JÚBILO La lluvia no impidió que el pueblo cubano le diera la bienvenida
Cienfuegos recibió a Chávez con una lluvia de amor
Recorrió los poblados de Ranchuelo, Cruces y Palmira. Visitó la refinería e inspeccionó los espacios de lo que será un gran complejo petroquímico
Prensa Presidencial (14.10.07) El deseo de hacer el viaje desde Santa Clara hasta Cienfuegos por carretera fue cumplido. Un fuerte aguacero le acompañó en el camino, pero eso no evitó que hiciera varios altos en distintas comunidades para saludar al pueblo, que con paraguas o bolsas —también llamadas “jabitas” en Cuba— se guarecían del temporal para saludar al visitante.
Ranchuelo fue la primera parada. Allí abuelas y abuelos, mujeres, hombres, niñas y niños le extendían sus brazos. “Aquel alboroto de gente, desde aquí un abrazo a Ranchuelo, allá en la provincia de Villa Clara”, dijo el Comandante al recordar momentos después ese grato instante.
El tránsito siguió su marcha y llegó a Cruces, otra parada para saludar al solidario pueblo cubano, de vez en cuando en el trayecto establecía comunicación con el comandante Fidel Castro, quien alertaba para que el presidente Chávez no condujera, por lo húmedo del pavimento y lo angosto de la vía, pero el jefe del Estado venezolano se dedicó a ver el paisaje y apaciguar el hambre tomando un poco de alimento durante el viaje.
Tras pasar el puente de Palmira, el presidente Chávez aspiraba hacer otra parada, pero el agua comenzó a caer con mayor fuerza y no pudo hacerlo. “A todos y a todas ¡gracias!”, comentó después.
Al iniciar sus palabras, el jefe del Estado abrazó con un verso al pueblo cienfueguero, a ellos les dijo: “De Santa Clara a Cienfuegos, hay un huracán corriendo, es el huracán del pueblo… y de Santa Clara a Cienfuegos, ¿sabes lo que se ve? Se ve por el horizonte al comandante Che”.
Aquellos instantes compartidos con el revolucionario pueblo cubano le dejaron un buen sabor al jefe de Estado, quien recordó gratamente esos gestos de aprecio, el cariño manifiesto de la gente, el apoyo constante del pueblo que al igual que el venezolano no cesa en manifestarle su amor.
Si bien la lluvia le acompañó a su paso por estos poblados, en el contacto con el pueblo tampoco faltó el amor, por lo que el propio Chávez llegaría a catalogarlo como un “baño de amor y de alegría”.
Momentos después de haber compartido con los habitantes de Ranchuelo, Cruces y Palmira, finalmente se completó el camino: Cienfuegos abrió sus brazos para dar la bienvenida al Comandante. Los gestos de cariño no cesaron y le acompañaron hasta alcanzar las instalaciones de la refinería ubicada en esta provincia.
Allí el Presidente fue recibido por la ministra cubana de Industrias Básicas, Yadira García Vera, para iniciar un recorrido por la refinería, donde visitó distintos espacios de este proyecto que renace con el ALBA y cuya primera fase será inaugurada en diciembre próximo.
En medio de la visita habló con Raúl Castro, quien le habría manifestado la satisfacción por la transmisión del Aló Presidente y las buenas noticias que generó el espacio, así como compartió con el mandatario venezolano apreciaciones sobre lo que significaba este paso adelante con el arranque de la refinería. (FIN/M. Ladera / R. Márquez)
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