PUBLICADO POR : Marcelo Sánchez
Peligrosas acusaciones de Uribe contra gestores de liberaciones
Juan Cendales
Rebelión
En uno de su denominados “consejos comunales” realizado el pasado sábado desde Villavicencio, la misma ciudad que recibió hace pocos días al ex gobernador secuestrado, el presidente Uribe aseguró, que el 'bloque intelectual' de las Farc intentaba desorientar al país con un "discurso de paz".
Según el Presidente, “no se atreven a defender a las Farc de frente ni a combatir a fondo su política de Seguridad Democrática, sino que "el 'bloque intelectual' de las Farc defiende a las Farc simplemente hablando de paz".
Los destinatarios de esta diatriba son absolutamente evidentes. Es el grupo de Colombianos y colombianas por la paz que inició un intercambio epistolar con las Farc que culminó en la liberación de cuatro militares, un ex gobernador y el diputado del Valle. Es necesario recordar que la primera carta que fue firmada inicialmente por cerca de cien personas y que posteriormente recibió el apoyo de más de 25.000 firmas se denominaba “Carta de los intelectuales a la Farc”. Al iniciarse el intercambio los firmantes acordaron denominarse como colombianos y colombianas por la paz.
La actitud del presidente Uribe es rastrera, ladina y muy peligrosa. Reacciona con odio hacia quienes enarbolan las banderas de lo que él más desprecia y rechaza. La paz, y en su derrotero, el intercambio humanitario. Es la actitud de quienes han estimulado la guerra sucia y el terrorismo de estado. De la misma manera y dentro de la misma lógica durante décadas miles de campesinos, estudiantes, indígenas, sindicalistas y militantes de la oposición fueron señalados como auxiliadores de la guerrilla o guerrilleros camuflados y fueron asesinados. Y estamos hablando de más de 30.000 personas víctimas de esta política, de estos señalamientos y acusaciones.
Con su acusación contra los intelectuales Uribe vuelve a mostrar lo que es. Y lo que es en el fondo la esencia militarista del régimen político colombiano.
Integrantes de colombianos y colombianas por la paz han dicho que no se sienten aludidos por las acusaciones presidenciales. Y con lógica normal y civilizada así debería ser.
Pero ojo. En Colombia opera es la lógica de la barbarie. Del crimen y de las amenazas directas o solapadas.
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