sábado, mayo 30, 2009

RESPUESTA A OSCAR PEÑA

ALFREDO SANCHEZ

Querido Oscarito,



El hecho de que yo circule algún documento no quiere decir necesariamente que estoy de acuerdo totalmente con él. A veces he circulado los tuyos sin coincidir totalmente con ellos.



Ya en el primer párrafo de tu escrito encuentro una discrepancia. Las políticas equivocadas de los EE UU con respecto a América Latina no son de hace tanto tiempo que solo aparezcan en los libros de textos escritos por nuestros abuelos. Yo he sufrido sus consecuencias cuando fuí perseguido y maltratado físicamente. Sufrí cárcel y exilio durante la tiranía de Fulgencio Batista, que persiguió, asesino, torturó y obligó al exilio a miles de cubanos.



Yo no estoy seguro de que el golpe de estado de Batista fuera planeado o sancionado a priori por los EE UU, pero lo que sí está claro es que el gobierno de los EE UU lo ayudó a permanecer en el poder. Paradógicamente los envíos de armas que le hicieron los EE UU fueron realizados bajo el convenio de ayuda mutua firmado por mi padre por el lado cubano, cuando era Ministro de Estado, durante el último gobierno elegido democráticamente en Cuba. Estos envíos se suspendieron tardíamente en 1958 y Batista tuvo que empezar a comprarle armas a quien se las vendiera, incluyendo al dictador de Sto. Domingo, R. L. Trujillo. El que EE UU congelara la venta de armas al régimen de Batista fué para este un claro indicio de que tenía que irse. Y al fin se fugó.



El gobierno de EE UU obstaculizó las acciones de los movimientos andibatistianos, persiguiendo y encarcelando a muchos de sus elementos y confiscandoles armas. Siembargo, en los últimos años de esa dictadura mantuvo una política de tolerancia con los elementos de Fidel Castro, y esto no fué algo secreto. Puedes preguntarle a Tony Santiago la respuesta que le dió el gobierno americano cuando fué a Washington con un grupo de cubanos a reclamar, para ellos, el mismo trato que le daban a los fidelistas aquí en Miami. El gobierno de Eisenhower fué en parte responsable del ascenso al poder de Fidel Castro.



America Latina se llenó de dictadores respaldados por los EE UU, algunos puestos por estos mismos, que se mantenían en el poder gracias a los peores abusos de los derechos humanos que se puedan suponer. Y todo esto con el respaldo de los gobiernos americanos. No recuerdas aquellas palabras de Roosevelt, a quien yo admiro por otras razones, sobre Trujillo…”Yes, he is a son of a bitch, but he is our son of a bitch”.



En 1950, mi padre, siendo Ministro de Educación, promovió en Cuba el Primer Congreso Pro Democracia y Libertad para defender a nuestra América de las dictaduras militares y de la penetración del comunismo en el continente. A ese Congreso asistieron, o lo apoyaron, casi todas, si no todas, las fuerzas democráticas latinoamericanas y norteamericanas. Aparte de los cubanos, participaron Haya de la Torre, Germán Arciniegas, Eduardo Frey, Rómulo Betancourt, Carlos Andrés Pérez, José Figueres, Arthur Schlesinger, Francis Grant, Juan José Arevalo, etc., etc. El Congreso fué todo un éxito y de él salió el apoyo en armas y recursos a los venezolanos que luchaban contra el dictador Pérez Jiménez. Cuando la Guardia Nacional se sublevó en Guatemala tratando de derrocar a Arévalo, aviones cubanos, sin insignias, atacaron el cuartel sublevado y conjuraron el golpe militar empujado por el Embajador de los EE UU.



En fin, la historia es larga. Y no resulta extraño que el gobierno americano no quisiera que el partido auténtico, de corte socialdemócrata (esto entonces y ahora significa de izquierda), regresara al poder. Ahora todos estamos pagando las equivocaciones de la política norteamericana. La Historia no debe mantenernos atrapados, pero tampoco debemos olvidarla, para que no se vuelva a repetir. En eso nuestro Presidente Obama está bien claro y yo lo respaldo completamente.



Lamento que personas como tú, que se presentan como defensores de los derechos humanos, soslayen constantemente la condena al régimen de Batista, tan oprobioso y que tantas vidas nos costó, así como la condena a las tiranías de los Somoza, que sí fueron establecidas por los EE UU. Las condenas a estas tiranías deben ser bien claras, especialmente aquí en Miami donde se han refugiado los remanentes de esas fuerzas tan contrarias a los derechos humanos.



Yo le tiendo mi mano a todos aquellos como tú, y otros, que de alguna manera tuvieron algo que ver con la dictadura de los Castro, porque han reconocido sus errores y equivocaciones y han asumido posiciones opuestas a estos dictadores. Pero aún estoy por ver a los batistianos y somocistas de aquí condenar a aquellos regímenes de manera bien clara.



Soy ciudadano norteamericano y voté por nuestro Presidente Barak Obama, porque creo que le va, y le está, dando un rumbo nuevo a la política exterior de los EE UU, amen de los cambios necesarios que está haciendo y que seguirá haciendo a la política interna de los EE UU, lo que es aún más importante para los que aquí vivimos.



La realidad cubana e interancional impone que defendamos una salida pacífica al problema cubano, aunque no está muy claro que vaya a tener éxito a corto plazo, y quizás ni siquiera a mediano plazo. Auque sí espero que consiga sus propósitos a largo plazo como ocurrió en Europa.



El reconocer la parte de la culpa que los EE UU tienen en nuestro atraso económico y social, no quiere decir que sean estos los únicos culpables y aquí cincido contigo y Oscar Arias. Nosotros somos tambien muy culpables, pero solo de la parte en cuanto pudimos actuar libremente sin necesidad de estar luchando contra las dictaduras amamantadas por los EE UU. Recuerdo una vez cuando la hija de Rómulo Betancour le preguntó a su padre por qué siempre estaba atacando verbalmente a Fidel Castro y Rómulo le contestó que porque solamente había podido gobernar la mitad de su tiempo teniendo que dedicar la otra mitad a defenderse de los ataques constantes de Fidel.... y tambien de Trujillo digo yo.



Un buen ejemplo de las consecuencias que trajo para un país la salida de la dictadura, fué la recuperación económica, política y social de España después de la muerte de Francisco Franco. Los españoles de 30 años antes y 30 años después de su muerte eran los mismos, más o menos, y el cambio de después fué fenomenal.



Otra cosa, en ese bandazo hacia la izquierda, como tú lo llamas, en latinoamérica, tienen tambien alguna responsabilidad los gobiernos americanos, que de una manera u otra, les empujaron el sistema económico neoliberal que ayudó a unos pocos a convertirse en extremadamente ricos manteniendo a muchos otros en la pobreza. Creo que afortunadamente esta política está cambiando ahora en EE UU, tanto hacia adentro como hacia afuera. Veremos.



Mis saludos.



Alfredo

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