ENVIADO DESDE CUBA POR NR
PUBLICADO POR: Hector García Soto
Juana Bacallao
¡Cómo con esta maravilla de persona uno nunca sabe dónde está la verdad y dónde está el mito, lo dejo todo a consideración de ustedes después de la lectura!
¿Va callá? Juana va cantando
30/07/2008
Por José Luis Estrada Betancourt
Descendió del auto a la usanza de las reinas. Avanzó por el estrecho pasillo, como si estuviera cubierto por una larga alfombra roja, luciendo unos zapatos que retaban el brillo del intenso sol. Ese día andaba ataviada discretamente: saya larga y plateada; blusa de idéntico color con una pechera de hilos dorados y rosados y una inmensa pamela, que hacía juego con sus zapatos de tacones altos de charol rojo. Cruzó la céntrica Calle 23 del Vedado habanero como lo que es: una primera dama del espectáculo en Cuba y como tal pidió los aplausos —que ella disfruta tanto— de aquellos que se aglomeraron para admirarla. "Eso es, mi pueblo. Yo soy Juana Bacallao, la estrella; Juana la cubana: única e irrepetible".
Así es de auténtica la showoman de Cuba, Juana Bacallao. Presenciar una actuación de esta mujer llena de energía es la gloria. Y es que esta criollísima señora derrocha por doquier ese talento innato que hace disfrutar su voz singular cuando dice esos temas tan suyos como Yo soy Juana Bacallao, Espíritu burlón o Siguaraya. Ella, de gracia sin igual, es capaz de regalar una y otra vez momentos inolvidables con sus dicharachos y ocurrencias. "Siempre hay un chisme sobre mi figura... envidiosa que es la gente. Pero a través de los años sigo siendo Juanita luchando", dice en cuanto entablas una conversación con Nerys Amelia Martínez Salazar, como fue inscrita por sus padres. "Yo tengo dos nombres, uno para cuando me vayan a enterrar y otro artístico que me lo puso Obdulio Morales".
De edad desconocida, expresa como solo ella sabe hacer cuando se le interroga por el año de su nacimiento: "Mira, deja eso, porque el problema es que los años... El pueblo sabe la vida del artista y guarda pedacitos de periódicos y de momento te pasa como a mí en una gira que realicé por la Isla, en que una mujer mayor vino con un recorte y me dijo:
"Juana, esto fue cuando usted vino aquí con Arredondo"..., porque así hacen siempre los admiradores... Ya Juana lleva siete décadas actuando en escenarios del mundo, pero no me gustan las matemáticas ni tengo calculadora..."
—Juana, ¿por qué se le ve tan poco últimamente?
—A Juana nunca se le ve, ¿verdad? Siempre está en su apartamento. Tiene que ser cuando la llaman, porque Juana es una persona que parece más catedrática que artista. Exacto. Por eso quiero decirle que me siento muy feliz y muy dichosa de compartir con mi gente. No quiero hablar de tristezas, porque el pueblo ya sabe la vida de Juana. El arte es una cosa de naturaleza porque yo nunca he estudiado música.
"Yo empecé luchando, una niña muy bien criadita en el colegio de monjas de Las Oblatas. Cuando uno pierde la madre y el padre, ya no vale nada y sí hay egoísmo cuando una tiene un barracón. Quiero decir que he sido, ustedes saben, una mujer muy luchadora y decente. Tuve que batirme..."
—Si no estudió música, ¿cómo toca piano, tumbadoras..?
—Esas son cosas de la naturaleza. El arte se estudia, porque si los músicos no estudian no pueden tocar un instrumento. Yo hago los números míos. No hace mucho llegué de México y estuve con el chiquitico. ¿Cómo se llama? Nelson Ned, que estaba en el show. Yo no tenía una foto ni nada, sin embargo, él mandó a poner un cartel cuando vio los aplausos y el éxito. Y apareció todo, gracias a mi lucha y a Armandito (Armando Guerra Sarduy, director general de Tiembla Tierra, grupo que la acompaña)... Porque ustedes saben que yo era muy pobre. Yo no soy rica, no vaya a ser cosa que rompan la ventana de madrugada, porque la humanidad siempre ha estado inventando.
