PUBLICADO POR: Frank Díaz Rey
23 DE SEPTIEMBRE, 1876, ASALTO Y TOMA DE LA CIUDAD DE LAS TUNAS.
26 de Septiembre, 1876, INCENDIA LA CIUDAD.
PRISMAS DE LA HISTORIA, DE HABANA RADIO. POR EUSEBIO LEAL SPENGLER.
Mi amigo Hector García Soto me pide con el corazón que diga unas palabras para
el Mayor General Vicente García; debo decirles o introducirlos a todos en un tema
cotidiano, hace un momento aquí en el estudio, mirando la Habana tras los cristales
de la Emisora evocamos al Mayor General Serafín Sánchez y Valdivia porque era el día
18, una fecha particular en su historia. Hoy nosotros vamos a hablar del General
Vicente García, colocandolo no separado sino dentro de la multitud de los que
lucharon por la Independencia de Cuba y de los cuales su vida y su obra se convirtio
por razones diversas en un paradigma.
En mi ensayo sobre Cespedes escrito hace varios
años senale que las figuras que mas luz reciben son las que mas grandes sombras
proyectan, pero que nadie puede tratar de comprender las sombras si no ha visto
alguna vez la luz, por eso acostumbrado a lo uno y a lo otro me introduzco en estas
brevísimas semblanzas solo con la intención de rendir tributo, porque allá en Las
Tunas, el territorio y hoy provincia de Cuba que el definio siempre con su actuar
como algo muy particular en el Oriente de la nación, es hoy, escenario de la
veneración, del culto, del respeto a su persona, situado allí en el centro de la
plaza, en su monumento con su perfil enmarcado por aquel rostro severo, por aquel
largo cabello que lo situa junto a Cespedes, Agramonte, los hombres del 68, como
uno de aquellos rebeldes que se negaron a aceptar ni un solo dia mas el yugo y la
dominación extranjera. Fue Vicente García gran caudillo de los tuneros y cuando
hablo de caudillo hablo de ese que es capaz de encabezar a píe o a caballo a un
pueblo que se rebela, este que hay que consultarlo en su casa o en la hacienda o
en el campamento, o en lo profundo del monte para todo aquello que se quiera hacer
en un determinado territorio, es un hombre indispensable sin el cual aquella historia
no puede ser contada; valeroso entre los que lo fueron, fue llamado el León de los
Orientales, un batallador, un incansable luchador, y todo el territorio de Las Tunas,
pacíficado y conquistado palmo a palmo por su machete y por aquellos hombres
incondicionales que lo siguieron, se constituyen en una página gloriosa de la historia de Cuba; si el General García tuvo discrepancias con la dirección de la
Revolución, la tuvo con hombres que dirigian el proceso historico, es natural,
generalmente estamos acostumbrados a oir historias hageograficas, a una lóa continua
y permanente que ahuyente todo error y todo defecto; considero, que al analizarlo
a él, estamos colocando ante un espejo a toda una gran generación, a la cual se le
podria preguntar quien de elos pudo alguna vez no darse cuenta con exactitud donde
estaba el correcto camino? Acaso no les ha dejado la historia la dolorosa página
de la discusión grave que precedío a la Constitución de Guaímaro y aún en la propia
sala de sesiones, acaso no tenemos ante nuestros ojos permanentemente a Céspedes,
el Padre, cayendo de lo alto del risco en San Lorenzo como resultado de un acorralamiento político que no tuvo limites, acaso el propio General Antonio Maceo
no dice con palabras claras, profundas y modestamente autocriticas, que cuando se
quiere buscar un reponsable de los grandes acontecimientos que perdieron la
Revolución de los Díez Años, se busca uno y muchos quieren hallarlo en el General
García, y no cito literalmente sus palabras, mas bien su espiritu, responde, todos
fuimos culpables, yo el primero, y para a hacer un analisís que esta contenido en el
epistolario publicado y que forma parte de la obra notable de recopilación de José
Luciano Franco; la experiencia del General García, lo ocurrido en Lagunas de Varona,
lo ocurrido en cada uno de los lugares en que se produjo una grieta o una disención
en el seno de la unidad es parte de una historia que tenemos que asumir totalmente,
cuando la asuminmos totalmente, es todo, mas capaces y mas altos para poder ver el
futuro y para poder comprender las dramaticas circunstancias en que nos toco vivir
en nuestro presente; hoy, que las pasiones se han apagado, hoy que tengo ante mí
la carta de Antonio Maceo precisamente del 13 de Junio de 1886, en la cual dice,
solo nos falta que Vicente García comulgue con nosotros; me permito evocar aquel
viaje con la escolta y los companeros que le siguieron fieles, que salen de Cuba
en un exilio sin regreso, y parten a las islas del caribe primero y a la Venezuela,
hermana, proxima y distante despues; alla en tierras venezolanas se le vío con
humildad como a otros tantos empuñar el arado y arar la tierra para vivir, acompanado
y sostenido por la fé de su esposa Brigida, heroina sin par de la Revolución Cubana,
aquella que una vez volvio a Cuba trayendo en sus propias manos las cenizas del héroe
que no pudo volver nunca.
Y hoy el General ha regresado, y ha regresado definitivamente, ahí esta con nosotros,
esta en el lugar que le correponde, y nosotros le recordamos hoy con emoción, en Cuba
y en cualquier rincón de la Tierra donde éxistan cubanos y gente de Las Tunas, porque
el hombre que no es capaz de amar la casa natal, el pedazo de tierra, la aldea, el
pueblo, la ciudad donde vino al mundo dificilmente podra entender el misterio de la
Patria.