Potenciar los intereses de la nación
Por Félix Sautié Mederos. E-Mail: fsautie@yahoo.com
Yo siempre he pensado y he aprendido que hay intereses, sentimientos y herencias históricas que nos unen a la nación en que nacimos, que siempre deberían primar por encima de todos los avatares, circunstancias y coyunturas que se nos presenten en nuestro peregrinaje por la vida. Esos conceptos conforman las esencias de lo que denominamos Patria y de lo hermoso y lo sublime que significa porque, cuando no se entiende lo que es la patria ni se sufre ni se potencian sus intereses por encima de los nuestros, perdemos mucho de la humanidad que nos significa como seres únicos en la naturaleza.
La Historia de la nación cubana es rica en ejemplos de entrega total y postergación de intereses personales en pro del concepto de Patria y de todo lo que representa. A partir del surgimiento de nuestra nacionalidad en el seno de un colonialismo esclavista que hería las más puras esencias humanistas, los cubanos hemos atravesado momentos históricos muy difíciles y complicados, y hemos vivido los ejemplos de los que lo han entregado todo por la nación y por la Patria.
Antonio Maceo y Flor Crombet supieron dejar a un lado sus discrepancias y agravios, y firmaron un pacto ejemplarizante para dirimirlo después que hubieran cumplido la obra común en favor de que la Patria existiera. La muerte de ambos, en los combates liberadores, selló con sangre aquella postergación sublime. Por su parte José Martí en su “Carta a los cubanos”, fechada en Nueva York el 13 de mayo de 1880, expresó algo que todos deberíamos meditar a profundidad y cito textual: “Cuando se lucha por la existencia de la Patria, la división y la rivalidad son crímenes”.
Comprendo que este concepto martiano es tajante y radical, y que son muchos los argumentos que se podrían esgrimir como motivos y dinámicas que impulsan las discrepancias que nos embargan y nos movilizan en el hoy que vivimos los que estamos dentro y fuera de nuestras fronteras.
Comprendo que hay razones justificables y otras que no lo son. Vivimos un momento complejo de inflexión, que será determinante para el futuro que tenemos por delante y que pertenece a nuestros hijos y nuestros nietos que lo vivirán con intensidad cuando ya seamos polvo que haya regresado al polvo.
Quizás deberíamos pensar más en ese futuro y en los derechos inalienables que un ser humano tiene de disfrutar a plenitud su única vida terrenal. Cuando se toma conciencia profunda sobre este futuro que principalmente pertenece a los niños y los jóvenes de hoy, no se podría sostener la inhibición de sus derechos inalienables de acceso a los timones de mando de la sociedad, y de potenciar los intereses básicos que enmarcan la existencia y el desarrollo de la nación por encima de nosotros mismos.
En mi criterio estas razones esenciales dan fundamento al diálogo, al reencuentro y a la reconciliación de todos los cubanos poniendo por encima de nuestros presentes que hoy nos dividen los futuros que pertenecen a los que vienen detrás de nosotros y son nuestros descendientes, los que le darán permanencia a la nación cubana.
No digo que nos inhibamos de nuestros criterios y conceptos políticos y económicos que animan nuestras vidas de hoy, lo que planteo y propongo es confrontarlos en forma civilizada y pacífica, sin amenazas, odios ni rencores torcidos, tal y como lo aprendimos de los que ayer forjaron nuestra nacionalidad y el alma de nuestra Patria. Quizás mi voz resuene en un desierto, pero mi conciencia me obliga a decirlo y repetirlo.
http://www.poresto.net/opiniones/41174-potenciar-los-intereses-de-la-nacion-
viernes, junio 26, 2009
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