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From: gerardo.barrera@ubs.com
Tuesday, December 22, 2009 2:24 PM
The Magic Number / 51 AÑOS DEL ASESINATO DE LOS MARTIRES DE GUAJAIBON / Cortesia de Miguel Uría
El hermano de Javier Calvo, Ricardo, fue mi compañero de clase en" Belén" y los hermanos de Jose Ignacio Marti, Venancio y Gustavo, son mis amigos y viven en PR desde 1960.
Tanto los asesinos, como el jefe militar de la provincia, el Col. Chippi, fueron ejecutados cuando el gobierno revolucionario tomó el poder en Enero de 1959.
51 AÑOS DEL ASESINATO DE LOS MARTIRES DE GUAJAIBON
28 de Diciembre 1958
por
ALBERTO LOPEZ
Javier Calvo Formoso
Jose Ignacio Marti Santacruz
Julián Martinez Inclan
Ramon Pérez Lima
Manuel Sábalo Rodriguez
Los primeros cuatro, Agrupados; catolicos hasta la medula, el quinto un miembro del ejercito rebelde, jefe de la operacion. Salieron el 27 de Diciembre en dos MG´s, hacia Pinar del Rio, buscando sitios apropiados para un alzamiento. No llevaban armas, ni documentos inculpatorios...cayeron en las manos de guardias rurales miserables, que se prestaban a hacer secuestros buscando cobrar dinero. Durante la tarde y la noche del 27 al 28 de Diciembre, los torturaron, en la madrugada los guardias oian un abejeo, y no sabian que era...eran ellos rezando el rosario...a la mañana los sacaron de donde los tenian detenidos, los subieron a un camion y los llevaron a un lugar apartado de la Sierra de Guajaybon. Alli, uno a uno los fueron ahorcando, con ALAMBRE DE PUAS...a la vista de los que quedaban...que barbaros!!! (como hubiera exclamado nuestro nunca olvidado y muy querido padre Barbeito) y asi los aniquilaron uno a uno...al ultimo, le ofrecieron dejarlo ir si su padre pagaba $50,000 pesos...el, Javier Calvo Formoso, les contesto: si me lo hubieran dicho antes, mi padre les hubiera pagado $100,000 por todos...pero ahora matenme, pues no lograran un centavo. Los primeros cuatro eran mis amigos y hermanos, nunca los olvidare.
Un abrazo y feliz Navidad.
Alberto C. Lopez
Comprometido con el Derecho a Vivir
http://derechoavivir.org
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CUBA Y EL TERRORISMO
LA PATRIA NO ES DE NADIE
«La Patria no es de nadie: y si es de alguien, sera, y esto solo en espiritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia».
José Martí
--Los Cuatro Mártires de Guajaibón
Bohemia, 1959
En el vía crucis de sangre, de dolor, de muerte, que ha tenido que recorrer la Patria en su lucha para el rescate de la Libertad, la Agrupación Católica Universitaria ha pagado también su tributo. Una ofrenda aún tibia, de sepultura recién cerrada, porque have apenas unas horas que fue en Guajaibón en pleno corazón de la tierra pinareña, que cuatro de sus miembros cayeron víctimas de los agentes de la Dictadura. Sus nombres están ya para siempre presentes en el recuerdo de la ACU: Son ellos Javier Calvo Formoso, Ramón Pérez Lima, Julián Martínez Inclán y José Ignacio Martí Santa Cruz, detenidos en Bahía Honda la noche del 26 de diciembre; torturados el día 27 y ahorcados y después sus cuerpos trucidados en la madrugada del 28, festividad de los Santos Inocentes.
El Reverendo Padre Amado Llorente S. J. Director de la Congregación Mariana a que pertenecían los jóvenes mártires, nos narra con acento conmovido los detalles de la búsqueda y encuentro de los cadáveres y nos ofrece además algunos datos biográficos que ponen de relieve la preciosa existencia de esos cuatro universitarios muertos en plena floración de sus vidas. Mientras nos va mostrando fotografías pertenecientes a los archivos de la ACU recuerdos de momentos felices y solemnes de la vida estudiantil: graduación competencias deportivas, promesa mariana el estimado jesuita pone en nuestras manos el expediente de sus estudios:
Julián Martínez Inclán. Veinte años. Once como estudiante en el Colegio de Belén, en el que fue Congregante. Miembro de la Academia Avellaneda e integrante del Equipo Oficial de Basket Ball. Estudiaba actualmente el segundo año de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Villanueva.
