miércoles, marzo 21, 2007

DIA INTERNACIONAL CONTRA EL RACISMO

21 Marzo. Día Internacional contra el Racismo

Hace 47 años, el 21 de marzo de 1960, la policía abrió fuego en el distrito de Sharpeville (Sudáfrica) y mató a 69 personas que se estaban manifestando pacíficamente contra las inhumanas leyes del apartheid. Posteriormente la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó ese día, en memoria de las víctimas del 21 de marzo, Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. La Asamblea instó a la Comunidad Internacional no solo a rememorar esa tragedia, sino también a colaborar para luchar contra el racismo y la discriminación donde quiera que se den.

Y fue precisamente la Convención Internacional para Eliminar todas las formas de Discriminación Racial la primera convención de Derechos Humanos aprobada, la mas antigua, el 21 de diciembre de 1966, y la mas ampliamente ratificada, firmada por 170 Estados. Sin embargo el problema está extendido por todo el mundo y ningún país puede decir que esta libre de racismo, xenofobia, antisemitismo y otras manifestaciones relacionadas de intolerancia.

El racismo, la xenofobia y las otras caras del poliedro maligno de la intolerancia, no son opciones ideológicas legítimas, ni tampoco reciben el mas mínimo amparo de nuestro ordenamiento jurídico que se inspira en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en los valores democráticos. Ni encuentran resquicio en nuestra educación y cultura. Es mas, todos somos conscientes de que estas manifestaciones son un cáncer destructor, un cáncer que en el pasado siglo ha protagonizado grandes crímenes contra la humanidad, entre ellos la tragedia del Holocausto.

Tenemos que defender y afirmar el concepto de Tolerancia una virtud cívica que significa respeto, aceptación y aprecio de la rica diversidad, de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión como seres humanos, tal y como define la UNESCO; una virtud que hace posible la paz, sustentada en el escrupuloso respeto de los derechos humanos, y que hace posible la armonía en la diferencia.

Ante el racismo ni se puede guardar silencio, ni ha lugar la indolencia o la banalización del mal. Al racismo se le combate desde la implicación de todos, para evitar, como dijo Martín Luther King, "arrepentirnos no tanto de las acciones de la gente perversa, sino de los pasmosos silencios de la gente buena".

DIASPORA CHILENA

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