Desde Venezuela
RENNY OTTOLINA Y DIEGO ARRIA, EL HOMBRE PAR
ELIGIO DAMAS
Renny Ottolina fue un hombre perseguido por el éxito, según su propia valoración y expectativas personales.
Como animador de televisión alcanzó tanta significación que millares de personas seguían a diario sus actuaciones y, hasta podría decirse, introdujo un estilo peculiar en nuestro medio.
Como vendedor, fue mucho más exitoso. Millares de amas de casa invadían los supermercados a comprar no un cepillo, un detergente, etc., cualquiera, sino "aquel que anuncia Renny".
Publicitó una bebida gaseosa que se vendía a raudales. Aquello le llevó a decirle a alguien, con algo de egolatría: “es como un purgante; pero basta que la promueva para que se venda hasta más allá de lo esperado”. De allí concluyó que, por la televisión, también se podía vender un presidente.
En su época, los medios de comunicación, no habían incursionado con énfasis en la política y tentativa de manejar la opinión con esos fines.
Renny, un hombre comprometido con el sistema, luego se interesó por “vender” a los televidentes, que durante años presenciaron extasiados sus actuaciones, una concepción política. Eso explica que al lanzar su candidatura sumase gran cantidad de partidarios. Fue pues también un promotor político.
En los últimos meses de su existencia formó opinión contra el gobierno de CAP (Carlos Andrés Pérez) y contra los partidos. Comenzó a agrupar miles de venezolanos descontentos con el puntofijismo. Aunque se definió como un oposicionista de derecha.
Montada la escena electoral, habiendo muerto accidentalmente Renny, apareció en medio de ese escenario, como candidato, Diego Arria.
Vinculado a grupos poderosos y de quienes ha sido vocero, abandonó COPEI y al Dr. Caldera, cuando las encuestas indicaban el ascenso de la candidatura de CAP, lo que significaba la posible salida del antiguo partido de Arria del gobierno, lo que en efecto aconteció. De esa forma, se convirtió en personaje importante en el nuevo régimen adeco.
Renunció al gabinete del presidente Pérez, finalizando este su período, justamente a los pocos días de producirse el accidente mortal del famoso animador de televisión.
Se lanzó como candidato presidencial, con la tarea de atraer la votación de Renny, para que vertida en fracción parlamentaria, se sumase a AD para apuntalar una fuerza que podría llegar al Congreso debilitada.
Para lograr ese objetivo era necesario repasar a Renny. Para sorpresa de muchos, Arria, que era una de las figuras que más identificaban al gobierno, comenzó a verle defectos y fallas. A los pocos días, nos habló contra él, en el lenguaje de Renny.
Quién afirmaba lo importante de la gente, fue el mismo que, siendo Gobernador del Distrito Federal, inventó la infamante “solución” de trasladar población de barrios de Caracas, sin planificación previa, respeto a los derechos humanos, hacia zonas del interior. Invadían policialmente zonas populares, tal como nazis, introducían a niños, adultos y ancianos, en autobuses por la fuerza, se los llevaban a cualquier parte donde se hubiese iniciado alguna urbanización por cuenta del Estado y allí arrojaban a aquellos infelices para que invadiesen de manera forzosa.
Hizo operaciones y uso del erario público muy cuestionados y, por precaución, abandonó el país; se fue a Estados Unidos, todavía en tiempos de la IV República. Pero fue tanto su pecado, que le abrieron una averiguación por vía judicial. Fuera del país se mantuvo por años, muy discreto, esperando escampase y se olvidasen sus desaguisados.
Una pose política y un lema falsos, mal podían servir para engañar a un pueblo cansado de promesas incumplidas de quienes siempre han aspirado cazar el voto popular para sus fines ruines.
Diego, el hombre par de un individuo, en cierto modo original, como lo fue Renny Ottolina, aspiró recoger la votación de quien fue en verdad opuesto al gobierno de Pérez y a los viejos partidos dirigentes, aunque no aspiraba trascender los límites del sistema.
Arria quiso aquellos votos huérfanos para apoyar lo que Renny combatía, pero fracasó rotundamente.
Este es el mismo hombre quien desde que Chávez accedió al poder, allá en Estados Unidos, se activó para luchar por la “democracia” y por aquí ha llegado, valiéndose de la libertad que gozamos, a denigrar del gobierno y hasta ridículamente ofrecerse como alternativa, como algo fresco. Y hasta abusando de nuestra fama de desmemoriados.
lunes, noviembre 02, 2009
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