miércoles, agosto 15, 2007

EL SOCIALISMO DE ESTADO , COMO LO VISLUMBRO JOSE MARTI

JUVENTUD REBELDE
POR PEDRO CAMPOS

El socialismo de Estado, como lo vislumbró nuestro José Martí

“De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, irá ser esclavo de los funcionarios.”
José Martí.

José Julián Martí y Pérez, el apóstol de la independencia de Cuba, escribió en abril de 1884 su inmortal articulo “La futura esclavitud”, un análisis de un escrito homónimo de Herbert Spencer, en el cual nuestro héroe nacional hacía una crítica del socialismo de Estado que se defendía en la Inglaterra de esa época, pero muchas de cuyas manifestaciones hoy -123 años después- continúan observándose en nuestro país, a pesar de los fracasos de sus distintas variantes aplicadas en Europa en el Siglo XX.Esta reproducción de aquel escrito martiano, poco divulgado, puede servir para que trabajadores, ciudadanos de a pié, Doctores, Filósofos y científicos sociales y funcionarios que no lo hayan visto, aprecien como ya los problemas que afloraron en el Socialismo de Estado del Siglo XX, eran proyectados por el más universal de todos los cubanos, nada más y nada menos que desde fines del siglo XIX, un año después de la muerte del propio Carlos Marx, fundador del socialismo científico.
En estos momentos en que la sociedad cubana se ha planteado con toda claridad, en la voz del compañero Raúl Castro, la necesidad de hacer cambios estructurales, nada mejor que repasar la exposición martiana sobre el socialismo que se pretendiera hacer desde el Estado. Este artículo, juzgado en otros momentos como una critica martiana al socialismo, puede ser hoy mejor comprendido en toda la genialidad del Maestro, a la luz de los resultados del socialismo “real”. Martí no criticaba allí el socialismo, sino que lo defendía de sus desviaciones estatales y su utilización “por los buscadores de popularidad”.
Algunos de sus pasajes parecieran haber sido recogidos, por mente experta y sabia, ayer mismo en la Plaza de Cuatro Caminos en La Habana o en el popular barrio de San Pedrito en Santiago de Cuba.
Es posible que algunos de los lectores no entiendan lo que entonces escribiera Martí en el lenguaje de aquélla época y en su peculiar estilo agudo, crítico, sagaz y futurista, pero les sería de muy fácil comprensión si se llegaran a cualquier barrio, pueblo o campo de nuestra patria, convivieran con nuestros trabajadores manuales e intelectuales y conversaran con ellos. De seguro, en el lenguaje popular cubano de hoy, encontrarían muchas de las mismas reflexiones martianas

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