sábado, octubre 31, 2009

MICHELETTI O ¡CÓMO SERÁ EL NEGOCIO QUE LA ÑAPA ES DE QUESO!

Desde Venezuela

MICHELETTI O !CÓMO SERÁ EL NEGOCIO
QUE LA ÑAPA ES DE QUESO!

ELIGIO DAMAS

En mi pueblo era muy usual esa expresión, cuando alguien se mostraba obsequioso en demasía.
Y ahora es muy apropiada para manifestar la desconfianza que en uno genera el acuerdo de Tegucigalpa y sobre todo por las expectativas que ha despertado en Roberto Micheletti.
Manuel Zelaya, califica el acuerdo previo, que implica que el Congreso hondureño decida su restitución a la presidencia pero embutido en una camisa de fuerza, como un triunfo de la democracia.
Por prudencia y respeto a los amigos, lo sensato es esperar el desarrollo de los acontecimientos sin “sumarse al jolgorio”, como acertadamente expresó en la OEA, nuestro embajador, Roy Chaderton Matos.
Es natural, por lo que uno conoce del acuerdo y por esa especie de corralito tirado alrededor de Zelaya, con las columnas de Hilary Clinton, Thomas Shannon, Oscar Arias, José Miguel Insulza y otros “llenos de buenas intenciones”, opte observar el desarrollo de los acontecimientos, esperando que el presidente constitucional de Honduras no resulte “agarrado a lazo”.
Haberse comprometido a aceptar el retorno a la presidencia para avalar el resultado de unas elecciones a celebrarse ahora mismo, con las reglas y condiciones ya establecidas bajo el gobierno de facto, y en cuales al parecer Zelaya, sus aliados y partidarios poco tienen que buscar, pareciera una jugada como inocentona, destinada a resolverle el problema a las clases dominantes.
Pensarlo así, es elemental, pues es lo que la derecha hondureña, cercana a Micheletti, Oscar Arias, Insulza y los menos obcecados en el Departamento de Estado, con afán buscaban.
Pero uno no sabe que podría suceder o expresarse en las próximas horas, tomando en cuenta que no hay motivos para creer a Zelaya un “niño de pecho”. Aunque llama la atención que éste se haya desbordado en agradecimientos a todo el mundo, empezando por Obama y los personajes antes nombrados, menos al presidente Chávez, porque según la emisora y agencia de noticias hondureña “radiolaprimerísima”, éste “no goza de simpatías por su ingerencia en el asunto interno de aquel país".
Y se dice esto último, pese a que si agradeció a Lula, que ha tenido en el último mes, una participación de primer orden en el conflicto. Así como a los anteriormente nombrados, metidos hasta el hocico, incluso en lo de promover el golpe.
Pero como el asunto es lo relativo al negocio hecho por Micheletti, tan bueno que ha dado “ñapa de queso”, revisemos lo que este personaje ha manifestado, según una nota de prensa de la fuente antes mencionada:
“Muy satisfecho me encuentro porque también don Thomas Shannon, nos dijo que de inmediato las cosas mejorarán para Honduras”. Por supuesto, esta mejoría que espera Micheletti y ofertada por el negociador gringo, está dirigida en primer término a él, los golpistas y los grupos económicos, pero nunca para el pueblo. Y no hay duda que lo ofrecido es concreto y con sonido grato a los oídos de los ofertados.
Y dijo más, este acuerdo “es un indicativo del reconocimiento que la OEA, Estados Unidos y Europa, seguramente nos van a dar por el proceso electoral”.
Por supuesto, Micheletti sabe bien que ese reconocimiento iría si accede a aceptar poca cosa, como retornar a Zelaya, en condiciones de presidente secuestrado para avalar la vuelta a la “normalidad” que la derecha toda ansía.
Continuó Micheletti, manifestando su agradecimiento sin límites a la comisión estadounidense que presidió Shannon, “la cual vino a Honduras para escuchar, jamás para imponer nada”.
El presidente de facto pareció desafinar o salirse del carril por el cual venía, pues antes, como leímos, habló de las promesas de Shannon, lo que se contradice con lo de haber ido sólo “para escuchar”.
Su alegría por el buen negocio hecho, tanto que está repartiendo generosa ñapa, también se justifica cuando, este mismo viernes, José Miguel Insulza, se apresuró a anunciar que la OEA enviará observadores a las elecciones de Honduras.
El balón está del lado de Zelaya, veamos como juega. Esperamos que su ánimo no decaiga, pues se espera mucho más.

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