Aniversario 50 del combate de Goicuría y O’Farrill
Los que murieron como héroes
ENVIADO POR OSCAR PEÑA
DE:René Castaño
PUBLICADO POR: Frank Díaz Rey
A las tres de la madrugada del 8 de noviembre de 1958 una ráfaga de balas estremeció el edificio de Goicuría y O’Farrill, en Santos Suárez. Más de 30 perseguidoras rodeaban el lugar. En las azoteas colindantes sobresalían las ametralladoras calibre 30.
"Ríndanse, ríndanse¼ ", gritaban eufóricos desde la calle los esbirros batistianos. En uno de los apartamentos del inmueble la respuesta de sus cuatro ocupantes fue inmediata. Ángel "Machaco" Ameijeiras, 33 años de edad; Pedro Gutiérrez, de 30; Rogelio "Rogito" Perea, de 21; y Norma Porras, de 19, respondieron a los disparos. Comenzaba así el combate más intenso de todos los de aquel año para el clandestinaje en La Habana.
Norma Porras, novia de Machaco y única sobreviviente del hecho, ha relatado: "Teníamos ametralladoras, unas pocas pistolas, una carga de TNT (que cuando la tiramos sonó en toda la ciudad), parque y dos cartuchos de dinamita. Preparamos bombas. Todo se utilizó. Hubo una perseguidora que se hizo añicos. Se asustaron tanto que pidieron refuerzos a Columbia para bombardear el edificio, que ya estaba desalojado".
Los jóvenes le causaron cerca de 10 bajas a las fuerzas del régimen e impidieron los intentos de tomar por asalto el apartamento. El combate se prolongó hasta el amanecer. Los gases lacrimógenos lo invadieron todo. Luego de agotarse la última bala a los tres hombres los sacaron a empujones por la escalera y los llevaron hasta un carro del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Luego de torturarlos hasta la muerte sus cuerpos fueron arrojados en la Casa de Socorros de Corrales. El connotado asesino Esteban Ventura ordenó que los sepultaran de noche. Sus familiares no conocieron el paradero de sus restos hasta el triunfo revolucionario.
Norma, herida, es llevada al hospital Militar de Columbia, donde los médicos no quisieron responsabilizarse con eliminarla. A su traslado a Emergencias, fue intervenida quirúrgicamente. Los médicos desconocían que estuviera embarazada, ella tampoco lo reveló. En esas condiciones Ventura la sacó de allí. En las oficinas del SIM fue interrogada inútilmente. Luego sería encarcelada en la Prisión de Mujeres de Guanajay. Al triunfo revolucionario llevaba dos semanas en esa penitenciaría.
Machaco, Pedro y Rogito, muy temidos y buscados por las huestes represivas, eran tres pilares del Movimiento 26 de Julio en La Habana, y principalmente del frente de Acción, del que Machaco era el máximo jefe.
Al día siguiente de los sucesos, por los micrófonos de Radio Rebelde, desde la Sierra Maestra, Fidel Castro, Comandante en Jefe del Ejército Rebelde, daba a conocer la disposición en la que ascendía al grado de Comandante al capitán de milicias Ángel Ameijeiras, en homenaje a su ejemplar conducta de revolucionario, a su incansable espíritu de lucha, a su valor sin límites y al heroísmo con que se batió durante horas con las fuerzas mercenarias del tirano.
domingo, noviembre 09, 2008
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1 comentario:
Un mal no justifica otro pero estos jovenes no eran mas que terroristas. Que hacian a caso con cargas de TNT en plena ciudad. Yo vivi en este edificio por 20 años y se la historia completa. El edificio nunca se desalojo y a Norma Porra la llevaron a un hospital para que diera a luz pues estaba embarazada de Machaquito Ameijeras.
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