domingo, julio 01, 2007

Mayor General Serafín Sánchez Valdivia

Radio Sancti Spíritus
Cuba
Editor: Yenesis Gónzalez
Director: Juan Carlos Castellón Véliz

"ME HAN MATADO"
ESO NO ES NADA
"SIGA LA MARCHA"
Frase del Mayor General Serafín Sánchez Valdivia
18 de Noviembre de 1986



Serafín, de vuelta entre los buenos
Sancti Spíritus, Cuba,

Domingo 1 de Julio de 2007
Síntesis biográfica de Serafín Sánchez[ Regresar a Portada Ir a Radio Sancti Spíritus ]
El Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, nació el 2 de julio de 1846 en la ciudad de Sancti Spíritus.
Muy joven aprendió agrimensura y se hizo maestro.
Se pronuncia en armas contra el colonialismo español el 6 de febrero de 1869 en la finca de Los Hondones, muy próxima a la finca San Marcos, propiedad de sus padres en la zona norte de Sancti Spíritus, al frente de 45 hombres. Tiene 22 años de edad.
El 10 de febrero recibe su bautismo de fuego en Mayajigua y poco después combate en Chambas.
Pelea en la acción de “Júcaro o Pitajones” donde es vengada la muerte de Honorato del Castillo.
Combatió junto al Mayor General Ignacio Agramonte hasta la caída de este en Jimaguayú el 11 de marzo de 1873.
La difícil vida de mambí no le impidió continuar su labor de maestro; alfabetizaba a soldados, campesinos y esclavos liberados de la vil explotación de que habían sido objeto.
A las órdenes del Mayor General Máximo Gómez, que sustituyó a Agramonte, participa en los combates de Santa Cruz del Sur, Palo Seco, Naranjo, La Sacra y otros.
En la madrugada del 6 de enero de 1875 cruza la trocha de Júcaro a Morón junto al Mayor General Máximo Gómez. De nuevo en territorio espirituano se produce el primer combate en el Jíbaro.
Pasa como primer jefe de Trinidad al mando de 200 hombres. Toma el fuerte de Portillo, combate en Guinía de Miranda, Nuevas de Jobosí donde fue herido en una pierna.
Al terminar la guerra de los 10 años Serafín Sánchez con 31 años de edad ostentaba el grado de Coronel.
El 9 de noviembre de 1879, toma de nuevo las armas en la nueva contienda conocida como Guerra Chiquita y alcanza el más alto grado en el Ejército Libertador: Mayor General.
Fracasado este intento insurreccional se marcha al extranjero, reside en Santo Domingo y después en Cayo Hueso donde, para ganarse la vida, trabaja como tabaquero.
La labor desempeñada por Serafín en la emigración fue sin dudas la más fructífera de su vida, es aquí donde se destaca como colaborador de José Martí para llevar a cabo la “Guerra Necesaria “. Además en esta etapa se manifiestan a plenitud sus dotes de escritor y periodista, escribe numerosos artículos, muchos de ellos a petición de Martí, contra sectores vacilantes, los autonomistas y los cobardes y es publicado su libro “Héroes Humildes”.
Cuando se reinicia la lucha independentista en febrero de 1895 y fracasado el Plan Fernandina, organiza junto a Carlos Roloff una expedición con los recursos aportados por los tabaqueros cubanos emigrados en Cayo Hueso, que además de avituallar la expedición formaron parte de ella. A bordo del vapor “José Martí” parten para Cuba y desembarcan en las costas espirituanas por Punta Caney en la noche del 24 de julio de 1895.
Toma el fuerte de Taguasco. Se le nombra jefe del IV Cuerpo del Ejército Libertador. Se le ratifica su nombramiento de Mayor General.
Unido al General Máximo Gómez toma el Fuerte Pelayo e Iguará. Participa en la invasión como Vanguardia mandando el contingente de Las Villas combate en Mal Tiempo, Calimete y otros.
El primero de enero de 1896 vuelve a Las Villas por orden de Máximo Gómez para activar la guerra en el territorio. Realiza importantes combates.
Se le nombra Inspector General del Ejército Libertador. Se dirige a Oriente en funciones de su cargo.
Regresa de nuevo a Las Villas, propina nuevas derrotas al enemigo. El 18 de noviembre de 1896, en el Paso de Las Damas el Mayor General Serafín Sánchez Valdivia libró su último combate. Antes de morir tuvo aún energías para expresar: “¡Me han matado!, eso no es nada”, y ordena “¡Siga la marcha!”.
