Es ciertamente lamentable,que un ciudadano de un pais,donde se supone, tiene derecho al goce de todos sus derechos, y donde puede en buena lid,sentirse orgulloso de cumplir lo uno y lo otro,tenga que gozar de estos derechos fuera de su tierra,en nación ajena.Y es que los tentáculos de la burocracia cruzan las fronteras y, hacen del emigrante más que un ciudadano un paria,que ha de suplicar,a golpe de llamadas telefónicas,le confeccionen un pasaporte,que pudiendose hacer un tiempo justamente prudencial,consume casi el tiempo que a una mujer preñada,le toma para dar a luz al hijo de sus entrañas.Contra esa demora, no hay reclamos ni argumentos que valgan, es a lo tomas o lo dejas y, si en medio de tal agónica espera,tu madre muere en la nación que te vió nacer,no hay solución posible.!No tienes pasaporte, no tienes entrada!
?Y porqué esto tiene que ser asi?_Es que esta situación tiene que ser el sello del estigma que has de sufrir por haber usado tu derecho consustancial a tu condición humana y tu status de ciudadano,por razón de que vives fuera de tu pais?
Las medidas, cualquiera que éstas sean, han de cambiarseles,si las condiciones que las motivaron, ya no existen.El ciudadano no debe pagar por la paranoia del burócrata.El ciudadano que goce de su estatus como tal,tiene que ser respetado como tal, no debe de ser menoscabado en sus derechos, ni ha de rogar lo que por derecho le pertenece, que es el respeto a su dignidad como persona.
El emigrante, no puede ser un mero sujeto creador de remesas.Una nueva clase creada o mantenida para que engrose el presupuesto del pais,donde,cuando le visita le vean como extranjero y no como un nacional, que vive fuera de su tierra, pero que como ciudadno tiene pleno derecho a ser visto y considerado igual que los demás que viven en el pais.
Rev Leonides Penton Amador
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