LA NECESIDAD DE ENFRENTAR EL TERRORISMO CIBERNETICO

La necesidad de enfrentar al terrorismo cibernético Esas prácticas de insultos y amenazas son métodos fascistas ampliamente conocidos.
Félix Sautié Mederos.
E-Mail: fsautie@yahoo.com

En varios artículos que he publicado en Kaos en la Red, que es uno de los pocos portales en los que podemos debatir los problemas de la Cuba de hoy,y muy especialmente acentuado en el último trabajo mío, ( En semana santa; pero aún con los viejos esquemas, http://www.kaosenlared.net/noticia/semana-santa-pero-aun-viejos-esquemas) en el debate de los mismos he podido apreciar la labor de un grupo de personas que en vez de plantear argumentos serios que aporten a la discusión, incluso discrepancias sensatas, se dedican a proferir insultos, a plantear palabras soeces, a amenazar con fusilamiento y con represiones de todo tipo. Esto lo hacen de una forma desenfadada y en medio del anonimato que les garantiza la posibilidad de disfrutar de una total impunidad para sus fechorías que perfectamente podríamos catalogar de terrorismo cibernético.
En sus ataques no discriminan ni a los que hablamos desde dentro de la Revolución Cubana, ni tampoco a los que plantean abiertamente su oposición al proceso; todos ejerciendo nuestro derecho humano a opinar y a dar aportes específicos con nuestros argumentos para debatir civilizadamente. No se debería partir del principio maquiavélico de que el fin justifica los medios, para aprobarlos y bendecirlos cuando responden a determinados intereses, porque se convierten en definitiva en fascistas, terroristas y destructores vengan de donde vengan. Esas prácticas de insultos y amenazas son métodos fascistas ampliamente conocidos.
Si algunos han pensado que esta es una forma adecuada para defender un proceso, deberían comprender que en si misma se convierte en la mejor manera para desprestigiarlo porque tratan de liquidar cualquier debate con el uso de las amenazas, los insultos y la fuerza. Desautorizan dadas sus propias esencias torcidas y oscuras a cualquier institución que los respalde. Eso se hace más preocupante aún, cuando en medio de tales insultos, algunos se encargan de identificar a los que se presentan con esos seudónimos como integrantes de un supuesto equipo de vigilancia electrónica, que según se ha filtrado en estos portales, funciona desde la UCI en La Habana, lo cual en mi criterio, requeriría una total desautorización desde esa institución docente, ya que sus fines de defensa de la Revolución Cubana no deberían desvirtuarse con la incultura que demuestran quienes así actúan, pues en sus manifestaciones aparece expresa la evidencia de que les falta mucho conocimiento de la vida, de la política y de lo que es verdaderamente una lucha revolucionaria limpia y altruista.
Además con sus amenazas de fusilamiento y de represiones, realmente le hacen un favor muy flaco al proceso revolucionario y lejos de defenderlo, lo desprestigian sensiblemente. Incluso se desvinculan de lo mejor del pensamiento cubano de José Agustín Caballero , Félix Varela, José de la Luz y Caballero José Martí, Ignacio Agramante y una lista interminables de grandes hombres y mujeres que han desarrollado la nacionalidad cubana con una impronta de altruismo y humanidad. Atacar al pensamiento, desprestigiar a quienes se decidan a pensar con cabeza propia y con pleno respeto por los demás, así como fundamentados en una ética humanista e inclusiva es tanto como hipotecar el futuro. Este es un asunto muy serio que todos tendríamos que repudiar y cerrarle el paso a esas torcidas tendencias.
Muy poco tienen que ver estas actitudes que denuncio con los conceptos esenciales de no mentir y no faltar nunca a la ética, que se han definido como propósitos intrínsecos de la Revolución por el propio Fidel Castro, porque si insultar, amenazar con fusilamientos, con la reclusión en campos de trabajos al estilo de la UMAP, se convierte en práctica aceptada por el proceso revolucionario, según ellos se plantean, se crearía una gran incongruencia con los conceptos básicos del proceso, entre lo que se dice y lo que se hace. Lo que no es propio ni del pensamiento patriótico cubano ni de un Socialismo verdadero, democrático y participativo, con todo lo que implica la palabra de participativo que lamentablemente muchos no entienden porque solo reducen el socialismo al concepto estalinista de represiones y controles absolutos.
En este sentido, pienso que se hace necesario llamar a la cordura, porque cuando métodos tan sórdidos como éstos se permiten que se desarrollen en nombre de determinadas instituciones e inclusos países, terminan virándose contra quienes los prohijaron. Así sucedió cuando en los primeros años de la Revolución Cubana se comenzaron a secuestrar a los aviones cubanos. Entonces se advirtió lo que podría suceder, y a pesar de esas advertencias se continuaron secuestrando estos aviones y hoy la posibilidad del secuestro de naves aéreas es uno de los dolores de cabeza de la aviación civil internacional y de todos los países del mundo sin excepción.
Quizás sea que por ahí existen grupos de gatillos alegres y “contra insurgentes”, que consideran que en el debate ideológico todo vale y que lo que se impone es ahogar por medio del insulto, de las amenazas y de la fuerza a los que opinan distinto. Deberían pensárselo bien porque quien siembra vientos recoge tempestades. Nunca deberían menospreciarse las posibilidades de que los servicios especiales de los países más poderosos del mundo, se aprovechen de estos pies forzados para enturbiarlo todo y adueñarse de posibilidades que otros abren ingenuamente pensando que están luchando por posiciones progresistas.
Además estas prácticas causan un gran daño a las propias personas que las realizan porque se acostumbran en el debate a sustituirlos argumentos por el insulto, las amenazas y la fuerza en sentido general y más aún si son jóvenes que se abren a la vida, porque en el futuro serán personas deformadas e incapacitadas para actuar consecuentemente dentro de los procesos civilizados que forman parte muy importante del desenvolvimiento social de una verdadera sociedad humanista y participativa.
Planteo esto con toda responsabilidad, porque considero que es un problema que nos corresponde a todos evaluarlo, a los que están a favor y que están en contra, a los que lo defienden todo y a los que encuentran luces y sombras. Lo mejor es debatir abiertamente, de frente y con argumentos, con la mayor ética y respeto por las personas y dejar atrás al insulto, las amenazas y las palabras soeces que logran un efecto controvertido. La cuestión está planteada y lo hago con la mayor franqueza y ética posible, pero también si miedo alguno, porque en definitiva quien amenaza en la sombra es realmente un cobarde y un pobre diablo sin argumentos que no es capaz de presentarse a la luz pública con su nombre, sus dos apellidos y su localización como lo hago yo.La Habana, 1 de marzo de 2008
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