sábado, junio 30, 2007

ESTADOS UNIDOS A UN PASO (EL PASO) DE BARRIO ADENTRO

ESTADOS UNIDOS A UN PASO (EL PASO) DE BARRIO ADENTRO

Eligio Damas

Con frecuencia, uno tiene que calarse, por discreción o indisposición a discutir, a más de un pendejo o pendeja, en plan de elogiar el servicio de salud en Estados Unidos.
“En eso, los gringos”, dice la señora que con nosotros la cola hace en el banco, “llevan la bandera”. “El servicio que prestan es de maravilla y de un humanismo que a una deja pasmada, más si se le compara con lo que acá ocurre”.
Ese discurrir forma parte de la cultura, más diría que manía, de unos cuantos de comparar a Venezuela con el país del norte, para rebajarnos y rebajarse, lo que no es más que el pobre concepto que de sí mismo tienen. Y bien sabe usted compatriota, amigo lector, que esto nada nuevo es. Hasta los adecos, en tiempos de la IV república discurseaban de esa manera; que de paso era como un echarle la culpa al pueblo y nunca a sus compañeros que en el gobierno estaban; por eso también era un escupir para arriba.
Por supuesto, viniendo de ellos, la manera de enfocar ese y todos los asuntos, no es más que un gesto de desprecio por el pueblo. Nunca fueron capaces de cuestionarse diciendo, ¡“coño, pero estas cagadas de servicios, las crearon nuestros compañeros de partido”!. “Y siendo así, ¡somos igualmente responsables!”.
Pero de verdad la cuestión del servicio de salud en gringolandia, no es como la señora cuenta.
La periodista Patricia Giovine, en artículo que circula en Internet, dice al inicio, que al menos “la mitad de la población hispana de la frontera”, que vive en Estados Unidos, visita al médico, al dentista y compra medicinas en Méjico. Una entrevistada por la periodista antes mencionada, declaró “si no fuera por los doctores de Ciudad de Juárez, en El Paso, tendríamos mayores índices de muerte”.
Agrega la informante que los servicios médicos en Estados Unidos son inaccesibles, “una consulta a un especialista puede costar hasta 200 dólares”.*
Pero la cosa va más allá, pues no son sólo los hispanos quienes acuden a Méjico a comprar medicinas, “un gran número de clientes de las farmacias mejicanas son estadounidenses”, agrega la periodista.
Entonces el servicio de salud, no es como lo pintan. Pues no sirve si la gente a él, no tiene acceso. Aquí también hay una medicina privada muy costosa como en Estados Unidos y, siendo así tampoco sirve.
De modo que razón no tienen quienes siempre andan con esa cantaleta. Y uno podría agregar que siendo aquel un país tan rico y poderoso, no deberían suceder cosas como esas. Aquí, en cualquier hospital público, por muy malo que funcione, se atiende gratis a todo ser humano sin pedirle documentos. Y es que allá, eso de humanismo es idea de pendejos.
Pues si del humanismo del médico gringo se trata, veamos que dice la información que estamos comentando. El mejicano, dice un entrevistado por la periodista Giovine “está acostumbrado a que el doctor se tome tiempo para explicarle y le conteste las llamadas telefónicas, cosa que no pasa con los doctores de El Paso” (léase norteamericanos).
En Venezuela, pese a todos los defectos, el médico muchas veces hasta diagnostica y receta a un familiar del consultante quien brilla por su ausencia.
Pero si hablamos de Barrio Adentro y de esos médicos abnegados que atienden hasta domicilio y sin importar horario, lo de humanismo se pasó de maraca. Y es así además, porque el enfermo o paciente no sólo es atendido de manera gratuita, sino que hasta las medicinas se lleva sin erogar un centavo.
De modo que no es verdad el cuadro que la señora, compañera de cola, pinta. Lo que pasa es que muchos de quienes allá viajan, van y vienen, como dijese una vez Juan Vicente González, “como tonel en el fondo del barco”.
A la ciudad de El Paso y a muchas de Estados Unidos, les sale Barrio Adentro.
* Más del 60% de lo equivalente a la pensión del IVSS.

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