jueves, septiembre 02, 2010

LAS DEMANDAS CONTRA CUBA, LOS SECUESTROS Y EL TERRORISMO

Saludos para todos. Lorenzo Gonzalo



Las demandas contra Cuba, los secuestros y el terrorismo

Por Lorenzo Gonzalo, 2 de Setiembre del 2010



Los secuestros en Cuba de naves aéreas, marítimas e incluso vehículos de tierra motorizados, es una vieja y larga historia que se remonta a los orígenes del proceso revolucionario en 1959.

No haremos esa historia, aunque no está demás repetirla cuando la oportunidad lo permita, porque constituye uno de los aspectos necesarios si deseamos comprender a cabalidad la problemática cubana, la cual va mucho más allá de los defectos inherentes a la primera forma estructural del socialismo, ideada para lograr una sociedad más justa que, por sí misma y sin la acción forzosa del Estado, pudiese desarrollarse y crecer.

Los secuestros fueron estimulados por la política diseñada por Estados Unidos con la finalidad de desestabilizar al Estado cubano y provocar la caída del gobierno.

La historia comenzó cuando al comienzo del proceso revolucionario, Estados Unidos instituyó la política de darle cabida a las personas que atentasen contra las estructuras del poder cubano o que violaran el orden público.

Así de simple, esa actitud de Washington favoreció que gente desajustada, con afanes de protagonismo, o por la inercia de continuar con la vida insurreccional practicada durante la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, o por la fantasía de revivir y experimentar en lo personal, el irrepetible triunfo que provocara la caída de éste último y elevara a figuras de leyenda a una decena de guerrilleros, se estimularan en la comisión de delitos contra el Estado.

De ese proceso surgieron una serie de actos terroristas, entre ellos secuestros, que muchas veces costaron la vida de trabajadores y civiles. Entre los secuestros, debemos nombrar a los efectos de este análisis, la de un avión AN-2 el 11 de Noviembre del 2002, la nave aérea DC-3 que conducía 36 personas viajando de La Habana a Gerona el 19 de Marzo del 2003 y un AN-24 el 31 de Marzo del mismo año.

A los secuestradores de las naves mencionadas les fueron otorgados el derecho de residencia en Estados Unidos en concordancia con la Ley de Ajuste Cubano, la cual fue aprobada el 2 de Noviembre de 1966 por el Congreso de Estados Unidos, para buscarle una salida legal a los miles de cubanos a quienes se les había permitido permanecer en el territorio y a los llegados por un acuerdo migratorio suscrito el 6 de Noviembre de 1965.

Para continuar con las violaciones que la justicia estadounidense ha cometido en contra de Cuba, una Corte de Miami otorgó en el año 2001, a una persona llamada Margarita Martínez, la suma de 27 millones cien mil dólares. Dicho fallo se fundamentó en una supuesta tortura y agresión sufrida por la Sra. Martínez a manos de un agente cubano, con quien la señora se había casado, sin conocer, según ella, ese aspecto de la identidad de su cónyuge. La decisión de la Corte también consideró la llamada Ley de Seguro contra el Riesgo de Terrorismo. Basándose en ésta Ley la Administración Bush le concedió a la selora Margarita, el derecho de subastar las tres naves mencionadas, las cuales como bien hemos informado, fueron el resultado de actos terroristas, perpetrados por diferentes secuestradores. Las penas en Estados Unidos por este concepto conllevan generalmente prisión perpetua. Los secuestradores aparecieron en los periódicos locales como héroes y no guardaron prisión alguna.

En estos últimos meses se han sucedido una serie de acontecimientos que preconizan una posible mejoría en el contexto de las relaciones Cuba - Estados Unidos.

Desde hace unos meses también la Sra. Ana Margarita Martínez, alentada por los grupos que rechazan toda acuerdo negociado con La Habana, ha demandado que les sean entregados el dinero de la compensación dictaminada por la Corte de Miami.

Del total de la compensación la señora recibió en época de Bush la cantidad de 198,000 dólares, extraídos de la cuenta que EMTELCUBA posee en el Chase Manhattann Bank.

En estos días, el caso ha vuelto a cobrar vigencia. El pleito ante los tribunales, de realizarse un fallo favorable, o por un desliz legal de los abogados defensores o los demandantes, pudiera causar una congelación de los fondos de las ocho compañías charteadoras que realizan vuelos a Cuba. De producirse semejante situación, quedarían paralizados los vuelos. Los abogados pretenden que la señora cobre de los fondos bancarios de estas compañías privadas, autorizadas por el Departamento del Tesoro para realizar vuelos a Cuba.

La petición de la señora Margarita, de tener efecto en estos momentos, pudiera hacer retroceder ciertos adelantos logrados en los últimos meses a partir de gestiones de la Iglesia Católica, Cuba y el gobierno español.

El intrincado aparente proceso de las relaciones Cuba USA, ha estado fundamentado en actos y jugadas de esta naturaleza. Todas ellas han estado acompañadas por algún acto vandálico, terrorismos diversos y un manejo hipócrita de la Ley en Estados Unidos. Sin necesidad de escarbar mucho, en en el camino de normalizar las relaciones de los dos países, siempre que encontraremos un tropiezo, comprobaremos que está precedido por una cadena de sangre, violaciones y muertes, encubiertas por las Administraciones de Washington o formalmente justificadas por vericuetos legales que, en bien de la seguridad nacional, pudieron o pueden ser impugnados por el Ejecutivo.

Acostumbrados a exigir reglas internacionales que, con gran cinismo declaran de obligatorio cumplimiento para otros pero no para ellos, han violado sus propias leyes durante cincuenta años y aún continúan buscando avenidas para impedir que se establezca un clima razonable de relaciones con Cuba.

Felizmente, sin que podamos aún predecir el final de esta nueva disputa, la cual responde a viejas y sucias jugarretas aplicadas durante cincuenta años para entorpecer las relaciones entre los dos países, el Departamento de Estado ha declarado que “los vuelos directos son vitales para el mantenimiento de los contactos que constituyen un interés de la política estadounidense”.

Las demandas legales contra Cuba que con frecuencia escuchamos, tienen un carácter político, una historia y un fondo agresivo.

Muchos confían que la Administración de Obama actúe con mayor seriedad y coloque el interés nacional por encima de las bajas pasiones que han movido a muchas personas con pocos escrúpulos , las cuales no han dudado a poner sus intereses egoístas por encima de las necesidades hemisféricas y las de sus propio país de origen.

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