Desde Venezuela
PSUV: NO DENIGRARÀS, TAMPOCO TU HERMANO
Campaña en Anzoátegui, con los trapos al aire.
Eligio Damas
La Dirección Nacional del PSUV optó por disponer que, en la contienda interna por las candidaturas para las elecciones de noviembre venidero, “no se permitirán campañas dirigidas a mancillar el buen nombre, la dignidad y la moral revolucionaria de ningún candidato”.
Está aparentemente claro, así lo dicen reiteradamente quienes se definen como “muy revolucionarios y con clara visión estratégica”, que las elecciones venideras tienen un significado trascendente. Quien primero lo ha dicho ha sido el propio presidente Chávez. Otros, como algunos precandidatos y representantes importantes, repiten la sentencia, agregando que el destino del proceso bolivariano, en gran medida, “depende de lo que resulte de esa consulta electoral”.
Siendo así, toma mayor valor y respetabilidad la prohibición a la que arriba hemos mencionado. Es contraproducente que los contendores en campaña interna, en lugar de fundamentarse en sus programas de gobierno, concepciones tácticas y estratégicas, en lo relativo a la forma de profundizar el empoderamiento del pueblo, el cómo abordar lo cotidiano, la tomen por enlodarse mutuamente. Y sería así, porque aparte de quitarle valor e importancia al debate que estamos obligados a dar, ofreceríamos una lección muy pobre frente a nuestros votantes duros, aquellos que debemos incorporar a nuestras huestes y hasta sería una triste manera de brindarles argumentos a los adversarios.
“A confesión de parte, relevo de pruebas”, dicen los abogados. Y siendo candidato nuestro alguien previamente enlodado por sus contendores internos, los opositores no tendrían más que apelar a ese dogma o principio del derecho, en este caso vuelto un argumento político, para atacarle. “Así será de malo que hasta su familia por él siente pena”, agregará la oposición.
¿Con qué cara saldríamos a pedir que a su favor voten, si antes lo hemos denigrado?
En Venezuela los políticos suelen aplicar aquello de “a falta de pan buenas son tortas”. Si no tengo programa, un diagnóstico ni nada; tampoco qué decir, ni invento que subyugue, entonces procedo de acuerdo a las normas y tradición del mal hablante, denigrante, chismoso y levantador de infundios. Si nada puedo crear, construir, pues me dedico a destruir.
A esta conducta, derivada de la vieja cultura, el PSUV trata de ponerle coto: Y es acertado hacerlo, porque no es nada ilustrativa y, en nuestro caso, serviría para ayudar al enemigo a disparar contra quienes al final sean los escogidos para representarnos.
Pero pese a lo que antes hemos dicho, y lo que la dirección nacional y el presidente Chávez esperan, ya han aparecido los francotiradores y quienes solo procuran arrimar la brasa a su sardina.
Un articulista del diario “El Tiempo”, de Puerto La cruz, hoy 19 de mayo, en la pagina Nº 12, de opinión, dedica su artículo a desfigurar, por decir lo menos, a algunos de los precandidatos en la contienda electoral interna del PSUV. Y ese mal decir o proponer, tiene la intención de exaltar una candidatura, la de su hermano.
Está muy bien que cada quien tenga su candidato y ejerciendo la libertad de opinar consagrada en las leyes, exprese sus opiniones y preferencias electorales. Pero si pienso que el mejor candidato es el mío, quien al mismo tiempo le ofrezco como alternativa al proceso bolivariano, hago mal destruyendo a los otros del mismo universo; pues alguno de ellos podría resultar ganadorr; a menos que, dada esa situación, piense en otra opción.
El PSUV, debe dejar claro aquello que quien tenga buena voz no mande a cantar a otro. Y quien cante como candidato se acoja a las normas. Aquel que aspire a ser gobernador de Anzoátegui por este partido y el proceso revolucionario, debe tener claro que por encima de sus particulares intereses están los colectivos. La decisión de la alta dirección del PSUV, también procura preservar la unidad entre los revolucionarios
Si el candidato quiere ser merecedor del reconocimiento, respeto de la militancia y la inteligencia que a ésta es inherente, al articulista debe decir, “no me defiendas compadre”, o en este caso, “hermano”.
martes, mayo 20, 2008
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