MUCHACHOS, NO “METANLAPATALAJÀ”
Eligio Damas
Uno quisiera equivocarse cuando piensa de los estudiantes que han estado movilizándose y prometen seguir haciéndolo, ya no por las libertades perdidas, que al parecer tenían extraviadas, cual enfermo de alzheimer, sino porque ahora se percatan están amenazadas, tienen vínculos estrechos con la oposición política.
En “Fiebre”, novela de juventud de Miguel Otero Silva, los estudiantes de “la generación del 28”, usaron una extraña palabra como consigna de combate, “sacalapatalajà”. Aquel movimiento, demostrado quedó, se enfrentó a la dictadura gomecista, en un país donde la ley era la palabra de Gómez, no había ningún género de libertades y se respiraba cuando el dictador lo permitía, para decirlo en el lenguaje tremendista de un conocido escritor. Pero también pusieron empeño en distanciarse de los viejos caudillos que hacían oposición al régimen y cuyas propuestas no iban más allá de sustituir al general de La Mulera, pero dejando lo demás igual. Quitémosle, para ponernos nosotros.
Era aquel un país pleno de latifundios, siendo Gómez el primer latifundista, luego sus familiares, funcionarios principales, donde predominaban relaciones feudales, los negocios con el capital internacional se hacían bajo condiciones vergonzosas, mientras el pueblo ausente totalmente estaba.
Un escritor visitante, investigador se autocalifica, de esos que se reúnen en cenáculos con connotados enemigos del gobierno y solamente con dirigentes estudiantiles en rebeldía y allí creen confirmar las ideas que de fuera trajeron, por sus compromisos y convicciones ideológicas, cree que en Caracas ha revivido el grito antigomecista de “sacalapatalajà”. Y es más, le hizo saber a los jóvenes líderes opositores esa creencia suya.
Tal conclusión es a todas luces un disparate. Es falso que el movimiento estudiantil esté opuesto al gobierno del presidente Chávez. Se trata sólo de una parte del mismo, sin que ello signifique restarle importancia. Y es necesario destacar que el mayor volumen de ella proviene del sector de la educación privada. Quienes el año 28 agitaron a Caracas con aquella extraña palabra, eran la expresión casi unánime del movimiento estudiantil de Venezuela, con una propuesta para renovar la sociedad y coincidente, en cierto modo, con los intereses de los más humildes.
Es poco creíble la tesis que este movimiento estudiantil que protesta esté desligado de los grupos políticos. Ello no niega que individuos que en aquel participan lo hacen por su propia cuenta y porque encuentran allí coincidencias con su forma de pensar. Pero no hay una ruptura y, no es posible que lo haya, con los grupos políticos y clasistas que adversan al gobierno. Es, para decirlo con un lugar común, más de lo mismo. Como lo es la opinión de Monseñor Luckert, quien hablando “en nombre de la iglesia católica”, pero sólo la que él y unos pocos encarnan, dice temer que “el chuzo nos venga con el socialismo del siglo XXI, que de socialismo nada tiene, sino de autocracia militar”. (1)
La opinión del sacerdote mencionado, quien se cuida de decir que “no es operador político de la oposición”(2), es la misma de ésta y lo es de las vanguardias que hablan a nombre del movimiento estudiantil y de las infinitas consignas que gritan, llevan impresas en pancartas y difunden por diversos medios, en las marchas juveniles fuertemente aderezadas de adultos. De modo que, el sacalapatalajà, no ha resucitado porque estas protestas estudiantiles nada tienen que ver con aquellas.
El grupo estudiantil que marchó recientemente, oposición y el arzobispo de Coro, no luchan por acabar el latifundio, esto lo hace el gobierno. Tampoco contra la explotación del capital internacional de nuestros recursos naturales, esto lo hace el gobierno. Menos se enfrentan a quienes especulan con la salud, alimentos y hasta educación, porque esto lo hace el gobierno. El sacalapatalajà, fue una engorrosa palabra opuesta a la dictadura, injusticia, quienes dominaban la economía, explotaban al pueblo y le mantenían casi en la indigencia. Y Chávez no es Gómez, aunque algún superficial sólo vea el uniforme de campaña que en veces usa aquel.
Todos los contrarios al gobierno de Chávez, eluden la discusión acerca de los objetivos y contenidos del proyecto de “Socialismo del Siglo XXI”, los enunciados y los que deben hacerse, y a una sola voz, como un coro, hablan de buscar unas libertades que por demás abundan. Y coinciden en afirmar que la no renovación de la concesión a RCTV, que al unísono califican de cierre, significa reducción del espacio comunicacional y de la libertad de expresión. ¿Cómo es posible que grupos “distantes”, estudiantes, sacerdotes y políticos que están como en una clandestinidad voluntaria, coincidan tanto, como anillo al dedo, sobre asuntos tan controvertibles y nada quieran saber del qué hacer para vencer las carencias, necesidades de la población mayoritaria, cómo cambiar la estructura para que el pueblo tenga acceso a los bienes y al ejercicio pleno de sus derechos y de verdad se amplíe el espacio comunicacional? Y de pronto, como por arte de magia, en armonioso coro, cantan que por ahora hay libertades, pero están amenazadas.
¡Cuidado muchachos!, para ustedes, la bandera al revés, gestos diseñados en guiones de agencias publicitarias costosas, consignas que reclaman derechos nunca negados, renunciar a luchar por resolver los problemas populares, nada tienen que ver con el sacalapatalajà y si mucho de “metanlapatalajà”. 1-2: “Últimas Noticias”. Pág. 18. 04-07-07
jueves, julio 05, 2007
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