sábado, mayo 30, 2009

HILLARY EN LA OEA : SIN MAYORIA NI VETO

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.Hillary en la OEA: Sin mayoría ni veto
Tuesday, 26 May 2009 23:28 Jorge Gómez Barata Share | .Por Jorge Gómez Barata

Ignoro cuántas personas de las llamadas “políticamente activas” han leído alguna vez la Carta de la OEA, aunque existen razones para sospechar que no son muchas y parece que Hillary Clinton no figura entre ellas. De haberlo hecho se conduciría con más propiedad.

El pasado día 20, de cara a la reunión de la OEA que tendrá lugar en Honduras a principios de junio, la flamante Secretaria de Estado de los Estados Unidos declaró que su administración se opondría a cualquier resolución para revocar la exclusión de Cuba, hasta tanto la Isla no realice reformas que la hagan compatible con la Carta Democrática. Hillary olvido tres detalles: desde 1962 han transcurrido 47 años, América Latina ha cambiado y en la OEA no existe el veto.

En realidad la Carta de la OEA, suscrita en Bogotá en 1948 cuando apenas comenzaba la Guerra Fría y todavía quedaban restos del espíritu de avenencia, que condujo a la victoria en la II Guerra Mundial y a la fundación de la ONU, no es un mal documento, no contiene arbitrariedades escandalosas y, aunque impuso una concepción panamericana distinta al latinoamericanismo preconizado por Bolívar, Juárez y Martí, difícilmente pudiera ser invocada contra ningún país.

Por no preguntar a expertos de su Departamento, Hillary Clinton perdió la oportunidad de enterarse de que jurídicamente, tanto en la letra como en el espíritu de la mencionada Carta, artículo por artículo y letra por letra, no existe ninguna disposición que antes o ahora ofrezca argumentos o cobertura legal, política o moral para la exclusión de Cuba.

Debido a esa circunstancia y como quiera que la Carta de la OEA no contiene cláusula alguna por la cual un Estado pueda ser separado de la organización, para sancionar a Cuba hubo que trascender ese marco procesal, echar a un lado la Carta y acudir al Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR), un pacto militar y extraer de allí un subterfugio jurídico que dice:

ARTICULO 6: “Si la inviolabilidad o la integridad del territorio o la soberanía o la independencia política de cualquier Estado Americano fueren afectadas por una agresión que no sea ataque armado, o por un conflicto extra continental o intracontinental, o por cualquier otro hecho o situación que pueda poner en peligro la paz de América, el Órgano de Consulta se reunirá inmediatamente, a fin de acordar las medidas que en caso de agresión se deben tomar en ayuda del agredido o en todo caso las que convenga tomar para la defensa común y para el mantenimiento de la paz y la seguridad del Continente.”

A reservas de que el artículo parece redactado por Cantinflas y de otras consideraciones de fondo, como por ejemplo que, al ser el documento de mayor jerarquía ningún tratado o acuerdo puede prevalecer o sustituir a la Carta, citaré sólo las disposiciones incluidas en ella y con arreglo a los cuales, Cuba jamás debió ser sancionada.

“Artículo 1: Los Estados Americanos consagran en esta Carta la organización internacional que han desarrollado para lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia…La Organización de los Estados Americanos no tiene más facultades que aquellas que expresamente le confiere la presente Carta, ninguna de cuyas disposiciones la autoriza a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados Miembros.”

“Artículo 3: Todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga…”

“Artículo 18: Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro…”

“Artículo 19: Ningún Estado podrá aplicar o estimular medidas coercitivas de carácter económico y político para forzar la voluntad soberana de otro Estado y obtener de éste ventajas de cualquier naturaleza.”

El hecho de que cuando un grupo de países del continente como parte de su lucha por poner fin al sometimiento a Estados Unidos, reclaman la anulación de las sanciones a Cuba, la señora Clinton, invoque un instrumento ajeno a la Carta como es la llamada Carta Democrática Interamericana, es otro subterfugio que la América Latina de hoy seguramente no admitirá.

No falta mucho para saber que ocurrirá en la próxima reunión de la OEA convocada para San Pedro Sula en Honduras en la cual cualquier país pudiera pedir la revocación de las sanciones contra Cuba adoptadas en 1962 y exigir una votación que necesitará el 75 por cierto de los votos para anular lo acordado. Dado que en la OEA no existe el veto, la mayoría puede derrotar a Estados Unidos.

Existe curiosidad por ver qué pasa cuando sin votos que comprar ni presidentes obedientes, en San Pedro Sula o en cualquier otra parte, Hillary Clinton vea como todas las manos se levantan a favor de reparar una injusticia histórica y Estados Unidos se queda solo. Cuba no regresará a la OEA, pero América Latina habrá ganado una gran batalla y creado un precedente. De ahí en adelante, nada será igual.

Jorge Gómez Barata es periodista cubano. Reside en La Habana.

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