Desde Venezuela
EL GENERAL SOTILLO Y LA BATALLA DE COPLÈ
ELIGIO DAMAS
La sola mención de su nombre provocaba conmociones y conflictos, estimulaba manifestaciones adversas y adhesiones. Nombrarlo desataba torbellinos. Era una fuerza telúrica descomunal que atraía a todos los hombres inquietos e inconformes que deseaban y soñaban un orden más justo. Se llamó Ezequiel Zamora, el popular y legendario general de los federalistas de Venezuela. Era la figura que organizaba y ordenaba toda la oposición contra la godarria que gobernaba a través del general José Antonio Páez. Todos los anhelos de transformación y de construcción de una patria grande, represados desde el momento mismo de la muerte del Libertador y la división de la Gran Colombia, se desataban al sólo paso de este "Valiente Ciudadano".
Eso explica que Juan Sotillo y Julio Monagas en 1859, al mando de un grueso cuerpo de caballería de tres mil quinientos jinetes, decidan marchar rumbo al occidente del país para incorporarse a las fuerzas de Zamora. Pocos días antes habían sido derrotados por el general paecista Mauricio Zamora.
Carecían de respaldo de infantería y les faltaban armas de fuego.
En poco tiempo, desde su invasión por Tabasca, el viejo Sotillo logró aglutinar alrededor suyo esa fuerza respetable, circunstancia que por sí sólo habla de su prestigio, ganado en las jornadas gloriosas de la independencia. Y esa figura procera, al pasar por el oriente del Guárico produjo conmoción y puso en movimiento una indiada numerosa que acudía a las orillas de los caminos a espe¬rar que pasase para unírsele. Este fenómeno fue aprovechado por el godo Mauricio Zamora, quien utilizó las banderas blancas que identificaban al ejército de Sotillo y atrajo inocentes grupos de indios de manera inmisericorde les insultó y alanceó.
Por el camino supo el general santanero que Ezequiel Zamora había muerto en la batalla de Santa Inés. Y allá en Cojedes, en la población del Tinaco, ya muerto Zamora, Sotillo y Juan Crisóstomo Falcón, convertido éste por aquella circunstancia lamentable en la primera figura del movimiento liberal federalista, se acordaron. Fue una victoria inesperada para el segundo.
Se pensaba que Sotillo no apoyaría la jefatura de Falcón.
En 1889, en París, Guzmán Blanco escribió un texto en el cual acusó al general Sotillo de la responsabilidad de la derrota federal en la batalla de Coplè, librada después que las fuerzas de Falcón habían tomado San Carlos.
Pero hay otras versiones; se dice que el general paecista León Febres Cordero, con un ejército muy inferior en número al de 9 mil hombres que conducía Falcón, le cortó el paso a los federales en el sitio de Coplè, quienes sorprendidos por marchar sin exploradores reaccionaron en desorden. El primer sorprendido fue Falcón, quien inexplicablemente decidió dar el frente a las fuerzas de León Febres Cordero en el terreno que este general había escogido.
Allí no había espacio para movilizar con holgura un ejército tan grande y abundaba tanto el barro que era casi imposible maniobrar con una caballería tan inmensa que solamente por el lado del general Sotillo disponía de tres mil quinientos jinetes.
Dicen algunos que allí estuvieron que Falcón debió movilizar su ejército y llevarse tras él al general Febres Cordero hasta la llanura para darle batalla en el espacio abier¬to. Para abonar en favor de estos, que salvan el prestigio de Sotillo y cargan la responsabilidad a Falcón, se podría utilizar al mismo Guzmán Blanco, acusador del general oriental; Guzmán confirma en cierto modo la versión anterior al decir que en aquellos terrenos no podía éste (el ejército federal) por tanto "conservarse ni maniobrar en masa".
Emilio Navarro, oficial del ejército federal, testigo presencial de los hechos, dijo "el pánico que se apoderó de nuestro ejército fue fúnebre y asombroso, nadie sabía que hacerse en el conflicto" y agrega que se perdieron ese día de cuatro a cinco mil soldados y sentencia, "este ejército y esta batalla se perdieron por la falta de valor y energía del general Falcón".
De esa batalla, allá en la tranquilidad de París, sarcásticamente dijo Guzmán Blanco que se perdió por un error de Sotillo y que en ella "por falta de municiones otra vez, fue casi vencido el ejército federal".
lunes, septiembre 28, 2009
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