martes, junio 19, 2007

QUITATE TU PA PONERME YO O CONSPIRO

QUITATE TÚ PA` PONEME YO O CONSPIRO DE FRENTE

Eligio Damas

Fausto Masò, en un encartado de El Tiempo dice, “un sistema político perdura muchos años cuando unas èlites reemplazan a otras sin mayores contratiempos” y agrega que, por esa vía “las presiones sociales encuentran salidas”. Para él, lo contrario “revienta el sistema o se torna una satrapìa y la conspiración ocupa el lugar de la lucha abierta por el poder”.
Pareciera que hablara de otros paìses y no de Venezuela, como pretende. Y eso a uno no le extraña, porque no es fácil conocer a un pueblo, cuando no se tiene los pies hundidos en su tierra y menos si la opinión la afectan intereses crematísticos.
Durante cuarenta años o más, aquí las èlites se intercambiaron el Poder Ejecutivo, y lo hicieron bajo contratiempos permanentes; claro, ellas contra el pueblo explotado y excluido. El sistema no reventó antes, porque desde los primeros años, después de caído Pérez Jiménez, aplicaron brutal represión y persecución a toda forma de pensar distinto.
Los alzamientos de Carúpano y Puerto Cabello, el movimiento guerrillero, las barbaries contra la oposición como Cantaura, Yumare, allanamientos a universidades, asesinatos, tortura, desapariciones, presos políticos por toneladas y pare de contar, se dieron mientras las èlites se reemplazaban unas a otras, “sin mayores contratiempos”.
Masò quiere, como gente de los viejos partidos, grupos econòmicos y centros externos de poder, que nada hagamos por cambiar al país. Sólo les gusta que cada cinco años “te quites tú, para ponerme yo”, intercambio entre las clases dominantes. Y esto pasa porque cada quien haga lo peor posible, robando hasta reventar, para asegurar esa alternancia; que se actúe a lo Gato Pardo, para que nada cambie. Masò quiere emular a Lampedusa.
Según Masò, sería un transcurrir ideal, para “que las presiones sociales encuentren salidas”.
Uno cree, con asombro, que al “exitoso y aprovechado” columnista, se le olvidó el caracaso. Las èlites inteligentes, mediante “el mecanismo reglamentado” o Pacto de Punto Fijo, que añora, no mucho antes habían entregado el poder a CAP y, por las políticas neoliberales, antinacionales y hambreadoras de éste, el sistema les reventó en la cara.
Mientras aún las èlites en otros paìses ponderan, lo que también está establecido en la Carta Interamericana, la vía electoral para escoger gobernantes, para Masò, en sintonía con la ultraderecha nacional, perdió “valor como instrumento de solución de conflictos”; y agrega la cantinela de moda, esa misma que usan los marchistas, que aquí apareció de pronto “un enfrentamiento clasista” y en tales condiciones nadie acepta perder las elecciones. Es decir, para Masò y las èlites que defiende ya no sirve votar porque no ven la forma de ganar. Entonces, “conspiremos de frente.”
Pero como auguras Masò, no habrá una satrapìa, ni Chávez introdujo un conflicto clasista. Este forma parte de la historia nacional, sólo que ahora tiene un rasgo diferente.
Masò, como la Rice, presumiendo pintar un cuadro o componer una sinfonía novedosa y excepcionalmente original, quiere que Chávez, pese al respaldo de las mayorías, sucumba ante las èlites para que éstas se calmen.
Analista, diga usted que todo sabe, ¿quién contendría la rabia, frustración y el ansia de justicia popular? Al responderse no se salga del enfoque o mejor no le meta al guabineo.

Aporrea: 13-06-07

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