"Pero he sido una mujer luchadora, una mujer divina. Tengo que ser muy revolucionaria, porque sinceramente a mí me han querido comprar en varios países y he viajado el mundo entero desde que solté el palo de trapear, porque era criada. Estuve en Las Vegas de Nevada y en otros lugares, pero como mi Cuba, nada. Porque a todo el mundo le gusta el avión. Yo soy una mujer muy fina.
"Yo tengo una latica guardada, donde cocinaba el potaje en aquellos reverberitos de alcohol; y yo dije: la voy a guardar, para poder decir que la vida es muy grande. Hoy cualquiera es artista, cualquiera llega, pero cuando el programa Jueves de Partagás no era así. Pero no quiero hablar de tristezas".
—¿Cómo usted pudo despuntar cuando en su tiempo había tantos artistas grandes?
—Bueno yo salí de mi trabajo. Pasó Obdulio Morales cuando yo limpiaba la escalera en Laguna y Perseverancia, y me dijo: "Quiero hablar con usted para que me haga una producción que se llama El milagro de Ochún, en el Teatro Martí", donde pasaron las grandes estrellas: Rita, Candita Quintana, Garrido y Piñeiro y todos me querían muchísimo porque tenían más que yo. Y seguí luchando, porque yo no tengo complejo de decir la verdad y no quiero llorar porque se me caen las pestañas postizas, pero todos pasamos trabajo y más la parte sufrida.
"Me botaron una vez del Centro Gallego y dije: No voy a venir más porque esto está malo. Porque en el arte... Cuando uno sube se cree que ya llegó. Ya no quieren saludar al de la puerta y quieren maltratar a la que está limpiando. Y esa es la gente que me quiere. Si me da un dolor en el cabaret, ¿quién corre? Esos son los detalles de la vida.
"Empecé sola, con un solo trapito. Lava, tiende, lava, tiende... ¡Ay, mi madre! Y la maletica cobarde a cuestas, que era de cartón. Menos mal que compraba en la esquina de la casa un paquete de gandinga que me duraba tres días. Entonces la noche que fui a debutar en Jueves de Partagás... muy difícil... menos mal la esposa de José Antonio Alonso. Él me ayudó mucho, al igual que mi amiga Consuelo Vidal. Me ganaba el premio y seguía luchando. Me sentía muy orgullosa de cantar, con los zapatos rotos, porque todos empezamos por ahí.
"¿Quién me iba a decir que con los años iba a cantar en Francia, en la Ópera Cómica de París? Fui un terremoto. Todos de la high life, pero fui inteligente, porque cuando saqué la conga para la calle soltaron los abanicos y se pusieron a gozar. La finura se les fue para los pies..."
—Juana, ¿cuánto hay de verdad en eso que se dice sobre su encuentro con Michael Jackson?
lLo más grande. Eso fue con el show de Tropicana, con otras grandes estrellas, como la señora Omara Portuondo, la Fragoso (Argelia)... Yo nunca pensé en mi vida... el día que me muera me voy feliz: canté en la ONU. ¿Tú sabes lo que es que esta cosa cante allí? Yo no sabía ni lo que era. Pero me transformé enseguida porque tengo una personalidad tremenda. Me puse una tremenda "coba"... Y cuando canté se cayó la ONU abajo...
"Qué iba a pensar que en Los Ángeles, que estoy haciendo El bembé, con mi tabaco y estoy sacudiendo y Michael Jackson me gritó para que lo sacudiera a él. Me llevaron a Hollywood. Conocí a Tina Turner, que se hizo amiga mía. Ella es sencilla como yo. ¡Qué locura! Era un sueño. Pero cuando entré en el camerino sienten que yo me caigo, porque ¿tú sabes lo que es sacudir a una estrella como él? Michael preguntaba por la cubanita, la que se robó el espectáculo. Esas son las historias de mi vida. Y mientras esté entera cantaré para mi pueblo que me adora".
martes, agosto 19, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario