Desde Venezuela
CREDO DE LOS CONSPIRADORES DE POCETA
“Si te gusta la pintura y tus dedos son pinceles…”
ELIGIO DAMAS
“Chávez es dictador y terrorista” y “Oponte a que Chávez nos lleve al comunismo”; estas dos oraciones parecían haber sido escritas por la misma persona muy recientemente en el baño de un supermercado. O mejor dicho, en la pared del espacio donde se encuentra la poceta; el furtivo escritor estampó su opinión, mientras con placidez y comodidad hacía sus “necesidades”.
Antes era frecuente y explicable se escribiesen en aquellos sitios consignas como esas. Eran tiempos cuando los conspiradores solían usar los baños para escribir contra los gobiernos represivos, como cuando Betancourt y Leoni, ya que no se podían decir las cosas con libertad y entonces, se pintaban las paredes en las noches y se aprovechaba la soledad en la poceta. Al fin y al cabo la poceta es un espacio para el desahogo.
Quienes conspiran contra el gobierno, cosas de estos tiempos, actúan con libertad, marchando por la calle del medio, agreden a los cuerpos policiales, con megáfonos van regando sus mensajes por la vía; practican todo lo que deben y lo que no les está permitido, como destruir bienes nacionales y privados, insultar al presidente y su familia con toda impunidad. Y mientras tanto, los medios de comunicación privados abiertamente dedicados a desestabilizar y los que lo hacen con cierto disimulo, trasmiten sus acciones, gestos, pancartas, gritos, discursos y hasta declaraciones que periodistas especialmente asignados, recogen entre los marchistas.
Es más, algo muy particular del proceso venezolano, medios de comunicación y periodistas partidarios del gobierno, también se encargan de reproducir esos actos y echar a volar el pensamiento opositor, que no suele ser muy pedagógico. Por esto no vemos mal que aquellos eso hagan, pues muchos de esos declarantes suelen ayudar al gobierno. Es usual que no sepan nada de lo que dicen combatir.
Por ejemplo, una dama declara a un medio amigo del gobierno que se opone a la Ley Orgánica de Educación, por razones que “le dicta su condición de madre”, no porque la haya leído o algo de ella sepa.
De manera que uno no entiende por qué existen los conspiradores de poceta.
De los viejos excombatientes revolucionarios no deben ser, salvo que estén paranoicos. Porque los pocos que quedan, uno les ve por allí desaforados en todos los espacios. Falta no les hace ese ejercicio y tampoco andar para arriba y para abajo con un marcador para expresar sus ideales sentados en pocetas.
Esos veteranos, que se acostumbraron a la rígida represión de antaño, saben bien que en eso, este régimen es toda una panza y no un “gobiernito”, como equivocadamente solíamos llamar al de Betancourt.
Estos conspiradores de pocetas son de los nuevos. Tanto han oído decir en público, por megáfonos, micrófonos y cornetas estentóreas; leer en cintillos y titulares de la abundante prensa escrita; oír radios, televisoras opositores y hasta en privado, que aquí hay una dictadura, que lo han internalizado. Lo creen y en abundancia. Por eso, mucho se cuidan y por un acto defensivo mágico, llevan sus marcadores, piensan y hasta escriben su discurso opositor, mientras defecan. Además, para ellos es menos complicado y más divertido que leer un periódico o libro.
Pero en ellos no puede uno creer. Porque ciegos y sordos no son. Oyen a muchos gritar en plena calle, aunque sea ojean diarios y escuchan de vez en cuando tediosos discursos políticos. Pero en lugar de pensar sentados en la poceta en cosas productivas, como el diseño de una estrategia acertada o leer la Ley de Educación, para no decir necedades, pierden el tiempo escribiendo consignas que nadie leerá porque otros cagones les montarán pintas nuevas encima de las que antes ellos estamparon, después de pujar con entusiasmo y hasta dolor.
Por eso a uno le provoca decir aquel lugar común, “si te gusta la pintura y tus dedos son pinceles……….
viernes, agosto 28, 2009
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