martes, abril 14, 2009

REPLICA DE HOY EN RADIO MIAMI

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Date: Tue, 14 Apr 2009 09:55:26 -0700
From: lgonzal413@yahoo.com
Subject: Artículo de Lorenzo Gonzalo
To: xamsel@aol.com; autores@bellsouth.net

Saludos para todos. Esta es la Replica de Hoy en Radio Miami



Verdadero bochorno ha sido el Bloqueo

Por Lorenzo Gonzalo, 14 de Abril del 2009



Es un bochorno que en la reunión de 34 países americanos y caribeños a punto de celebrarse en Puerto España, entre el 17 y el 19 de Abril próximo, Cuba haya sido excluida, por el simple hecho de que Estados Unidos aún no haya resuelto sus querellas con el Estado cubano.



En sentido general todos los países de la región ya tienen establecidas relaciones diplomáticas con la Isla e incluso la misma fue admitida recientemente en el Grupo de Río, una especie de OEA sin Estados Unidos como miembro.



Considerando ese status, es contradictorio que Cuba no tenga presencia en una reunión, que supone deliberar sobre los problemas de la región y encarar la crisis económica ocasionada principalmente por la anarquía de las finanzas estadounidenses.



No obstante lo anterior, es necesario también reconocer que el llamado diferendum Cuba – Estados Unidos, no solamente data de cincuenta años, habiendo arribado ya a la segunda edad, sino que su ocurrencia desencadenó una serie de ataques directos contra el Estado cubano, por parte del primero, quien entrenó además a un nutrido grupo de cubanos de origen, para ejecutarlos. Al margen de ese objetivo, muchas de esas personas también fueron utilizadas para fortalecer la presencia de Estados Unidos en el Hemisferio Sur y ahogar las protestas sociales y los clamores de cambios económicos en la región. O sea, ante la imposibilidad de derrocar el proceso revolucionario cubano con presiones, agresiones terroristas, sabotajes y chantajes de carácter militar, optó por utilizar a la pequeña militancia opositora insurreccional surgida de ese proceso, para enfrentar las necesidades de cambio en Suramérica y el Caribe. Para tales fines fue enarbolado el fantasma del comunismo y como respuesta a esas agresiones, Cuba apeló a desempeñar un rol activo en el entrenamiento y apoyo de los movimientos insurreccionales. Terminadas las agresiones materiales directas a fines de los ochenta y principios de los noventa, Cuba retiró también sus ayudas materiales a los pocos movimientos insurreccionales que tenazmente y a destiempo, persistieron en esa vía, remitiéndose a partir de entonces, al apoyo moral y propagandístico de los movimientos de cambio latinoamericanos y caribeños.



No puede entenderse todo el proceso que aparentemente intenta comenzar la nueva Administración estadounidense bajo la dirección del Presidente Obama, si no se toman en cuenta todos los aspectos que cancelaron radicalmente las relaciones entre dos vecinos tan cercanos y con algunos elementos de historia en común.



En una reunión que tiene como elementos centrales de su agenda la “prosperidad humana, la seguridad energética y la sustentabilidad ambiental”, excluir a un país de la región por razones de pasadas políticas que comienzan a ser enterradas por la historia presente, carece de sentido común y abochorna a los mismos organizadores que con toda seguridad han aceptado a regañadientes la exclusión.



Muchos del establishment estadounidense estarán de pláceme por ese último suspiro de erradas políticas de las Administraciones decimonónicas de Estados Unidos, pero quizás el Presidente Obama lamente interiormente tan mezquina situación.



La solución de las relaciones de Estados Unidos y Cuba requerirá de tiempo y de calibraciones muy cuidadosas de ambas partes, para recomponer los errores de anteriores generaciones y de aquellos intereses de Poder aún con vida, que han perdido o comienzan a perder, la responsabilidad de sus protagonismos. Existe sin dudas, una herencia histórica que los gobiernos asumen cuando aceptan la responsabilidad de dirigir un Estado, pero esto también debe conjugarse con el carácter humano, social, económico y político de las realidades presentes.



Mientras este otro proceso no comience a producirse y llegue a su fin, tanto Obama como el gobierno cubano deberán adecuarse al juego de intereses presente y pasados que conforman sus realidades de hoy.



Puerto España es un ejemplo y no será una situación excepcional. Por más humillación humana que pudiera sentir Obama al saber excluido de esa reunión a un país, por el simple hecho de seguir un modelo de Estado diferente al suyo, habiendo expresado reiteradamente su Gabinete, que su gobierno no dará clases de políticas a otros ni se inmiscuirá en sus modelos, las rémoras de un pasado que aún se pasean por Washington, en espíritu y materialmente, no hacen fácil otra solución para este evento.



Frente a ese sentimiento es de pensar que las últimas decisiones de Obama, señalando juicio para el terrorista confeso de origen cubano Posada Carriles y suspendiendo las limitaciones de viaje que habían sido impuestas a los cubanos residentes en Estados Unidos, pudieran quizás interpretarse como una respuesta para que esa reunión de países le resulte más cercana a sus criterios.

En definitiva el bochorno mayor no es la exclusión de Cuba de la Quinta Cumbre de las Américas, a la cual nunca perteneció, sino cincuenta años de bloqueo, impuesto unas veces con formas sutiles y con absoluta desfachatez otras.

Las presiones de los países hemisféricos y aquella de cientos de miles de residentes cubanos en Estados Unidos, volando a su país a contrapelo de restricciones y en desafío a las mismas, han sido el ingrediente que dieron al traste con la eliminación de las medidas.

Es posible, que la vergüenza de Obama por asistir a una reunión, donde Cuba ha sido excluida por razones contrarias a su filosofía en términos de relaciones exteriores, hayan precipitado la eliminación de las mismas y forzado al sistema judicial para señalarle juicio a uno de los terroristas más connotados del Siglo XX.




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