Por un verdadero realismo político
Por Félix Sautié Mederos
Crónicas Cubanas
Mi amigo Pedro Campos, de quien probablemente algunos de ustedes tendrán referencias por su incesante lucha a favor de un verdadero socialismo participativo y democrático, con lo cual muchos, entre los que me incluyo personalmente, estamos de acuerdo, ha planteado que actualmente “se libra una batalla estratégica en el seno de la Revolución por el futuro del socialismo”. Me refiero a uno de sus últimos artículos en el que expone un interesante balance de las situaciones que en su criterio convergen en la sociedad cubana de hoy.
Yo creo que sería muy importante que lo que plantea Pedro Campos pudiera tener una muy amplia divulgación en los medios masivos de Cuba para debatirlo entre todos, lo cual lamentablemente ni por asomo sucede, antes por el contrario algo así es totalmente rechazado e incluso criminalizado por quienes se consideran los guardianes de las ideas socialistas, actitudes que se convierten en la mejor forma de actuar en contra de lo que se afirma de palabra y se niega de hecho.
Recientemente publiqué también un artículo titulado “Es imposible controlarlo todo”, en el que afirmé que cuando se pretende controlarlo todo, en definitiva no se controla nada adecuadamente, ni mucho menos se logra el desarrollo anunciado. En este orden de pensamiento, debo decirles que otro amigo, Ovidio D´Angelo Hernández, quien es un importante intelectual cubano, en un reciente artículo suyo titulado “Los procesos de autoorganización en la praxis emancipatoria socialista.”, argumenta de forma científica la imposibilidad de controlarlo todo centralmente, dada la intrínseca complejidad de la vida y la sociedad humanas.
Este entrecruce de publicaciones en medio de un conjunto más amplio de otros artículos relacionados al respecto, que me es imposible citar por lo extenso que sería, forma parte de un debate que considero muy importante y que no tiene cabida en los medios locales. En mi opinión, el meollo de nuestros problemas está dado precisamente por causa de la implantación en nuestro medio social de una centralización extrema contra natura, que anula a las personas y a la sociedad en general, lo que nos impide la participación de todos como parte de una diversidad enriquecedora, nos estanca y nos imposibilita avanzar hacia un verdadero futuro con todos y para el bien de todos como lo soñó José Martí. En cambio debo decir que las ideas que se imponen verticalmente, nunca podrán convencer.
Considero además que estamos en un momento de inflexión en el que el pensamiento y el análisis de todos sin excepciones, son de una urgencia inaplazable, porque como prioridad básica para enfrentar los graves problemas que subsisten en el mundo, esencialmente deberíamos mirar en primera instancia hacia adentro de lo que sucede en nuestro país. Por eso el debate planteado reiteradamente por Pedro Campos debería desarrollarse sin dilaciones en nuestro ámbito espacio temporal.
Vivimos en el presente, el pasado ya pasó para bien o para mal y el futuro está por venir. Necesariamente, integramos la nación cubana estemos en donde estemos, a tales efectos el realismo político verdadero debería comenzar por tomar en cuenta nuestros ámbitos en que vivimos y por nosotros mismos, para que de conjunto podamos salir adelante, porque la esencia de lo biológico y lo social está en el movimiento.
Asimismo, deberíamos cerrarle el paso a los que se dedican constantemente a la descalificación y las amenazas de los que piensan distinto y entorpecen el encuentro necesario, así como a los que desde los diversos signos subsistentes, han convertido el enfrentamiento de unos contra otros en un modo de vida y se alarman ante cualquier movimiento, mediación o diálogo que surja porque les pone malo su negocio.
En este debate planteado, mi participación de inicio es reiterar la necesidad de que se adopte un verdadero sentido de realismo político, reconociéndonos mutuamente sin excepciones, nuestros derechos inalienables, porque en mi opinión sin la convivencia con los que piensan distinto, así como sin el reencuentro, la reconciliación y el perdón, no podrían crearse las bases necesarias para el diálogo de todos con todos que tanto necesitamos al objeto de dejar atrás el estancamiento que nos ahoga.
lunes, septiembre 06, 2010
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