Desde Venezuela
EL TSJ MALUCO A ENRIQUE MENDOZA MANDÒ
A BUSCAR TRABAJO
ELIGIO DAMAS
Enrique Mendoza D´Ascoli, me acabo de enterar, es hijo de Eduardo Mendoza, un narrador hípico, quien fue conocido con el seudónimo de “Miralejos”. Quizás - es natural que así sea- de esa circunstancia el primero aprendió que la vida podía jugarse en las cuatro patas de un caballo. También es probable que haya terminado por creer que mira más allá de más nunca.
Pero no pudo internalizar aquel verso del tango gardeliano “Por una Cabeza” que dice:
“Por una cabeza de un noble potrillo
que junto a la raya se afloja al llegar
y que al regresar parece decir
no olvides hermano,
vos sabès, no hay que jugar”.
Y por eso, cuando apenas comenzaba a cursar la carrera de Derecho, sólo con lo aprendido en el bachillerato, que uno bien sabe cuanto fue, pues ni siquiera alcanzó lo que Piñerùa en la universidad de la vida, y va allí, cabeza a cabeza, con Manuel Rosales, eso es evidente, basta oír algunos de sus discursos, ante el llamado de José Antonio Pérez Díaz, dejó todo por la carrera política. Pensó que sería como ir al hipódromo a apostar a las carreras o a eso que ahora llaman vende paga, armado con los datos que la mafia filtra a los amigos, socios, cómplices o a quienes se bajen de la mula.
Porque como dice el tango del “morocho del abasto”:
“pero si algún pingo llega a ser fija el domingo,
yo me juego entero, que le voy a hacer”.
No hay dudas, pero no deja de asombrar, que la genética es una vaina que, como la liebre, de algún mogote salta.
Y por no tener profesión conocida, habilidades manuales e intelectuales para dedicarse al trabajo creador, pero si la inspiración por lo azaroso y el deseo de vivir entre lujos sin compensar a la sociedad, se la ha pasado todo el tiempo en la politiquería y dependiendo de los números que salgan de las urnas electorales. ¡Qué uno sepa!
Pero el tipo, aquel que dijo la célebre frase redundante “a ese canal lo vamos a sacar fuera del aire”, por culpa de Pérez Díaz que no le dejó estudiar, porque la “Gaceta Hípica” no es la Biblia, tiene mucho de gracioso, irónico o cínico, pues después que Irene Sáez se le distanció para no seguir encubriéndole, creo un partido que llamó del “Trabajo”.
Fue concejal y hasta gobernador del Estado Miranda, además de haber cumplido otras funciones derivadas de su vida azarosa, puesta en las cuatro patas de un caballo y en el cantar del lotero. Y se acostumbró, envició o “ensebó” tanto que no concibe la vida si no está en esos menesteres. Porque lo de él no es pedir, sino que le pongan donde haya.
Por esta forma de concebir la vida, cuando acudió al TSJ en reclamo por su inhabilitación, dictada por la Contraloría General de la República, alegó, para asombro de uno que, “la privación de la posibilidad de continuar prestando servicio a la Administración Pública limita sustancialmente sus ingresos económicos”. Y que los números de las encuestas, como los de las estadísticas hípicas, le indicaban que sería de nuevo gobernador. Y privarle de eso, le dejaría en la indigencia.
El TSJ, por el respeto que le merecen los ciudadanos que a él acuden, aunque no le respeten ni le crean, en sentencia respondió que la inhabilitación “no impide al recurrente obtener ingresos económicos a través de otros medios lícitos”.
Claro….. Todo el mundo sabe que a esta altura del partido, Enrique Mendoza, no necesita de esos ingresos ni de otros para vivir con holgura. No es necesario ese llamado sutil del TSJ para que deje la guarimba, lo del burlarse de la gente con la cachucha al revés y de mandarlo a trabajar, pero sí aquello relativo a la obtención de ingresos por medios lícitos y como le hubiese dicho Gardel, “no olvides hermano, vos sabès, no hay que jugar”.
Y bien podría alguno de nosotros, con generosidad y buena fe decirle, hermano, aprovecha el tiempo, todavía puedes, “ACUDE TE ESTAMOS ESPERANDO”.
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