ENVIADO POR LISSETTE BUSTAMANTE
PERIODISTA CUBANA
Un día cualquiera de finales de enero o primeros de febrero de 2002, logré sentarme ante tu fuerza para escuchar tus opiniones e ideas. Habías dejado de ser la senadora independiente ecologista para anunciar tu candidatura presidencial. El camino para llegar hasta ti no fue fácil. Desde la redacción me insistían en que buscara a los candidatos más favorecidos por las encuestas. Llamadas a los miembros de tu equipo hasta que me pasaron tu número de celular.
Recuerdo la fuerza que desplegabas, la convicción de tus palabras y la honestidad de tus argumentos al denunciar la corrupción en los estamentos del poder colombiano. Recuerdo que molestabas a muchos hombres poderosos y no sólo políticos, también hombres de negocios, incluso al actual presidente de Colombia, Álvaro Uribe.
Hoy te confieso que algunos políticos colombianos de ese entonces llegaron a decirme que eras temeraria. Más que ser una mujer para temer, eras y sigues siendo una mujer que de temple, que denuncia con argumentos y verdades como puños. Y eso molesta. Eras un cóctel explosivo para el falocentrismo de los tiempos.
En la entrevista repetías una frase con la cual titulé tus respuestas: “¡No más secuestros!” Una y otra vez comentabas la urgente necesidad de que las FARC dejaran de utilizar el secuestro como un arma mortal para la moral de los colombianos. Como representaba a un medio de la Unión Europea buscaste un ejemplo de la historia para acercar el conflicto colombiano a los lectores. “Europa vivió una guerra cruel. Hubo una invasión alemana. Muchas personas vivieron así, en la espera; mientras que otras decidieron pasar a la resistencia y jugarse la vida por sus ideales y principios. Este convencimiento permitió que hoy en día, los hijos de aquellas personas disfruten de libertad y democracia. Esas son las razones que hacen que esté en la campaña; son las razones que me dan la fuerza para ir a San Vicente del Caguán. La gente de esa zona necesita sentir nuestro apoyo, escuchar nuestras palabras y saber lo que queremos para Colombia”.
Quise ir contigo. Ambas conocíamos los riesgos. Pasaron los días, y el 23 de febrero de 2002 te secuestraron. Algunos colombianos decían: “Ella lo provocó”; otros pensaron: “es una estrategia de campaña”. Han tenido que pasar años para que los ojos y oídos del mundo estuvieran pendientes de tu vida. Desde un día cualquiera de 2002 ha sido emocionante escucharte.
Lamento decirte que aquella entrevista no se publicó. Otros candidatos robaron en ese entonces la atención de los jefes en la redacción. Ya sabes, desde la distancia, los hechos se ven de muy variadas formas.
Pero, en este caso, ¡por fin ganó la vida!
Lissette Bustamante
Periodista hispano-cubana que reside en Miami y entrevistó a Ingrid Betancourt en 2002
viernes, julio 04, 2008
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