Desde Venezuela
LA OPOSICIÓN ES UNA ESTOPA
ELIGIO DAMAS
Un amigo llanero, solía decir, cuando algo le confundía: “estoy más enredado que pata de pollo en heces de alguien que comió mango de hilacha”.
Ahora, con el afecto de siempre, le recuerdo al constatar como las opiniones y diseños tácticos de la oposición, son un mar de confusiones.
Algunos sectores de ella, por un lado, están intentando crear la matriz de opinión, según la cual, el mandado ya está hecho. Es decir, los resultados del referendo serán inexorablemente a favor de su opción. La tarea de crear este estado de ánimo se ha intensificado en las últimas horas.
Pero a uno le confunden, porque esos mismos personajes y fuentes, muy poco tiempo atrás, estuvieron diciendo y haciendo cosas para desalentar a sus electores. Primero dijeron y hasta ahorita mismo la acaban de reafirmar que la solicitud de enmienda es inconstitucional y siendo así, no deberían votar porque sería darle validez a algo que no se lo merece.
A manera de ejemplo de lo afirmado anteriormente y lo disparatero de los “dirigentes” de la derecha, mencionaremos que el día de hoy, 6 de febrero, Carlos Vecchio, de un “Comando Angostura”, llama a votar y garantiza que derrotarán al oficialismo, pero al mismo tiempo asegura que la solicitud de referendo “vulnera el precepto de alternabilidad previsto en el artículo 6 de la Carta Magna”. (1)
Pero allí no se queda, llega a la osadía de afirmar que “le parece extraño que el TSJ considere que la propuesta no viola la alternabilidad”. Pero a él le sorprende que el alto tribunal haya tomado una decisión que cualquier persona, sin conocimiento alguno de derecho comparte, porque en eso no hay duda posible ni nada de qué extrañarse.
Lo que extraña es quiera que los suyos acudan a votar diciéndoles que el acto es ilegal. A muchos, ese tipo de mensaje no le atraerá, porque es un llamado a participar en algo aberrado e inmoral.
Pero lo enredado no se queda allí. Dice el señor que mencionamos antes, para abundar en su opinión de lo desacertado de la decisión del TSJ, que la alternabilidad “no es otra cosa que garantizar que cualquier ciudadano pueda aspirar a un cargo de voto popular”.(2)
De acuerdo con este jurisconsulto y político del alto vuelo, la Enmienda, de resultar aprobada, como va a ser, imposibilitaría a todo ciudadano a lanzarse de candidato a cualquier cargo de elección popular.
Esa monserga, porque objetivamente lo es, pareciera decir subliminalmente, si es que Vecchio tiene algo de seso, que de ganar el SI, aquí más nunca habrá elecciones y los chavistas y hasta los opositores que ahora ostentan cargos electivos, allí se quedarán hasta que el cuerpo aguante.
¿Esa forma de presentar las cosas es atractiva a los electores opuestos a la enmienda? ¿Acudirían los electores entusiasmados a convalidad algo que es a todas luces ilegal?
Uno cree que no.
¿Es sano y pedagógico hacer política difundiendo mentiras y diciendo disparates?
Uno podría ser opuesto a algo, pero para ello debe haber razones respetables y serias. Hay quienes mienten de mala fe, generalmente por defender intereses o contubernios inconfesables; otros lo hacen simplemente por ignorancia. Uno no sabe que anima a Vecchio.
Pero en todo caso el mensaje político opositor pronunciado de esa forma, genera dudas y no despierta entusiasmo.
El rector del CNE, representante de la oposición, desde que llegó al cargo, se volvió un cruzado contra las capta huellas. Hasta logró una vez que no las utilizasen, porque ellas eran como esos bombillos ahorradores de energía, con dispositivos para informar en detalles al chavismo y hasta a Fidel. Pasar por las capta huellas, discurseó Díaz dentro del CNE y a todo periodista que se le pusiese por delante, que esas “bichas”, denunciarían cómo votaría cada uno que por ellas pasase. “Esos dispositivos están diseñados para violar el secreto del voto”, dijo el rector más de una vez, irrespetando su inteligencia, sólo por servir a quienes le enviaban señas de modo poco discreto.
En cierto modo tuvo éxito, logró que muchos chavistas no votasen, por temor que sus patronos del sector privado, informados mediante “la lista de Díaz”, les despidiesen. Y hasta unos pocos votantes suyos, que contratan con el gobierno, se abstuvieron por aquello de “cada ladrón juzga por su condición”. Pero también, cumpliendo con su deber, no de rector sino disciplinado opositor, se valió de cuanto pudo para difundir la idea que los integrantes del CNE, menos él, eran una cuerda de tramposos.
Esa actitud del rector Díaz, era muy coherente con el juego opositor. Crear el ambiente necesario para los reiterados gritos de fraude y ambiente para las guarimbas y, de ser posible, provocar un estado de rebelión.
Díaz, usurpando funciones del TSJ, fue de los primeros en declarar, que la solicitud de enmienda era inconstitucional. No importa que eso lo digan los curas del CEV, Ramos Allup, quien en eso es un verdadero especialista y poco respeto tiene por sí mismo. ¿Pero un árbitro nacional de la cuestión electoral aún siendo opositor? No parece decente.
Y menos lo parece ahora, cuando de repente, de manera tardía, Díaz, como quien inventa el agua caliente, sale a decir que el secreto del voto está garantizado y las capta huellas, para decirlo como en aquella canción de Luis Mariano, titulado “El sancocho”, es “la botellita de ron que no debe de faltar”.
¿Qué se traen entre manos?
Esta oposición es enredada como una estopa, pero huele a gasolina.
viernes, febrero 06, 2009
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