ALZAMIENTO
Cuando el 10 de octubre de 1868 se produce el alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua la noticia sorprende a Serafín en Morón. El mismo narra sus impresiones de aquellos primeros días de lucha independentista.
“1868. Me hallaba en el pueblo de Morón como profesor en un colegio de primeras letras que allí existía y en el cual se daban clases correspondientes a la segunda enseñanza. Allí me sorprendió el grito de guerra que tuvo lugar en Yara el 10 de octubre de ese año dado por los bayameses, y el 4 de noviembre con que secundaron a los primeros los camagüeyanos en su extenso territorio.
Yo contaba entonces con 22 años y 4 meses de edad, pues nací el 2 de julio de 1946.”
El día 10 de diciembre de 1868, salió Serafín de Morón con rumbo a Sancti Spíritus, donde permaneció dos o tres días: en el transcurso de ellos, supo que Honorato del Castillo (primer jefe de la insurrección en Sancti Spíritus) se encontraba en la jurisdicción, logrando hacer contacto con él en la finca de un hermano donde estaba oculto. Desde aquel momento, Serafín se puso al servicio de la Patria.
En esos días se traslada a San Marcos, la hacienda de sus padres, y comienza a preparar a pasos agigantados el pequeño núcleo de valientes que lo acompañará en su alzamiento. Ya está creada la junta Revolucionaria de Sancti Spíritus, que preside Honorato del Castillo y
a fines de enero de 1869, Serafín, que mantiene estrechos contactos con Honorato y Leonte Guerra, ya andaba oculto de las autoridades y ocupado en preparar gente para la revolución que se gestaba en Las Villas.
Gobernaba militarmente a Sancti Spíritus en la época en que se produce el alzamiento del general Puello. En la noche del 6 de febrero de 1869 se produjo el alzamiento simultáneo en varios lugares de la jurisdicción espirituana. Honorato de Castillo se alza en Jobosí, Marcos García no lejos de Banao, Néstor L. Carbonell en las proximidades del Jíbaro, Leonte Guerra en el Partido de Morón y Serafín Sánchez se incorpora a la guerra al frente de unos cuarenta y cinco hombres, por lo que le es reconocido el grado de Teniente, en la finca Los Hondones, cerca de la hacienda San Marcos, propiedad de su familia en la zona de Bellacota; dirigiéndose a Mayajigua donde recibió su bautismo de fuego.
BROTE DE COLERA
Cuando muere el Mayor General Honorato del Castillo, lo sustituye como jefe de la División de Sancti Spíritus Angel del Castillo, a quien Serafín acompaña en todas las acciones realizadas incluyendo el combate de Pitajones, donde el enemigo deja al campo 150 muertos, un cañón y prisionero el teniente coronel Portal, que fue juzgado y fusilado.
Al día siguiente de esta victoria, el 8 de agosto de 1869, el General Castillo, dispuso la marcha de las fuerzas para internarse en la jurisdicción de Camaguey y acampan en la finca Los Guanales. Durante esta marcha se presenta en las tropas insurrectas la epidemia del cólera.
Esta enfermedad se expandió rápidamente. Antes de rendir la jornada falleció el Capitán Céspedes y a partir de ese momento aparecieron otros casos instantáneos y mortales. La epidemia progresó tanto que veinte horas después de llegar a la finca de Los Guanales, pasaban de cien los muertos o atacados por la enfermedad.
El general Castillo, para aminorar el contagio, decide diseminar las tropas por la zona de Camagüey. Es necesario quedarse algunos cuidando los enfermos y enterrando a más de setenta muertos que había. Esta vez el jefe Mambí no ordena, sino que pide voluntarios para cumplir esta misión que además de dolorosa representaría un fin seguro. Veintidós hombres responden, incluyendo a Serafín que tan solo cuenta con veintitrés años de edad.
Allí permanecieron alrededor de cuarenta y ocho horas enterrando muertos. Todos los atacados de la enfermedad fallecieron, además murieron quince voluntarios. Sólo siete lograron sobrevivir, entre ellos Serafín.