Ramón Pérez Lima. Veintidós años. Graduado del Colegio Baldor, en el que fue Excelencia. Primer expediente en el primer año de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de La Habana. Primer expediente en el segundo año de la carrera en la Universidad de Villanueva. Actualmente era professor del Centro de Estudios Matemáticos de la Agrupación Católica Universitaria.
Javier Calvo Formoso. Veintiún años. Antiguo Alumno del Colegio de Belén, del que fue estudiante durante once años. Dignidad del Colegio. Congregante Mariano. Miembro de la Academia Literaria Avellaneda. Graduado con el segundo expediente en su curso. Professor de la Escuela Nocturna Obrera de Belén y Presidente de la Confederación de Asociaciones Universitarias Católicas. Hasta su muerte, professor de Psicología de Belén y estudiante de Medicina de la Habana y de Psicología en la de Villanueva.
José Ignacio Martí Santa Cruz. Veintiún años. Nativo de la heroica Santiago de Cuba. Graduado del Colegio «Dolores» de los Padres Jesuitas donde se graduó con el rango de Dignidad y Excelencia. Congregante mariano. Estudiaba el tercer año de Ingeniería Química en la Universidad de Villanueva. Deportista distinguido.
EL RELATO DE LOS HECHOS
El Padre Llorente S. J. complaciendo a la indagación periodística, nos ofrece el relato de los hechos que ha conmovido a toda la sociedad cubana:
"A las once de la noche del viernes 26 de diciembre, los cuatro jóvenes partieron hacia Pinar del Río. Iban desarmados y no llevaban ninguna misión de violencia: trataban de entrevistarse con unos miembros de la resistencia cívica de la provincia pinareña para conocer las necesidades perentorias que pudieran tener, especialmente en cuanto a medicinas, ropas, víveres, a fin de poder auxiliarlos desde la capital. Era una tarea patriótica y humanitaria que les había dictado de su propio corazón y que se propusieron llevar a cabo después de recibir, como lo hacían diariamente, la Sagrada Comunión: eran almas blancas que sólo aspiraban a remediar dolores y necesidades quienes estaban luchando por un ideal patriótico.
"Para evitar tropiezos en la Carretera Central, fuertemente vigilada, optaron por realizar el viaje, aunque eran cuatro, en dos automóviles, que salieron a la misma hora hacia un lugar de la provincia occidental".
El Padre Llorente have una pausa y prosigue su relato:
"De acuerdo con el plan de viaje que se habían trazado, regresarían a La Habana en la tarde del día 31, para esperar el Año Nuevo junto a sus familiares; por eso no comenzamos a impacientarnos hasta el día primero, en que ni regresaron ni tuvimos noticias de ellos. Y fue have una semana cuando fortuitamente, gracias a una persona de la provincia de Pinar del Río, amiga de la familia de uno de los cuatro jóvenes, que tuvimos noticias del trágico destino de los muchachos.
«Piel Canela»
El Director de la ACU sigue su narración:
"Fue en una cantina de Bahía Honda, have unas noches, que se tuvieron los primeros detalles del horrible crimen. Uno de los asesinos, un soldado de mala catadura conocido, por el alias de «Piel Canela», impulsado por el alcohol comenzó a jactarse entre varias personas que se hallaban en ese lugar, que él había tomado parte en la detención de cuatro jóvenes de La Habana que se dirigían a Pinar del Río y los que, horas después habían sido enviados al Cuartel de Las Pozas.
"Con esos datos, nos dice el Padre Llorente salimos de La Habana en un jeep con el propósito de encontrar el lugar donde pudieran hallarse los restos de los preciados jóvenes. Fue una tarea dolorosa que nos llevó primero a Bahía Honda donde nos entrevistamos con "Piel Canela". De sus labios conocimos detalles que nos emocionaron vivamente. Como cuando nos explicó que en altas horas de la noche, ya oscuro el calabozo donde habían sido conducidos los cuatro muchachos, oyó lo que creyó eran zumbidos de abejas. Receloso, sin embargo se dirigió al calabozo y allí presenció una escena que el propio criminal confiesa que le impresionó: los jóvenes detenidos, de rodillas, rezaban el Santo Rosario en voz baja. Atormentados ya sus cuerpos por los golpes que recibieron al llegar al cuartel.
