Date: Wed, 30 Sep 2009 08:18:06 -0700
From: lgonzal413@yahoo.com
Subject: Artículo de Lorenzo Gonzalo
To: xamsel@aol.com; autores@bellsouth.net
Saludos para todos. Lorenzo Gonzalo
Exilio de mentira y pataleo
Por Lorenzo Gonzalo, 30n de Setiembre del 2009
Después de un breve viaje a Cuba y haber hablado con gente sencilla que nada tienen que ver con obligaciones de gobierno y administración, quiero compartir opiniones con mis lectores.
Las personas de barrio a quienes tuve la oportunidad de escuchar, se quedaron fascinadas con el concierto de Juanes. Lo que más desean, después de aquel día, es que se repitan eventos de esa naturaleza y otros, que los pongan en contacto con el mundo. Algunos, no muy escasos por cierto, dicen que unas personas medias locas, llamadas disidentes, han pretendido tergiversar las canciones del evento, entre ellas la popular de Juanes titulada It’s Time to Change.
Las personas de la calle, aun los que no tuvieron acceso a la época de oro de la educación en Cuba, en el tiempo anterior a la debacle soviética, recienten que halla cubanos cayendo en ese oportunismo. Ellos saben que Tiempos para Cambiar (traducción al español del título de la canción) se refieren a la relación entre las personas, grupos y países. No tiene nada que ver con una propuesta de cambios en la concepción de Estado que alienta y dirige el proceso revolucionario cubano. Es verdad que todos en Cuba, esperan que las cosas mejoren y el gobierno rompa con antiguos criterios e infraestructuras, que paralizan la iniciativa personal. Sin embargo, para ellos el Concierto constituyó la puesta en marcha de un estilo cooperador por parte del gobierno, para renovar la política de sus relaciones internacionales. O sea, el Concierto en sí, muchos en la calle, lo interpretan como parte de ese proceso de cambios que tiene lugar y para proyectar nuevas estructuras políticas y económicas, que ha planteado el nuevo gobierno precedido por el General Raúl Castro, desde hace un par de años. Pero en ningún momento las personas en general piensan que la actuación de los artistas fue una interferencia en los asuntos políticos internos del país. Por eso, a los más informados, les molesta que un grupo de gente lance bolas de esa naturaleza, poniendo en boca de los participantes del Concierto, asuntos que no fueron parte de su agenda. Sobre todo porque saben que los principales de ellos, Juanes y especialmente Olga Tañón, que se ha convertido en toda una celebridad para el pueblo cubano, fueron a Cuba para cantarle a la solidaridad y la convivencia entre las personas y los países.
La otra cuestión que me llamó la atención al regreso, es que ciertos canales, han caído en la trampa de permitir que algunos periodistas cubanos de origen, resentidos y sobre todo oportunistas, incapaces de valer por sí mismos, utilicen sus agendas personales como parte de la noticia.
Hay un afán por parte de estas personas, para desacreditar al gobierno cubano, al tiempo que supuestamente apoyan el Concierto. En la consecución de este fin, recurren a subterfugios y tergiversaciones, de los desacuerdos y discusiones lógicas, que surgen en la organización de eventos de esa naturaleza entre los artistas, los organizadores y los directores de la sede donde toman lugar.
Es importante señalar que hay una combinación de oportunismo y de sincera reflexión, entre aquellos sectores que viven en Miami y que son opuestos o simplemente desafectos, al gobierno cubano.
Ante la avalancha de sucesos que tienen lugar en Cuba, de forma callada y con la lentitud que los mismos demandan, estas personas están dando golpes a ciegas. Esos señores, cuyo núcleo ha amasado riquezas por pícaros y no por tontos, saben que en Cuba las cosas están cambiando y los planes de recomponer su socialismo son serios. Precisamente uno de los aspectos de esa labor, parece ser la realización de eventos como el Concierto de Juanes. Son pasos hacia una nueva visión, en la ampliación del marco de relaciones con el mundo exterior no gubernamental.
El encumbramiento de artistas que nunca habían formado parte de la noticia cubana, que no son cantantes de la revolución o activistas sociales militantes, ni nada por el estilo, es un nuevo escenario para el cual no estaban preparados esas personas que viven de distorsionar la realidad cubana. Entre las nuevas cosas, se rumora que el gobierno cubano planea revivir los encuentros con emigrados, tal y como lo hizo en los años noventa, con el propósito de normalizar las relaciones con la emigración y a partir del debate civilizado, continuar renovando sus normas migratorias. De la experiencia de aquellos años, surgieron variantes de muchas regulaciones draconianas que por aquel entonces existían y quedaron otras tantas por discutir y reformar. Todo aquel proceso se paralizó porque Estados Unidos suspendió el derecho de los cubanos a viajar.
Hay sectores que no simpatizan absolutamente con el gobierno cubano y en cambio, han manejado el éxito del Concierto desde otra perspectiva. Quizás esa reacción más civilizada es porque comienzan a comprender que los “radicales”, “intransigentes” o “combatientes verticales”, como ridículamente se llaman los pocos diablos que insisten en contar el día que ellos mismos se castraron, los han utilizado miserablemente. Los cubanos que emigran a Miami son obligados por esos pocos, a través de diversos procedimientos, a abrazar o al menos secundar, sus agendas políticas.
Muchos comienzan a comprender hasta dónde han sido miserablemente utilizados y buscan resquicios para salirse de esa trampa. En tato unos recapacitan y reflexionan para salirse de esa indigna realidad, los pícaros, que los convirtieron en sus instrumentos, inventando entre otras cosas una mentira llamada exilio, se dan cuenta que la realidad también está cambiando para ellos pero no para bien, sino para quedar relegados en el olvido.
Mientras unos abrigan las esperanzas de reencontrarse de nuevo con la tierra que adoran, otros patalean de rabia.
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miércoles, septiembre 30, 2009
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