PRENSA PRESIDENCIAL DE VENEZUELA
PUBLICADO POR : Frank Díaz Rey
REVOLUCIÓN Realidad de Honduras es la confirmación del proceso revolucionario
Sandino: Su legado corre por las venas de toda Centroamérica
Ya las avenidas, plazas y casas de la ciudad de Managua esperan la celebración de este 30º aniversario. Banderas del FSLN son el común denominador y reflejan que el apoyo a la Revolución fue, es y será para siempre
Prensa Presidencial (18.07.09) Managua, Nicaragua. Augusto César Sandino, más que un militar, fue un hombre que dejó un legado que corre en nuestros días por la sangre de Suramérica, Centroamérica y otras latitudes para confirmar que su gran herencia la han tomado los pueblos para labrar un camino revolucionario que los llevará a la verdadera independencia.
Fe de ello la da su nieto, Walter Castillo Sandino, a quien encontramos en la Plaza de la Revolución, Managua, en medio de una vigilia como preámbulo a la conmemoración del aniversario 30 de la Revolución Sandinista que derrocó al último miembro de la familia Somoza, que durante 45 años impuso una dictadura militar en Nicaragua.
Así como esta vigilia, ya las avenidas, plazas y casas de la ciudad de Managua esperan la celebración de este 30º aniversario. Banderas del FSLN son el denominador común y reflejan que el apoyo a la Revolución fue, es y será para siempre.
Las palabras de Walter Castillo Sandino estaban acompañadas con un fondo de música revolucionaria, la misma que escuchaba décadas atrás, la cual parecía transportarlo y emocionarlo más, pues las palabras y su rostro así lo demostraban al hablar de su abuelo (Augusto César Sandino) y del legado que dejó.
Precisamente, ese legado hoy está sustentado con documentos, comenta Castillo Sandino, a través de un libro que se acaba de editar, que se titula El Bandolerismo de Sandino en Nicaragua.
Resaltó el carácter filosófico de Sandino, por el cual fue tildado de “loco por planteamientos filosóficos”. Dice su nieto que Sandino sí estaba loco, pero por su Patria y por su pueblo. Esas son cosas que hoy en día las podemos entender”.
“Desde que nacimos tenemos marcado el nombre de Sandino”, condición que “nos ha traído mucho sacrificio”. Un ejemplo: él mismo (Sandino nieto), con cuatro hermanos que nacieron en diferentes departamentos de Nicaragua.
“Yo soy el más pequeño. A la edad de un año nosotros fuimos sacados de una manera clandestina de este país gracias al Che Guevara y a Fidel Castro, quienes se dieron cuenta de la situación que estábamos viviendo en el país y giraron instrucciones para que saliéramos del país hacia Honduras.
Ahí fuimos recibidos por guerrilleros de Sandino, combatientes de Sandino, viejitos ya, que se admiraron de ver a mi madre. Cuando la vieron la exclamación fue: «¡Hombre, la misma cara del viejo!». Imagínense qué admiración tenían esas personas por Sandino, y se hicieron cargo de nosotros. Nos llevaron a Cuba, a un lugar muy difícil, ahí vivimos 18 años en el exilio. Después vinimos a Nicaragua, a la guerra. Aquí conocimos a personas que tuvieron que ver con Sandino”, narró impregnado de una gran emoción, mientras miraba bailes típicos de la nación centroamericana que se mostraban al pueblo en el marco de la vigilia.
30 años de Revolución son muchos para un ser humano, pero pocos para un pueblo entero, subrayó Walter Castillo Sandino, porque “parecieran 30 años que hay muchos que lo ponen de una forma muy fácil. (…) Nosotros somos seres humanos, lo hemos sentido en carne propia, hemos perdido familiares, hemos perdido muchas cosas: emociones, la juventud. Nos dedicamos a andar con un fusil en las montañas nicaragüenses, y a trabajar toda la vida, pero valió la pena porque ha cambiado el mundo”, dijo lleno de regocijo.
“Hoy en día nuestra generación puede disfrutar esto que vemos, que podemos estar en un país libre, hablando en una plaza. Antes aquí había un toque de queda, prohibición de reunirse más de tres personas. Nos sentimos muy orgullosos de encontrarnos en un país libre y soberano”, puntualizó y manifestó que Sandino estaba convencido de la presencia de Dios. “Esa era la fuerza que le movía y que lo inspiró a escribir el Manifiesto Luz y Verdad”.
Revoluciones de hoy
El 15 de febrero de 1931 dice Augusto Sandino que “el mundo no se va a acabar en el año 2000; lo que va a suceder en realidad es que los pueblos oprimidos van a romper las cadenas contra los imperialistas de la Tierra”.
“Él estaba hablando de las revoluciones. Inexplicablemente Sandino dio una explicación filosófica increíble. Lo que vaticinó Sandino fue a los pueblos rebelándose contra el imperialismo. Estaba hablando de la Revolución Cubana, la Revolución Nicaragüense, la Revolución Bolivariana en Venezuela, Bolivia, Ecuador, en El Salvador y Honduras”, apuntó Walter Castillo Sandino.
Refirió que lo que hoy sucede en Honduras interpreta perfectamente la filosofía de Sandino y nos permite darnos cuenta de que este es un proceso irreversible. “Esto no tiene marcha atrás. Lo que está pasando en Honduras es la confirmación de este proceso revolucionario”.
Fue en junio de 1979 cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se lanzó a la ofensiva final.
Tras varias semanas de intensos combates que causaron numerosas víctimas, Somoza fue derrocado y huyó al extranjero. El 19 de julio de 1979 los sandinistas celebraron, por fin, el triunfo de su revolución.
Con el triunfo de la revolución comenzaba un nuevo período lleno de ilusión pero también de dificultades. El país había quedado destrozado por la guerra, las víctimas habían sido muy numerosas y Estados Unidos mostraba una actitud recelosa ante las nuevas autoridades nicaragüenses.
En 1984 los sandinistas vencieron en unas elecciones supervisadas atentamente por observadores internacionales, y Daniel Ortega fue elegido presidente.
La guerra de agresión continuó y en 1985 Estados Unidos decretó un embargo comercial contra Nicaragua. Estalló el escándalo Irán-Contras cuando se descubrió que la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) traficaba ilegalmente armas y drogas para financiar la contrarrevolución nicaragüense.
En 1996 unas nuevas elecciones dieron la victoria a Arnoldo Alemán, del derechista Partido Liberal, y los sandinistas volvieron a quedar en segundo lugar.
Para finales del 2006, los sandinistas retoman las riendas de Nicaragua con el triunfo de Daniel Ortega en las elecciones presidenciales, lo cual marca una nueva etapa en la historia contempóranea de la nación centroamericana, dirigida hacia el progreso y la unión latinoamericana.
Fin / Anaís Pérez/
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