01/08 PUBSUR
CRÓNICAS CUBANAS.
2008: IGLESIA, FAMILIA Y PAZ.
Por Félix Sautié Mederos. E-Mail: fsautie@yahoo.com
Desde Cuba
Queridos lectores con estas palabras puedo resumirles la Eucaristía de inicio del 2008 que se celebró en días pasados en la Catedral de San Cristóbal de La Habana, presidida por el Cardenal Jaime Ortega y Alamino Arzobispo de La Habana junto con el Nuncio Apostólico en Cuba Monseñor Luigi Bonazzi. Para mí como cronista y católico comprometido con los procesos socio políticos cubanos desde hace mucho tiempo, fueron momentos de emoción que no podría olvidar precisamente cuando estamos iniciando un 2008 que habrá de ser decisivo para todo el pueblo cubano, que angustiado y desesperanzado comienza un enero en el que han aparecido algunas posibilidades que pudieran facilitar el camino de los cambios, las reformas, las rectificaciones, la reconciliación, el reencuentro de las familias divididas y el diálogo permanente de todos con todos que nos permitan trabajar por un futuro mejor posible, en lo que se refiere en primera instancia a nuestro país como contribución a una humanidad que hoy se encuentra tan expuesta a los peligros de la guerra, de la destrucción de nuestro planeta y de la desarticulación de la familia que es la base fundamental de todo lo humano. La Catedral de La Habana, resultó pequeña para tantos fieles y desde algunas horas antes ya estaba atestada de personas que siguieron con fervor evidente la liturgia de la Misa. Al final y cuando ya se había terminado todo, tuve la impresión que muchos se querían quedar adentro de aquel recinto cargado de mística, por la forma lenta y en ocasiones mirando hacia el altar principal de nuevo, con que los participantes fueron abandonando el templo tal y como si quisieran seguir viviendo intensamente aquel clima de paz y esperanzas que se produjo durante toda la actividad. La homilía del Cardenal Jaime Ortega, estuvo profundamente caracterizada por una impronta reflexiva, vibrante y profética. Yo pienso que muy a la altura de las circunstancias y coyunturas del momento histórico que estamos atravesando. En su primera parte realizó un exhaustivo comentario sobre el Mensaje de Paz planteado por SS el Papa Benedicto XVI para el 2008 y muy especialmente me retumbaron con fuerza en todo aquel ámbito las palabras textuales que dicen: “Solo si el mundo, en la diversidad de sus pobladores, llega a integrar una verdadera comunidad de seres humanos cohesionados y respetuosos de los derechos de cada uno, sintiendo todos el deber de trabajar por el bien común, podría hablarse de paz, en nuestra tierra”. Algo que aunque fue expresado en sentido general, lo identifiqué como un grito salido desde las mismas entrañas del pueblo cubano que hoy se enfrenta al inicio de un 2008 cargado de sentimientos contradictorios de angustias, desesperanzas y pequeñas luces que pudieran iluminar el proceso de nuestro presente y futuro inmediato. Jaime tal y como afectuosamente muchos católicos habaneros lo denominan de forma cercana y familiar, habló con claridad de los peligros específicos que hoy se ciernen sobre la familia y la paz en Cuba. Ya terminado expresó una frase que resume la voluntad y el deseo de la Iglesia Cubana: “La Iglesia en Cuba se siente comprometida para que esta familia humana que integramos los cubanos sea una comunidad de Paz, según el deseo expresado por el Papa Benedicto XVI… y los católicos cubanos ofrecemos nuestra oración y nuestro esfuerzo para que este noble propósito los podamos alcanzar también en nuestro pueblo”.
(PUBLICACIONES DEL SUR. JEREZ DE LA FRONTERA, PUBLICADO EN EL PERIÓDICO EL PUERTO INFORMACIÓN EL LUNES 7 DE ENERO DEL 2008)
domingo, enero 06, 2008
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