Desde Venezuela
VUELVE EL HOMBRE DE LA CARNICERÌA CON PEROGRULLO TASCÒN
Ahora les toca “trabajar” en las Estaciones de Servicio (Bombas de Gasolina”)
ELIGIO DAMAS
“¿Ciudadano, desde cuándo tiene usted esta carnicería?”
Palabras más palabras menos, en esa forma impersonal, aquel tipo que en la célebre cuña transmitida por toda la red privada de televisión, cada diez minutos aproximadamente, fingía ser funcionario del gobierno, interrogaba al atónito propietario del negocio.
El interpelado, no sin dejar ver su sorpresa, con timidez le respondía:
“Como ocho años”.
“Debe saber usted - volvía a tomar la palabra el siniestro individuo- que a partir de la aprobación de la Reforma Constitucional sometida a referendo, este negocio pasará a manos del Estado”.
De esa manera truculenta, la oposición al gobierno nacional y la derecha toda, incluyendo altos jerarcas de la iglesia católica, asumieron el debate correspondiente al artículo 115, el cual consolidaba la propiedad privada y establecía nuevas relaciones, siempre dentro del más amplio espíritu y sentido democrático.
Ahora, cuando la Asamblea Nacional se apresta a discutir la “Ley de Reordenamiento del Mercado Interno de Combustibles Líquidos”, el hombre ha vuelto a la calle, apertrechado con su maletín de utilería, a visitar los pequeños negocios que expenden combustible con su nefasto mensaje. Por supuesto, por ahora, lo está haciendo a través de los informativos escritos y audiovisuales opuestos al gobierno, tanto que solamente les guía el interés de tumbarle.
Ahora anda diciendo por allí:
“¿Desde cuándo tiene esta estación de servicio (bomba en el lenguaje coloquial)?”
Y como antes, repite su mentira y su versión deformada de la Ley.
El proyecto, ya aprobado en primera discusión, en su artículo primero reza lo siguiente:
“Se reserva al Estado, por razones de conveniencia nacional, con el carácter de servicio público, la actividad de INTERMEDIACIÒN PARA EL SUMINISTRO DE COMBUSTIBLES LÌQUIDOS, realizada entre las filiales de Petróleos de Venezuela S…A. y los establecimientos dedicados a su expendio.
Es decir, el productor del combustible, PDVSA, valiéndose de esa disposición acortaría la cadena de comercialización y se convertiría en suplidor directo de las Estaciones de Servicio; lo que nada tiene que ver con ese bodrio oposicionista, según el cual se expropiarían. Por eso, los expendedores al público han aplaudido la decisión, pues esa sola medida hace posible que el combustible les llegue más barato. Pues se suprime el margen de rentabilidad, siempre obsceno de los intermediarios.
Además, según el parágrafo Único, del artículo segundo, la reserva en materia de transporte del combustible, operará en el caso de aquellas empresas que “desarrollen concentraciones de mercados”; esto es, que posean u operen “cinco o más unidades de transporte”. Por supuesto, los “pequeños empresarios”, que no lo son tanto, continuarán como ahora. Tanto que el 40 por ciento de la distribución del combustible seguirá en manos del sector privado.
La medida pues, está dirigida a hacer más corta la cadena, permitir que el combustible llegue a más bajo costo a las Estaciones de Servicio y a romper la monopolización o cartelizaciòn, por parte de agentes privados, muchos de ellos internacionales, quienes poseen hasta 300 unidades de transporte. Y estas circunstancias, según el criterio opositor no son beneficiosas para los venezolanos, para quienes expenden el producto directamente al público ni al interés nacional. Por supuesto, bien saben cuánto daño podrían hacer si sus amigos mantienen eso bajo control
Pero esta vez, el aguafiestas, mensajero maligno, portador de maledicencias y mensajes pesimistas, va acompañado de un nuevo personaje. A su lado va Luis Tascòn. Quien optase por separarse del proceso de cambio, porque, según dijo, éste había sido secuestrado por la derecha, la que llamó “chavistas sin Chávez”.
En el debate dado en la AN, cumpliendo con la obligación de la primera discusión, al diputado tachirense sólo se le ocurrió una perogrullada, una frase o juicio, un lugar común, que siempre pronuncian quienes no tienen como justificar sus iniquidades; dijo como si estuviese anunciando el descubrimiento de la pólvora que no se podía aprobar esa ley “sin la necesaria consulta”. (1) ¡Como es verdad que éste se cayó de la mata! Dice que esa medida podrìa “promover un conflicto que paralice al paìs”, cuando justamente es todo lo contrario.
Esta opinión, me trajo a la memoria una anécdota de cuando el Dr. Edgard Sanabria, presidía la Junta de gobierno, en el año 1958. Habiéndose decidido promulgar un Decreto Ley, mediante el cual se aumentaba ostensiblemente los impuestos a pagar por las empresas que extraían y comercializaban el petróleo, un personaje que pensó como ahora Tascòn, interrogó al presidente:
¿Dr. Sanabria, no cree usted que antes de poner el ejecútese a esa Ley, debemos consultar a las petroleras?
“El flaco” Sanabria, como llamaban al profesor de Derecho Romano, con dignidad y firmeza respondió:
“La soberanía no se consulta, se ejerce”.
(1) El Tiempo”, Puerto La Cruz, 28-08-08. Pág. 10.
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