sábado, noviembre 24, 2007

POR UN NUEVO Y MEJOR SOCIALISMO

De: ROGELIO FABIO HURTADO
Desde Cuba.

P O R U N N U E V O Y M E J O R S O C I A L I S M O.

El compañero Pedro Campos ha dado respuesta a la reiterada exhortación del Segundo secretario del PCC y Ministro de las FAR General de Ejércitos Raúl Castro Ruz, con una quincena de diáfanas propuestas para que el socialismo cubano se encamine hacia la imprescindible renovación.
. Más allá de los detalles específicos, estas 15 Propuestas expresan un cambio significativo en las relaciones entre la cúpula de poder y la masa de la población. La por muchos años reprimida opinión pública, relegada a los pasillos y a las cocinas, ha comenzado a hacerse oír con sensatez y sin temor, a propósito de las graves dificultades que ponen en peligro de extinción al ya largo proceso revolucionario.
Prácticamente todos los cubanos coinciden en la imperiosa necesidad de los cambios; sin embargo, estamos lejos de llegar a un consenso respecto al sentido y a la hondura de los mismos, Para algunos, lo único a modificar sería la actitud de las personas, quienes deben inmediatamente cumplir con todo lo establecido y decretado para que se haga la luz de la felicidad universal. En las antípodas, la oposición radical postula el desmantelamiento del sistema vigente, para proceder a la reconstrucción del modelo capitalista. En este preciso contexto, se nos presenta Pedro con sus propuestas, concretas, específicas y, sobre todo, consecuentes con la problemática que nos afecta y nos incumbe absolutamente a todos los cubanos.
Ninguna de estas medidas implica comprometer la soberanía ni la integridad de la Nación. Todas ellas proponen cambios a partir de la realidad y en el mejor sentido del Socialismo. Por su voluntad constructiva, se distinguen nítidamente de los habituales planteamientos críticos de la oposición, así como de las siempre optimistas promesas de los funcionarios y portavoces estatales.
Tanto la equiparación de la moneda nacional con el dólar, a partir del actual peso convertible (CUC) como la desaparición de la Libreta de Abastecimientos, la aplicación de una nueva reforma agraria y la entrega libre de licencias para ejercer actividades económicas son disposiciones capaces de modificar la atmósfera vital de la economía, dinamitando de raíz el modelo paternalista, de mera obediencia pasiva, donde la burocracia administrativa intenta suministrarlo y dominarlo todo sin conseguir efectivamente ni lo uno ni lo otro, sino la deplorable evidencia de un socialismo estancado en la miseria, incapaz de ganarle la batalla cultural y psicológicamente a un capitalismo capaz de convertir en mercancía sus propias lacras.
La distribución de ganancias periódicas entre el colectivo de trabajadores concretaría inobjetablemente la propiedad social sobre los medios de producción. Entonces, los obreros, como dueños efectivos, velarían muy de cerca por el ahorro y reaccionarían contra quienes actualmente se apropian por su cuenta de unos bienes que carecen de dueño visible.
Del mismo modo, los cuadros técnicos y administrativos, al depender de la voluntad del colectivo obrero y no de la voluntad del correspondiente funcionario jerárquico, meterán el hombro en pie de igualdad con sus compañeros de empresa. Pronto, los más esforzados y calificados se verán recompensados y serán espejo para los colectivos rezagados, quienes entrarán en viva emulación, sin necesidad de retórica alguna. Los resultados prácticos de este realismo no demorarán en reflejarse en la vida concreta del pueblo. En la medida en que el trabajo repercuta en prosperidad, serán muy pocos los que prefieran no hacerlo. El aparato estatal se ocupará de los lineamientos macroeconómicos y mediante los ingresos impositivos continuará financiando los sistemas de salud y enseñanza. Los funcionarios pasarán de rectores a servidores de la clase obrera. Tanto ellos como el personal técnico participarán en pie de igualdad con los trabajadores de los beneficios económicos de la gestión productiva común.
Problemas tan agudos como el transporte público y la falta de viviendas también son considerados por Campos, quien respecto al primero, propone la creación de cooperativas de gestión compartida entre los empleados y los inversionistas. Para el segundo, estima conveniente revitalizar el movimiento de microbrigadas obreras en su concepción original y la autorización plena a la venta y al alquiler de casas y habitaciones por parte de la población. Otra de las propuestas pide la liberación de todo impedimento a la compra y venta de las propiedades particulares de los ciudadanos.
Se trata de liberarnos de la camisa de fuerza del Totalitarismo de Estado, asfixiante para la sociedad, creado por Stalin y definitivamente fracasado en 1989-1991, para iniciar la búsqueda de un socialismo donde los trabajadores y no los capitalistas ni los burócratas administrativos, sean la real clase dominante, la única capaz de superar los límites de su egoísmo, para crear y distribuir la riqueza con generosidad, con todos y para el bien de todos.
. Si bien se echan de menos en ellas tanto la inmediata amnistía para quienes guardan prisión por delitos políticos como la convocatoria a un amplio diálogo entre todos los cubanos, estas provechosas propuestas formuladas por el compañero Pedro Campos son un punto de partida muy propicio para el fecundo debate nacional. Esperemos que el liderazgo revolucionario de Cuba las considere, analice y se pronuncie respecto a ellas.
Rogelio Fabio Hurtado
23-11-07

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