"De Bahía Honda, el día 27 y de acuerdo con una minuciosa investigación que realizamos logramos saber que a las diez de la mañana fueron conducidos en un camión al Cuartel de las Pozas, en el Circuito Norte de Pinar del Río. Iban custodiados por varios soldados y al llegar al lugar fueron introducidos en las caballerizas, donde recibieron nuevas torturas que, según declaración de testigos presenciales, supieron soportar con cristiana resignación.
"El vía crucis continuó el día 28 cuando a las tres de la madrugada fueron sacados del Cuartel y llevados por el Teniente Dupairon, que guarda ya prisión en La Cabaña, hacia Guajaibón, donde a las cinco de la madrugada, tras cruentos y horribles torturas fueron ahorcados por varios agentes del antiguo Régimen de Batista".
El Padre Llorente S. J. nos explica ahora el momento culminante de su viaje a Pinar del Río: el hallazgo de los cadáveres, que se encontraban casi insepultos, tirados unos cuerpos sobre los otros y apenas cubiertos por cuatro pulgadas de tierra. La mano de uno de los jóvenes había quedado al descubierto y un aura tiñosa que volaba sobre el lugar nos sirvió de brújula. Y aunque los cuerpos estaban horriblemente mutilados, pudimos tener el consuelo de identificarlos y poder traerlos a la Habana donde se les di cristiana sepultura después de haberlos tendido en nuestra Agrupación y de presidir el Nuncio de Su Santidad el sepelio que constituyó una sentidísima demostración de duelo.
Sin odio, pero con severa palabra, el Padre Llorente nos have una revelación macabra.
Pero, Friguls, créeme que no fue sólo el hallazgo de esos cuatro queridos muchachos lo que nos llenó de dolor y de asombro: fueron los numerosos grupos de cadáveres que fuimos descubriendo mientras buscábamos los nuestros. Grupos de treinta, de cincuenta, de ochenta, todos víctimas al parecer de la inhumana represión que se realizó en esa zona de Pinar del Río por agentes sin escrúpulos, sin el menor sentimiento de caridad.
La mirada del Director de ACU se aviva ahora, sin embargo, cuando nos anuncia que la Agrupación aspira a levantar en ese lugar de Guajaibón donde cayeron sus cuatro miembros el 28 de diciembre, una capilla que sirva de lugar de peregrinación como homenaje a esos mártires a cuyo recuerdo se ha escrito ya esta página que cierra con un canto de esperanza cristiana el relato del Padre Llorente:
"Existen momentos de la Historia en que se aúnan a la par el Heroísmo y la Gracia.
Héroes hay legiones de ellos, en toda época y en toda latitud, realizadores de hazañas portentosas o de conquistas legendarias: son las estrellas en el firmamento de las glorias humanas. "Y más arriba hay los santos conquistadores de la Gracia, que son los luceros en la constelación de Díos.
"Mas a veces como si órbitas de ambos universos se entrecruzasen, y de esta conjunción singular nacen la faz del mundo astros nuevos, de luz esplendorosa y radiante: estos son los Mártires de la fe.
"Para ser Mártir con mayúscula, hay que ser héroe y hay que ser santo.
"Por eso esta constelación especial pertenece por entero a la Santa Madre Iglesia Católica.
"Por eso (triste paradoja del destino), tales páginas brillantes las escriben casi siempre los tiranos por manos de sus verdugos.
"Este es el homenaje sencillo a cuatro Mártires de un ideal cristiano. Si su heroísmo estaba lleno de juvenil imprudencia, su virtud estaba llena de Cristo. Fueron ejemplo hasta para sus asesinos!
Javier, Ignacio, Julián y Ramón: ved a través de estas simples líneas lo que encierran nuestros corazones!"
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Una sola gota de sangre de un solo Mártir de la Patria y de la Fé nos dará matemáticamente el fruto de la Libertad de Cuba, además de un gran período de Paz para la Nación Cubana.
Miguel Uría
jueves, diciembre 24, 2009
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