lunes, abril 19, 2010

GUANTANAMO Y LOS CINCO

Saludos para todos Lorenzo Gonzalo





Guantánamo y los Cinco

Por Lorenzo Gonzalo, 18 de Abril del 2010



Los detenidos en Guantánamo con motivo de la Guerra desatada por Bush contra países cuyo control le interesaba a los intereses petroleros y otros negocios, alcanzaron la cifra de 742. Hoy sabemos, por las denuncias del coronel Lawrence Wilkinson, quien fuera asesor del Secretario de Estado Collin Powell, que la mayoría de esas personas no solamente eran inocentes y lo sabía la Administración Bush, sino que cada uno de ellos le costó al erario público estadounidense $ 5000.00. La operación se llevó a cabo en contubernio con autoridades de Pakistán y Afganistán, quienes cobraron esa cantidad por servir en “bandeja de plata” a supuestos miembros de Alquaeda.



A la Administración estadounidense en esos momentos no le interesaba tanto encontrar culpables como hallar excusas que le permitiesen sus planes de invasión y ocupación.



Es patético observar el comportamiento errático, inmoral y prepotente que siguen los gobiernos a cargo de los Estados, cuando se trata de servir las ideas de los protagonistas de turno o los intereses de los grupos económicos que en un momento dado controlan el poder.



La Administración Bush conocía que la mayoría de aquellos detenidos eran inocentes pero no los liberaron porque perjudicaba la imagen del país y el injustificado ataque a Irak.



Una jugada política fue también la que ha conducido a cinco personas de origen cubano, a largas condenas por el delito de agentes del gobierno de Cuba.



La política exterior estadounidense en relación a Cuba, intenta siempre aplicarse en concordancia con la derecha fanática vinculada a la dictadura del general Batista, que dio origen a la insurrección revolucionaria en la década del cincuenta. Es un estilo conveniente a Washington, porque muchas de esas personas fueron utilizadas en el pasado para cometer actos deleznables contra el gobierno cubano y contra el orden latinoamericano en general. También muchos de ellos son manipulados para asuntos de otra naturaleza, destinados siempre a perjudicar al gobierno cubano. Últimamente se agenciaron la presencia de personas de la farándula, a manera de endulzar la nueva política de ingerencia que en la actualidad intentan implementar.



Este emparejamiento ha sido la cortina de humo para justificar los intereses del segmento del“establishment” defensor del intervencionismo y las imposiciones. Al actuar de esa manera logran ofrecer la democrática apariencia de estar actuando en consonancia con un segmento de sus electores. En realidad, la mayoría de los electores de origen cubano, viajan actualmente a Cuba en cantidades de cientos de miles, mientras el otro se reduce cada vez más. Las últimas elecciones probaron de qué lado está la votación, lo cual hace pensar que la duración de esta estratagema pudiera ser de pronóstico reservado.



Pero siguiendo con las condenas a los cinco agentes cubano, debemos señalar que por razones políticas, para satisfacer a los buenos fanáticos que les han servido en diferentes campos, desde campañas electorales, como justificantes de la política exterior con Cuba y otros países, hasta sicarios y represores alrededor del mundo, decidieron darles un poco de circo tras la detención de los agentes, permitiendo que los cinco fuesen juzgados en Miami. No les importó que, en aquel ambiente, las condenas serían desproporcionadas al delito cometido, debido al fanatismo revanchista de ese pequeño sector de cubanos que controlan la ciudad.



Reaccionaron de igual manera que en el caso de Guantánamo. Miraron para otro lado. No les importaba la injusticia de las sentencias como no les importó saber que la mayoría de los prisioneros vendidos por Pakistán y Afganistán eran inocentes.



Todos los Estados recurren a sus intereses políticos, cuando se trata de condenar a ciertos personajes o de juzgar determinados delitos, pero todos lo ocultan hasta la saciedad. En cambio, Estados Unidos no tiene sonrojos en mostrarla, sin crítica ni rectificación alguna, en un aparente gesto democrático, pero desbordante de hipocresía.



Por ahí andan aún muchos de esos prisioneros y todavía cumplen sus excesivas sentencias los cinco cubanos que lucharon contra el terrorismo en tierras estadounidenses. Fueron los cinco cubanos quienes hicieron posible capturar a personas culpables de colocar bombas en los hoteles de La Habana. Es necesario mencionar que el actor material e intelectual de esas bombas fue el mismo personaje que dirigió y planeó el sabotaje en pleno vuelo de un avión cubano de pasaje en 1976, el terrorista Luis Posada Carriles. Este señor vive tranquilamente en Miami con varias causas pendientes en Venezuela, de donde se fugó mientras guardaba prisión, para ser juzgado entre otras cosas, por ese delito.



La verdad sobre el exceso de las condenas es tan evidente y ha motivado tantas protestas internacionales, que hace unos meses tres de ellas fueron rectificadas y la jueza se vio forzada a confesar que eran excesivas y que los acusadores (cubanos del tipo fanático mencionado) no habían sido francamente objetivos en sus declaraciones.



Ningún país en la historia ha llegado a los extremos de hipocresía y mentiras de Estados Unidos, cuando se trata de perseguir los fines del “establishment” que ocupa el gobierno de turno. Guantánamo y los cinco, solamente constituyen dos pequeños ejemplos.

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