Luego de unos días de descanso forzoso, Serafín Sánchez junto al pequeño grupo escapado de la muerte inicia nuevamente la marcha para reincorporarse a las fuerzas insurrectas.
Años más tarde Serafín escribía su libro Héroes Humildes refiriéndose a este hecho.
DESEMBARCO POR PUNTA DE CANEY
A finales del año 1894 hay impaciencia en la Isla por producir el levantamiento armado. Por su parte Martí, como delegado del Partido Revolucionario Cubano, de acuerdo con los generales Máximo Gómez, Antonio Maceo y Serafín Sánchez, ha concebido un plan de alzamiento que habrá de consistir en tres expediciones que partiendo del puerto de Fernandina en los Estados Unidos recogerán a cada uno de estos tres jefes en los lugares donde se encontraban para invadir la Isla.
El plan Fernandina se frustró, por lo que cada jefe mencionado tendría que agenciarse personalmente la forma de salir para Cuba.
Serafín se da a la tarea de preparar una expedición, que organizó junto a Carlos Roloff, con los recursos aportados por los tabaqueros cubanos emigrados en Cayo Hueso, que en respuesta a un llamado del patriota no solo avituallaron la expedición sino que integraron la mayor parte de ella, cambiando la chaveta por el machete mambí.
Cuando todo estuvo listo expedicionarios y equipos se trasladaron hacia un cayo estratégico, confundido en la cayería sur de la Florida, a poca distancia de Cayo Hueso. Este cayo llamado Pine Key (Cayo Pino) habría de servir de base de concentración y entrenamiento para la dura vida insurrecta.
Después de 100 difíciles días en el inhóspito cayo parten hacia Cuba en un vapor de 150 toneladas bautizado por los expedicionarios con el nombre del querido “José Martí” y el 24 de julio de 1895 a las nueve de la noche arribaron a las costas espirituanas por Punta Caney en la ensenada de Tayabacoa, a legua y media de Tunas de Zaza.
La expedición estaba compuesta por 150 hombres, 300 fusiles, 200 machetes, 14 mil cápsulas y estaba integrada además por revolucionarios de Polonia, Colombia, Santo Domingo y Puerto Rico.
Con fecha 12 de agosto de 1895, Salvador Cisneros Betancourt escribe a Serafín refiriéndose a la expedición:
“Para la causa del honor y del decoro, para la causa que defendemos, este ha sido un hecho venturoso que nos reportará grandes ventajas y para la valiosa dominación española un golpe mortal”.
MUERTE
El 17 de noviembre de 1895 las fuerzas comandadas por Serafín Sánchez propinan vergonzosa derrota a una tropa enemiga compuesta por 700 hombres, al mando del general Armiñán, que huye a Sancti Spíritus en busca de refuerzos.
Al día siguiente, 18 de noviembre, Armiñán regresa a la zona de operaciones con una fuerza de 2 600 hombres.
Serafín ha escogido en espera del enemigo la finca La Larga, como punto estratégico para el encuentro o la retirada. Los insurrectos ocupan la margen derecha del caudaloso río Zaza que serviría de parapeto natural, solamente franqueable por los estrechos pasos o vados del río, el de Las Damas y el de La Larga. El sitio resulta apropiado para librar el combate.
La tropa cubana no pasaba de 800 hombres. A la una de la tarde se presenta el enemigo en la margen opuesta del río. Comienza el fuego de artillería. El combate duró cuatro horas en el Paso de Las Damas que fue nudo de la disputa. Los cartuchos escasean en las fuerzas insurrectas que defienden esa posición. Serafín ordena la retirada. El enemigo hace irrupción en el terreno defendido por los cubanos.
Cuando Serafín, con su estado mayor y escolta, marchando entre los generales, Francisco Carrillo y Avelino Rosas, se dirigía hacia las quebradas recibe un impacto de bala máuser que le atraviesa el cuerpo del hombro derecho al izquierdo cercenando la arteria pulmonar y aún así exclama con voz firme y valerosa “¡Me han matado!” Y dando aliento a los que le rodean añade: “eso no es nada”, y ordena ¡siga la marcha!.
Eran las 5 y cuarto de la tarde del 18 de noviembre de 1896. El Mayor General Serafín Sánchez había librado su último combate por la libertad de Cuba.

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