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El Comité municipal Playa del Partido Comunista de Cuba, comunicó a la organización de base del Partido del Dr. Esteban Morales su decisión de separarlo de sus filas por la publicación de un artículo denunciando el carácter contrarrevolucionario de la corrupción existente en la burocracia. El fenómeno de la corrupción estatal –casi todo pertenece al estado- ha sido reconocida por la máxima dirección del Partido, todo el mundo en Cuba lo sabe y se ha publicitado por los propios medios oficiales del gobierno-partido.
El Núcleo consideró excesiva la medida y no estuvo de acuerdo. El compañero Esteban Morales prepara en estos momentos su apelación.
El carnet del Partido se fue con los sancionadores. La militancia comunista se quedó con Esteban Morales.
En el no. 55 del boletín SPD del pasado 17 de junio, publiqué un artículo con el título: Diálogo sin sectarismos: necesario para la cohesión revolucionaria, en el que señalaba que luego de la publicación de su artículo, el compañero Esteban Morales había desaparecido de la Mesa Redonda a donde era invitado cada vez que se abordaba el tema de EE.UU.. Al parecer, no fui subjetivo relacionar ambos hechos.
Conozco personalmente a Esteban desde 1991 cuando trabajé como investigador en el Centro de Estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana, donde él era Director. De la extraordinaria seriedad y profundidad académica, las altas cualidades humanas y de la calidad revolucionaria de este científico, de origen humilde, podría dar fe toda persona honesta que lo haya tratado en cualquiera de sus facetas.
No voy a hacer aquí la biografía de quien, para mí, es el más completo investigador y conocedor de EE.UU. entre nuestros académicos. Simplemente, deseo consignar que dudo de que quienes hayan tomado esa decisión, alcancen su estatura moral e intelectual y, desde luego, esa actuación estaría confirmando la validez de la valoración del artículo del Dr. Esteban Morales.
Si esta sanción burocrática no es prontamente rectificada se estarían mandando mensajes muy confusos a la militancia, al pueblo, a la izquierda internacional. Preguntas inquietantes nos haremos todos:
¿Se honra o se deshora el partido con esta decisión?
¿Dónde queda la capacidad de crítica individual de los militantes del Partido?
¿Solo pueden hacerse críticas cuándo, dónde y cómo lo deciden los de arriba?
¿Qué relación puede tener esta acción con… “Fomentar la discusión franca y no ver en las discrepancias un problema, sino la fuente de las mejores soluciones…” como expresó el Presidente Raúl Castro el 4 de abril pasado al resumir el IX Congreso de la UJC?
¿Se está tratando de transmitir que Raúl anda por un lado y la dirección del PCC, que no admitiría la crítica desde dentro de las filas, por otro?
¿Se pretende que la militancia y el pueblo lleguen a la conclusión de que son falsos los llamados de la dirección histórica a la crítica y al debate internos?
¿No se puede ser honesto y militante del Partido a la vez?
¿Esto es parte de algún plan siniestro urdido por sectores de la burocracia política para destruir al Partido, para que la gente abandone sus filas en masa, los jóvenes reafirmen su decisión de no ingresar o se busca alimentar la doble moral en las filas del Partido y acallar la crítica?
¿Están midiendo sus fuerzas los elementos más retrógrados en la dirección del Partido para pasar a acciones más reaccionarias y antidemocráticas?
¿Estamos ante otro golpe bajo de la burocracia política al Partido que es el conjunto de sus militantes y su ideología, a la Revolución, al futuro del Socialismo en Cuba, al diálogo entre los revolucionarios, a Fidel y a Raúl que fueron los que pidieron a los militantes y al pueblo que actuaran críticamente contra la corrupción y el burocratismo, los cuales tienen en peligro de reversión el proceso revolucionario cubano?
¿Cómo encaja esta represión de corte estalinista a lo interno del Partido, con las negociaciones que están teniendo lugar con la oposición a través de la Iglesia?
¿Dónde queda el partido democrático del que habló Raúl?
¿Se aleja la dirección del Partido de su propia izquierda, cuando se hacen diálogos para la “reconciliación” con la emigración, la oposición y eventualmente el imperialismo mismo?
¿Tendrán razón los que en la izquierda internacional aprecian que la revolución ha comenzado ya a retroceder hacia la restauración capitalista, llevada de la mano de su propia burocracia?
¿Hasta cuando van a estar haciendo disparates?
¿Se pretende que hagamos otro partido, los comunistas que no cabemos en el PCC?
La lista de cuestionamientos podría ampliarse. Algunos me han pasado por la mente que prefiero no escribirlos.
Ojala, alguien allá arriba revoque pronto esta decisión divisionista, sectaria e irresponsable. Es la única respuesta que corresponde a estas preguntas.
Socialismo por la vida.
La Habana, 26 de junio de 2010
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