sábado, octubre 31, 2009

REFORMA DE SALUD Y EL PRESUPUESTO

Reforma de Salud y el Presupuesto
Por Lorenzo Gonzalo, 28 de Octubre del 2009



Causa asombro, en medio del desdén que produce, que en Estados Unidos cuando se discuten asuntos que significan el bienestar pleno de las mayorías, el espectro del costo se interpone como un fantasma diabólico.



En las discusiones sobre la salud ese ha sido y es, el tema que decidirá en gran medida la dirección de una reforma que se ha discutido por miles de especialistas, para llegar a acuerdos que complazcan el espectrum ideológico que rodea Washington con un cordón de acero.



Ya la Cámara parece haber llegado a un acuerdo sobre la inclusión de un seguro público como parte de las opciones disponibles a la ciudadanía. Este detalle constituye realmente un punto clave para que la reforma del seguro, al margen de las grandes limitaciones contenidas en cualquiera de las fórmulas aprobadas, alivie la angustia de más de cien millones de personas carentes de atención médica adecuada o sin ninguna.

La opción pública será pues uno de los puntos a debatir en el Senado, pero la presencia de semejante propuesta no será en sí la gran limitante sino las fuentes que puedan financiar los 900 millones de dólares que costará al estado la reforma en el lapso de diez años.



La lógica indicaría que antes de discutir de dónde saldrá ese dinero lo primero que debe hacerse es analizar los enormes gastos militares del país y proceder a los recortes correspondientes.



En medio de una crisis económica de la envergadura actual disminuir gastos es la prioridad.



La fórmula para obtener el dinero procede de la proposición demócrata de aumentarle los impuestos a los más ricos. Esta receta es procedente, si tenemos en cuenta que las diferencias de ingresos se han aumentado considerablemente en los últimos años, ocasionando desigualdades y cuestionamientos sobre el manejo de la administración social. No obstante el recetario palidece ante los aspectos concretos de la propuesta que señala gravar los ingresos individuales anuales por encima de los $500,000 dólares y las parejas que reciben más de un millón de dólares al año. Considerando que en el país sólo un 6% aproximadamente recibe más de cien mil dólares anuales, es evidente que las fuentes del financiamiento podrían ser muy superiores a las propuestas, puesto que se concentran únicamente en el 1% de la población. El impuesto a este sector recaudaría unos 460 mil millones o sea, la mitad del costo público que significaría la reforma que está hoy más o menos acordada.



La otra propuesta para recaudar impuestos es gravar a quienes tienen seguros médicos llamados “Cadillac”. Este enfoque parece tener la mayor simpatía del ala conservadora del Senado. Su aprobación infligiría una afectación a los empleados de las grandes fábricas y corporaciones, quienes reciben beneficios desproporcionados en comparación con el resto de los trabajadores. De aprobarse esta propuesta, los demócratas perderían la simpatía de los grandes sindicatos, quienes representan una enormidad de votos, especialmente peligroso ante las elecciones congresionales que se avecinan



Pero si las discusiones tuvieran verdaderamente un enfoque centrado en la defensa nacional, independientemente de las concepciones sociales que definen al Washington actual, el aspecto militar debía estar en el centro de las consideraciones de gasto. Sin embargo, ese prepuesto sigue aumentando. Uno de los acápites del aumento son las investigaciones para nuevos armamentos y su fabricación. Este renglón es una tajada enorme de dinero, que empleado en asuntos de importancia social, como la salud, resolvería otro gran porcentaje del costo. A esto podría agregarse la retirada, aún no decidida de las tropas de Irak y las correspondientes variantes estratégicas para contener el terrorismo proveniente de las regiones de Afganistán, Pakistán y sus alrededores.



En estos momentos, si bien es importante comenzar a buscar nuevas avenidas para mitigar en algo la asimetría de los ingresos en la población estadounidense, gravando a los más privilegiados, prestarle atención a los asuntos de la guerra es mucho más importante.



En estos tiempos donde en Estados Unidos comienza a debatirse públicamente ciertas problemáticas sociales, es importante recordar las palabras de James Madison en 1795:

“De todos los enemigos de la libertad pública la guerra es quizás la más mortífera porque ella contiene y desarrolla todos los demás gérmenes. La Guerra es la madre de los ejércitos; de aquí nacen las deudas y los impuestos…conocidos instrumentos para condenar a los muchos a la dominación de los pocos…ninguna nación puede conservar su libertad en medio de continuas guerras”.



Cuando el Senado comience a discutir cómo financiar un proyecto que se propone mejorar la salud de la ciudadanía, debieran escuchar primeramente a James Madison, cuarto Presidente de Estados Unidos y uno de los más influyentes Padres Fundadores.

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