Es que Rivera persigue las cámaras para verse en la tele?
Por Alvaro F. Fernandez Leer Versión en Inglés
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David Rivera, el representante estatal de la Florida, es implacable --un implacable manipulador de información y un alborotador. Mientras miente y causa confusión para beneficiarse a sí mismo, hace caso omiso de sus electores en el Distrito 112 de Miami, quienes sufren los efectos de los recortes en los servicios sociales para los ancianos y en la educación para sus hijos. Para qué decir nada de la inhabilidad de muchos de costear su seguro de salud. Al mismo tiempo, Rivera contribuye a presidir una legislatura que sigue aumentando nuestros impuestos mientras que elimina todo lo que esperamos de manos de nuestros líderes políticos. Digo que "contribuye a presidir" porque Rivera tiene acceso directo al presidente de la Cámara de la Florida, Marco Rubio, quien lo considera como uno de sus lugartenientes. Así y todo, Rivera prefiere soslayar a su público y persigue las cámaras en busca de una oportunidad para exponer a un Fidel o a un Raúl Castro escondido detrás de todo arbusto en el sur de la Florida.
Quizás sus tareas son superiores a su habilidad, pero el hecho es que Rivera es totalmente ineficaz en lo que se refiere a sus deberes como un legislador estatal. ¿Qué ha cumplido en Tallahassee en el curso de su carrera política? Pero en lo que se refiere a torcer la verdad y falsear información para confundir el tema de Cuba, eso lo ha hecho desde que llegó a la capital de la Florida en el 2002. Con anterioridad, lo habían entrenado como perro de guardia de Al Cárdenas, quien fuera presidente del Partido Republicano de la Florida hasta hace un par de años.
Recientemente, Rivera presentó el Proyecto de Ley 1310 de la Florida, que debía entrar en efecto el martes 1 de julio. El juez federal Alan Gold emitió una orden temporal que suspende la implementación de esa ley, que aumenta las regulaciones sobre los viajes a Cuba, una industria que ya está extremadamente regulada por el gobierno federal. Rivera (y quienquiera le dio la idea) esperaba descarrilar la industria totalmente. El problema, así como las medidas federales impuestas en el 2004, es que los que pagan el precio de las imbecilidades de Rivera son los cubanos que han esperado tres años para visitar a sus seres queridos en Cuba. Si la Ley 1310 de Rivera permanece en efecto, los vuelos serán más costosos y más largos. Y no se sorprenda usted si ve a mucha gente viajando a Cuba por un tercer país, para evitar el caos causado por la Ley 1310 --y sufriendo más penurias, especialmente los viajeros ancianos.
¿Quién se beneficia?
Para comenzar, se me ocurre que Cubana de Aviación, la aerolínea nacional, con gusto recogería a los viajeros que volaran de Miami a Nassau o a Jamaica o a la República Dominicana --los iría a buscar a cualquier tercer país al que ellos viajaran. Entonces pregunto: ¿Es posible que la ley de David Rivera brinde ayuda económica al gobierno de Cuba?
Estoy seguro que muchas personas leerán esto de manera distinta. Al mismo tiempo, existen muchos indicios que me dicen que algo va a suceder que no es favorable a las fuerzas del mal (o sea, el bando de Rivera.) Cuando cierro los ojos, mi fértil imaginación me permite ver un nido de serpientes cascabel y cobras que se pelean la misma rata. Yo sé quienes son las serpientes; me es difícil enfocar la rata.
El lunes pasado, Rivera fue entrevistado en el programa radial de Edmundo García, un personaje popular y astuto. García le preguntó a quemarropa sobre los esfuerzos de los congresistas Lincoln y Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen para convencer al gobernador de la Florida, Charlie Crist, que firmara la Ley 1310 para que entrara en efecto el 1ro de julio. Rivera trató de esquivar la pregunta dos veces. Entonces, García mostró el sonido de un video de Rivera en el que le decía a un reportero del Canal 51 que los tres congresistas efectivamente le habían enviado cartas a Crist instándole a firmar la 1310. García mostró el video dos veces. Rivera (a quien me refiero como un "disco rayado") continuó evadiendo la pregunta, a pesar de los hechos que fueron presentados. Cuando menos, el señor ése quedó abochornado, aunque no estoy seguro si existe algo que lo abochorne. (Para escuchar la conversación entre Rivera y García, haga click aquí.)
¿Por qué Rivera está negando o evitando la pregunta sobre los Díaz-Balart y la Ros-Lehtinen?
Permítame hacer una conjetura:
• Fuentes cercanas a ambos bandos me han dicho que Rivera y Marco Rubio están interesados en ocupar los sillones de los hermanos Díaz-Balart en el Congreso. ¿Es que están empeorando la situación para asegurarse de que Lincoln y Mario sean derrotados en noviembre? (Sondeos recientes revelan que, si las elecciones ocurrieran hoy, los tres congresistas perderían.) La situación anti-familias no ayuda a nuestros congresistas durante el periodo de elecciones. Si los Díaz-Balart pierden, Rivera y Rubio podrían ser los candidatos republicanos en el 2010.
• Algunos especulan que Ileana Ros-Lehtinen ha concertado un pacto para distanciarse de los Díaz-Balart. Aunque los sondeos indican que ella perdería hoy día, es posible que ella sea la más fuerte de los tres congresistas cubanoamericanos del sur de la Florida. (¿Ve usted por qué hablé de serpientes que se muerden entre sí?)
• ¿Es posible que todo esto fuera un intento fallido? ¿Y que ahora los congresistas no quieren tomar parte y han dejado a Rivera solito? Observe que nadie del Lado Obscuro ha salido a defenderlo últimamente.
• O quizás Rivera resultó siendo implacable y mentiroso --pero no la luz más brillante en el Lado Obscuro.
¿Podría ser que verdaderamente él persigue las cámaras porque le gusta verse en la tele?
martes, julio 08, 2008
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