lunes, diciembre 14, 2009

UN NUEVO HUMANISMO Y LA NATURALEZA

Llamado urgente a todos
2009-12-14

Un nuevo humanismo y la naturaleza


Por Félix Sautié Mederos. E-Mail: fsautie@yahoo.com

El planteamiento de un nuevo humanismo necesario para la nueva era que estamos inaugurando en el siglo XXI, expresado explícitamente en los anteriores artículos, en los que he comentado la trascendental conferencia sobre el tema, dictada por el Rector de la Universidad Alberto Hurtado, de Chile, padre Fernando Montes Matte SJ, en el aula Fray Bartolomé de las Casas de los dominicos del Vedado habanero, requiere de una concepción integral de la cual no debería escapar ningún aspecto de nuestras vidas.

La naturaleza, principalmente, debería tener una prioridad esencial y no ser menospreciada por motivo de una estrecha interpretación semántica del concepto humanismo. Está claro que los seres humanos somos el centro de la vida y que el humanismo es una actitud volcada principalmente hacia lo que es humano, que procura encontrar las fórmulas de relacionarse entre las personas que habitamos este planeta, pero si no miramos hacia la naturaleza conformada por las plantas, los animales, la geografía de tierras y mares, así como el medio ambiente en que nos desenvolvemos, podríamos quedar huérfanos de la vida y del movimiento en un proceso de autodestrucción incontenible.

En la nueva era en que ya estamos viviendo, aparecen por todas partes los signos de que algo está fuera de control y de que el equilibrio que facilita nuestra existencia se ha salido de cauce. En este aspecto asistimos a nuestra destrucción lenta pero segura, casi de manera impotente ante la hipocresía y la falsedad de los intereses perversos que niegan el futuro a nuestro planeta y a nuestros descendientes.

Es muy difícil plantearse cualquier concepción humanística apartada del sentido holístico que en sí misma tiene la vida. Podría parecer mentira, pero en realidad ante las sequías, los deshielos, los grandes ciclones, las inundaciones y los terremotos que ya se presentan por todas partes, hay quienes, con poder de decisión y cegados por sus intereses mezquinos, se dan el lujo de negar la existencia de estas realidades de hoy. Sólo basta abrir cualquier diario cotidiano, oír cualquier estación de radio o ver cualquier noticiero de televisión para conocer esas noticias alarmantes y apocalípticas que se repiten y se repiten ante la insensibilidad de quienes las niegan.

En los momentos en que se publique este artículo, se discute en la Cumbre de la Tierra en Copenhague medidas para salvar al mundo de una destrucción segura y cercana, allí se están planteando egoísmos inconcebibles y absurdos porque esa destrucción alcanzará a todos por igual. Los pueblos del mundo deberíamos aislar a esos intereses criminales de autodestrucción y hacerles sentir el poder de nuestra unión por la vida para que se adopten las medidas oportunas y necesarias para salvarnos todos. Ya es algo inminente que se nos viene encima.

En estas circunstancias, no es posible plantearse la necesidad de un nuevo humanismo para una nueva era, que no tenga en cuenta el respeto y la acción urgente para recuperar el medio natural en que estamos insertados, con el propósito de detener la desaparición galopante de las especies animal y vegetal que día a día se manifiesta, así como para eliminar la emisión de gases contaminantes al espacio que extienden de forma alarmante los efectos invernaderos que un día no muy lejano podrán ahogarnos.

Reitero que no deberíamos aceptar que quienes son los máximos responsables de estos grandes problemas que nos afectan y nos afectarán, ineluctablemente a todos, puedan considerarse personas humanistas y de bien. Está llegando un momento en que en el mundo se establecerán barreras con estas personas. Asimismo, está llegando el instante en que tendremos que tomar acciones concretas para defender la vida y la humanidad, quizás dejar de consumir masivamente los productos de quienes producen contra toda la naturaleza y negarle masivamente el voto a los políticos que no actúen en consecuencia.

El nuevo humanismo para la nueva era, exige que tomemos conciencia de la gravedad de lo que hoy sucede ante nuestros ojos con la madre tierra, por nuestros hijos, nietos y descendientes a quienes se les niega el futuro. Publicado en Por Esto! el lunes 14 de diciembre del 2009.

http://www.poresto.net/cgi-bin/news.cgi?f=21558

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