La crisis económica desinfla a Miami
PUBLICADO POR: Hector García Soto
Hedelberto López Blanch
Rebelión
La mayoría de la población de Miami esta temerosa y desilusionada con la profundidad de la crisis económica, no solo porque el desempleo se elevó al 10, 6 %, sino también porque un reciente pronóstico de la Oficina de Investigaciones Económicas y Demográficas de la Legislatura de la Florida señaló que la recesión en ese Estado tocará fondo a mediados del 2010, seis meses después de lo previsto por las autoridades.
Varios especialistas en economía aseguraron que lejos de aminorar, la pérdida de empleos alcanzará en el 2011 al 11,5 % de la población del Estado lo que equivale a más de un millón de floridanos sin trabajo.
Para la especialista de la Oficina de Investigaciones Amy Baker, el plan de estímulo aprobado por el Congreso para salvar bancos y otorgar créditos, no ha tenido el resultado deseado, lo que podría obligar a reducir aún más los servicios sociales o volver a aumentar los impuestos.
Como si se tratara de un saco sin fondo, el economista de la Universidad de la Florida, Dave Denslow, señaló que el Estado necesitará 2 000 millones de dólares adicionales para equilibrar el presupuesto. Ya este año se habían agregado 2 200 millones para nuevos cargos e impuestos y otros 5 000 millones del plan de estímulo federal.
En un intento por estabilizar el presupuesto, las autoridades insisten en recortar los ya deficitarios servicios públicos como el transporte y los programas sociales de educación y salud.
En la Florida y sobre todo en ciudades como Miami y Broward, la educación pública es minoritaria con respecto a la privada y en sus escuelas imperan la deserción escolar, el bajo nivel de la enseñanza y la violencia con alto índice de drogadicción.
En cuanto al sistema de salud, la mayoría de los seguros son privados que no están al alcance de la población; los pocos hospitales públicos no prestan la atención adecuada (siempre hay que abonar un por ciento personal en efectivo) y los robos al Medicare y Medicaid por parte de clínicas privadas han sido millonarios.
Para el senador estatal, Don Gatees, “esta recesión ha creado una nueva ola de pobres que no quieren recibir cupones de alimentos, pero se ven obligados a hacerlo por la falta de empleo y las condiciones económicas”.
Por simple ecuación, cuando las personas no tienen empleo porque se estancan las producciones fabriles al no tener salida en los mercados y se detienen las construcciones en general, las condiciones son diametralmente opuestas para tratar de lograr una recuperación.
Al agravarse por todas partes la situación, las medidas que toman las administraciones son dirigidas directamente contra la población más necesitada.
Recientemente el alcalde de Miami-Dade, Carlos Álvarez, reveló planes de cesantear a otros 1 700 empleados del Condado, instituir una rebaja de sueldos de 5 % para los empleados restantes y eliminar el financiamiento a las organizaciones comunitarias.
Debbie Kleinberg, directora de la North Miami Foundation for Senior Citizens, calificó de devastadora la proposición ya que su organización sirve a 500 personas mayores y recibe unos 140,000 dólares anuales del gobierno condal.
Si los comisionados adoptan en el próximo septiembre aunque sea una parte del plan del alcalde, se sentirá una reducción significativa de los servicios en Miami-Dade.
La economía de las sureñas ciudades de Miami y Broward esta basada principalmente en los servicios dirigidos al turismo internacional y a su población, la proliferación de construcciones, el aporte de millonarias sumas federales (para educación y salud) y préstamos bancarios para que los habitantes, mientras se endeudan, puedan gastar en esa sociedad de consumo.
Pero estas ciudades sufrieron los primeros impactos al estancarse el mercado inmobiliario con la consecuente disminución de empleos; los indetenibles embargos hipotecarios (por los préstamos de riesgo); el mayor endeudamiento de la población con los bancos al no poder cancelar los atrasos y que llevaron a muchos a la pérdida de las tarjetas de créditos y hasta el decomiso de autos y viviendas.
La mexicana Margarita Duarte, quien había adquirido una propiedad con crédito bancario suprime, declaró a una televisora local que al no poder pagar las cuotas mensuales, la institución financiera le confiscó su casa y ahora estaba durmiendo debajo del puente del subway de la miamense avenida 95. Tratará de resistir hasta reunir algún dinero y marcharse para su país después de haber vivido más de 15 años en Estados Unidos.
La Asociación de Banqueros Hipotecarios (MBA) informó que existen demasiados embargos hipotecarios debido a los préstamos que se refinanciaron durante los últimos siete años cuando las tasas de interés permanecieron bajas y ahora subieron abruptamente. El número de préstamos en proceso de embargo saltó 55 %, en comparación con los dos últimos años.
Las estadísticas oficiales indican que la actividad comercial en Miami y Broward ha disminuido en un 40 % y resulta sumamente difícil conseguir trabajo en los sectores de servicio, manufacturero y de la construcción que representaban el 65 % del empleo total en estos condados.
La crisis ha golpeado fuerte al sur de la Florida y la mayoría de sus pobladores no está nervioso por la que ha sucedido sino por lo que aún está por venir.
sábado, agosto 08, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario