Desde venezuela
EL BAÚL DE LUIS REYES
En Barcelona, se repitió lo del Sambil Candelaria.
ELIGIO DAMAS
El presidente Chávez, en el “Aló” del domingo próximo pasado, 12 de julio, habló con consternación de lo hallado en lo que llamó “el baúl de Luis Reyes”.
Se refirió al ministro de la presidencia, ex gobernador del Estado Lara, quien le informó acerca de 237 proyectos seleccionados en los “Gabinetes Móviles Regionales”, por los cuales la nación erogó la gigantesca cifra de más mil millones de bolívares fuertes o lo que es lo mismo, un billón de la moneda anterior, o 466 millones de dólares, en el año 2005, los cuales no se ejecutaron.
Según la información escrita que manejamos, el presidente acaba de admitir que “muchos de ellos se quedaron en el camino”.
De esos proyectos, “60% recibió el 100 por ciento de los recursos necesarios para su ejecución, 24 % el 75 por ciento y 16%” la mitad de lo acordado.
Durante estos años, se escucha a gente del pueblo, partidaria del proceso, preguntar y preguntarse, por qué pese las enormes erogaciones que el gobierno hace para cubrir determinadas deficiencias, en áreas específicas, al correr los años, no se le ve, en algunos casos, “el queso a la tostada”.
Uno sabe bien que Luis Reyes, no sólo no es tan viejo, como para que hablemos del “Baúl de los Recuerdos”, como tampoco lo es el gobierno del presidente Chávez, por lo que no es exagerar concluir que en esa “caja de Pandora”, hay más cosas que airear, antes que pasen a los archivos enmohecidos o “entelañarados”. Y uno celebra, que el aviador de combate, haya detectado deficiencias que otros, con más tiempo dentro del gabinete gubernamental y teniendo mucho que ver con el control o supervisión de esos asuntos, nunca se han percatado.
Fue Chávez, y esta es buena oportunidad para volver sobre el asunto del control a quienes gobiernan y administran, involucrando más al partido, sus dirigentes, consejos comunales, militancia y pueblo en general, quien detectó que la “empresa socialista” creada a partir de la expropiación de un hato bajo situación de latifundio, se negaba a venderle su producción cárnica a Mercal. También fue él, quien detectó que pescadores de sardinas, de cooperativas financiadas con justo criterio y hasta largueza por el gobierno, preferían venderle sus capturas a la empresa privada y no a la enlatadora “La Gaviota” de Cumaná. También tuvo que ser el presidente, quien por intermedio de los trabajadores de esta empresa socializada, se informara que las tomateras y hasta Sidor, productora del material para elaborar las latas o envases, ambas bajo el mismo régimen, ponían trabas y toda clase de dificultades, para vender a aquella, la materia prima que necesitaba.
Tenemos que llamar a Chávez, para que se cerciore, que por años, incluyendo los muy recientes, en Barcelona o a lo largo del Neverí, se han vendido espacios y otorgados permisos de construcción en ellos, que se cree corresponden al área de defensa y protección del río y permitido que aguas residuales de esas edificaciones, corran al cauce de éste. Mientras los funcionarios, supuestamente de la revolución, que deben poner coto a esas irregularidades o tomar las decisiones sujetas a la legalidad, se escudan alegando que la permisología fue otorgada antes que ellos llegaran allí. Y conste que, este tipo de respuesta, la escucha uno, cuando todavía estamos a tiempo de detener los males a muy bajo costo, sin importar la naturaleza de éste.
No se atreven a tomar las decisiones que demandan las circunstancias históricas, porque eso les enfrentaría con los violadores de la legalidad y aprovechadores de la indiferencia, pero no renuncian al cargo, convirtiéndose en estorbos del proceso.
Porque Chávez no estaba al tanto del asunto o no puede estar al mismo tiempo en todas partes, se otorgaron en pasado reciente, permisos de construcción, para desarrollos de cierta magnitud, como el Sambil de la Candelaria o el llamado Puente Real de Barcelona, construido éste y las edificaciones y viviendas aledañas, en lo que fue un hermoso parque natural, formado por dos lagunas al cual llegaban en las tardes centenares de aves de distintos colores, que ya están ocasionando serios impactos en una ciudad que crece sin orden ni concierto. Sin hacer mención al puente mismo, al cual ya tienen arrinconado y disimulado tras unos enormes promontorios de tierra, como para borrarle de la memoria popular.
Por lo menos, a uno le satisface que Luis Reyes, en virtud que muchos altos funcionarios, nacionales, regionales o municipales, tienen responsabilidades en esas irregularidades, mencionadas por el presidente, por omisión o desidia, esté “jorungando” el baúl y sacando trapos sucios. También, que a tiempo, apenas el gobierno nacional se ha posesionado del Banco de Venezuela, se haya detectado que “funcionarios de una gobernación oficialista”, según expresiones de Chávez, estén solicitando comisiones para depositar en esa entidad financiera.
Ya José Vicente Rangel, denunció como se retiran depósitos de cuentas oficiales del Banco Industrial de Venezuela, institución oficial, para llevarlos a la banca privada, por razones inexplicables.
Todo lo anterior, no hace sino confirmar, la necesidad de organizar al pueblo, al partido, empoderarlos a ambos para que, entre otras cosas, se conviertan en dirigentes y vigilantes contra los desidiosos, maulas y aquellos que medran a la sombra del poder y hacen rituales para quedar atornillados.
martes, julio 14, 2009
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