gemelas, evidentemente eran idealistas y sin embargo, recurrieron a un procedimiento que ocasionó la muerte de miles de víctimas inocentes. Indudablemente el mejor de los idealismos puede conducir al peor de los crímenes. Quienes abrazaron el fascismo alemán eran idealistas y los miles de asesinatos a personas inocentes, no justifican los basamentos de sus ideas.

Este señor cubano, convertido en huelguista por los medios comprometidos, asume esa conducta en medio de un trabajo de renovación en el cual participan millones de cubanos, para encauzar el proceso de formación de un Estado de nuevo tipo. Con su actitud, sirve de propaganda a los intereses que han conspirado por defecto, contra ese proceso y se han declarado enemigos patológicos de sus diferentes etapas.

Prescindiendo del idealismo de esta persona o de sus afanes protagónicos, facilitados por una propaganda gratuita para él, pero pagada por quienes a voluntad han querido convertirse en enemigos de ese país, millones de personas en Cuba pueden pensar, que su conducta lacera sus esperanza de hallar nuevos derroteros, en medio de un acoso único en la historia de nación alguna.

Es importante poner en perspectiva el trabajo de la prensa europea. Más importante aun es que los lectores de algún modo se esfuercen en conocer y analizar más a fondo los aspectos objetivos del proceso que está teniendo lugar en la Isla.

Se trata fundamentalmente de que la prensa renuncie a acercar el brasero a su sardina, rompa con sus parcialismos bochornosos y adecue sus criterios, por muy válidos que sean, a las realidades.

Los países donde funcionan estos medios están ante una crisis horrorosa. Está bien que los señalen y muestren estadísticas, pero también es importante que destaquen la inadecuación de los procedimientos económicos que los producen. Cuba no es el único país con estructuras inadecuadas. Quizás sea la que menos problemas tenga en ese sentido.

El derecho a expresarse sobre cualquier nación es inherente a la prensa. Pero hay una ética que desaparece, donde la propaganda y la distorsión de los hechos comienzan.

La noticia sobre Guillermo Fariñas, un pobre hombre convertido en instrumento de poderosos intereses, no es noticia: es una aberración.

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