martes, mayo 04, 2010

ELECCIONES COLOMBIANAS

Publicado por: ELIGIO DAMAS

Portal Venezuela

Elecciones colombianas


MÀS QUE MOCKUS, QUIEN ESTÀ SEPULTANDO A SANTOS ES EL PROPOIO SANTOS

Por Marciano

Juan Manuel Santos tenía todo a su favor para ganar las elecciones presidenciales colombianas. Tenía el apoyo del capo mayor, Álvaro Uribe. Apoyo de verdad. Con todas las características que tiene el respaldo de la oligarquía de esa nación que cuida con particular esmero a quienes la representan. Mucho más a un Santos, epónima figura de la saga tocada por todos los privilegios, propietaria de medios de comunicación y con fortunas amasadas a la sombra del poder.
Juan Manuel Santos no es liberal, ni conservador, no es de izquierda ni es de derecha ni nada de esas vainas. Es uribista por ahora y no se sabe qué será en el futuro. Como expresión acabada del arrogante sector social que lleva siglos controlando el poder en Colombia, el auténtico, el omnímodo, el garciamarquiano, en el fondo no es un carajo. Nada le importa el rótulo. Es lo que demanden las circunstancias. Por eso fue ministro en gobiernos liberales y conservadores, Y ser uribista no representa para él cambio alguno.
El señor de las sombras necesitaba de alguien como él: sin escrúpulos, sin sentimientos, sin ética. Capaz de cualquier cosa y de justificar las actuaciones más sórdidas. A Santos no se le agua el ojo a la hora de ordenar, por ejemplo, los “falsos positivos”, es decir, el asesinato de personas, campesinos y jóvenes sin ningún nexo con la guerrilla, sólo para amedrentar a la población. Es capaz de violar la soberanía de un país hermano como Ecuador y mentir, inicialmente, sobre el hecho. Es capaz de todo, como buen Santos que es.
Todo indicaba que marcharía por un camino de rosas hacia la Casa de Nariño y así lo indicaban las encuestas. Cabalgaba en ellas con elevados porcentajes, hasta que se le atravesó en el camino un candidato, para mayor humillación del poderoso ex ministro de Defensa, un personaje de origen lituano, desenfadado, irreverente, al extremo de bajarse los pantalones en un acto público para burlarse de aquellos que lo atacaban sin razón y, de ñapa, con un incipiente alzheimer. Pero eso si, honesto y diferente de los hijos de la clase política que a los colombianos le huele a pupo.
Pero más que Antanas Mockus, quien está sepultando a Santos es el propio Santos. Su arrogancia lo hunde. Su desfachatez para considerarse por encima de todo y de todos. Me explico: tanto Uribe como él tenían más o menos controlado el tema del ataque a Ecuador y mediante hábiles maniobras y reiterados cabildeos habían conseguido neutralizar a Correa. Todo iba más o menos bien, hasta que a Santos le salió la casta y en el primer debate de los candidatos presidenciales no se pudo aguantar ante una pregunta sobre la acción armada en territorio ecuatoriano. Si era capaz de repetirla, incluso contra otro vecino, a lo cual sin inmutarse, con la prepotencia de quien no reconoce límites a su obsesión de mando y desprecio a todo cuanto no sea él y su gente, respondió que sí. Y agregó la frase mortal que le echó paletadas de tierra a su candidatura: “Me siento orgulloso de ese hecho”. ¿Cayó en una provocación que para él no es tal? ¡Cayó!
Sin darse cuenta que el pueblo colombiano está harto de guerra y que la sola posibilidad de un conflicto armado con Venezuela o Ecuador, lo aterroriza, Santos se mató como Chacumbele.
Tomado de Diario VEA.- Aporrea.Org. Caracas, 04-05-10

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