Desde Venezuela
OBAMA SACÓ EL NÓBEL DE UN POTE DE AVENA
Las palabras de Obama, parecen flores de un día.
Con todo respeto al Rev. Leonidas Penton Amador
ELIGIO DAMAS
Para quienes no lo saben o recuerdan, antes algunos productos como la avena o jabón en polvo, venían con cupones premiados dentro los respectivos envases. En Venezuela esa forma de premiar estaba como en una escala inferior. Por eso a un conductor, médico torpe o poco hábil, no asertivo, etc., se le decía con ironía:
“Tú como que sacaste el título o licencia de un pote de avena o caja de jabón”.
Barack, se levantó muy temprano, no tanto por sus obligaciones, sino porque su secretario le llamó para informarle que en Noruega, habían sacado su nombre de un pote de avena y eso le otorgó el premio Nóbel de la Paz. Manifestó mostrarse sorprendido y hasta anonadado tanto como el mundo entero, igual que cuando premiaron a Kissinger. Menos quienes hablan hipócrita o diplomáticamente, aunque bien saben que el presidente de Estados Unidos, salvo hacer ofertas que no puede cumplir porque no le dejan ni dejarán, nada concreto ha hecho para merecer tal distinción.
Por el contrario, como dicen en mi pueblo, “parece cosa de chanza”, pero el día que Obama levantó de la cama para recibir la grata noticia, lo iniciaría con una reunión para rediseñar la guerra en Pakistán y determinar el número en que se incrementarán las fuerzas gringas invasoras.
Pero la verdad es que Obama, no pierde oportunidad para hacer de encantador de serpientes. ¡Qué belleza, qué ejemplo de democracia, valor e inteligencia, un afroamericano, de paso lleno de bonhomía y de agradable discurso, distinto a aquellos de cowboy, en la Casa Blanca! Pero, si merece el premio, debería anunciar el retiro de las guerras que el Pentágono mantiene y suspender de inmediato el cruel embargo a Cuba.
El mundo no ha cambiado con Obama; la política agresiva del gobierno norteamericano en nada ha disminuído. Sólo palabras edulcoradas escucha uno, mientras siguen haciendo lo mismo.
Los golpes de Estado, como el de Honduras, donde Obama, por acción u omisión está metido hasta el hocico, son gestos que nada tuvieron que ver con el premio, como tampoco el crear nuevas bases militares para amenazar a América del Sur, menos aceptar la herencia de protector de terroristas como Posada Carriles y dar visto bueno a agresivos. Y no tuvieron que ver porque el premio no fue otorgado, no hubo evaluación, pese a que los académicos noruegos digan lo contrario por sólo aparentar, pues Obama lo encontró fortuitamente en su pote de avena.
Pero a los honorables miembros de la academia Noruega, a quienes se supone sensatos, les pareció suficiente nueve meses en los que Obama no ha hecho sino actuar por inercia, para reconocer que le pertenece lo que en su pote encontró. Y que en su discurso en ONU haya hablado de disminuir el armamento nuclear. Olvidaron una simpleza. Que del dicho al hecho hay mucho trecho. Y que donde manda capitán no manda marinero. O lo que es lo mismo, es poco probable que el Pentágono acceda a cumplir lo que Obama ofrece.
Si los académicos noruegos, son en verdad gente como uno la supone, debieron esperar “ver para creer”, antes de justificar la posesión por Obama de un premio encontrado como si fuese el genio de la lámpara de Aladino.
Lo grave del asunto es cómo Obama, lo que es peor, el Pentágono y la derecha gringa, evaluarán la posición de la Academia Noruega. ¿Qué tal si creen que marchan por un justo camino? ¿Y no como un incentivo a la acción por la paz?
Hasta hoy, Guantánamo sigue intacta; allí continúan haciendo lo mismo de siempre y la actitud guerrerista permanece y prevalece.
Obama antes ofertar en la ONU lo hizo en Puerto España. Pero una cosa promete y otra lo que su gobierno hace. ¿Por qué entonces los del Nóbel, dieron por hecho las ofertas de la ONU? La palabra de Obama, por las oscuras fuerzas que detrás de él empujan, parece ser, como en el tango gardeliano, “flores de un día”.
sábado, octubre 10, 2009
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