Analisis de Armando Hart sobre el debate en Cuba del discurso de Raul Castro, el pasado 26 de julio. Rojo Red [29.10.2007 15:13] - 258 lecturas - 20 comentarios
¿Por dónde empezar?
Por: Armando Hart Dávalos
Correo: digital@jrebelde.cip.cu24 de octubre de 2007 00:00:39 GMT
El proceso de análisis del discurso de Raúl Castro el pasado 26 de julio en Camagüey en el seno del Partido, la Juventud, las organizaciones de masas y las administraciones en todo el país nos ha permitido iniciar, con la participación activa del pueblo, el examen en profundidad de aspectos importantes relacionados con la situación actual de nuestro país con el objetivo de fortalecer nuestra economía, perfeccionar la capacidad defensiva de la nación y alcanzar la invulnerabilidad ideológica. Este examen y el debate necesario que lo acompaña tienen una enorme importancia.
En primer lugar, comparto enteramente lo planteado en dicho discurso por el Segundo Secretario de nuestro Partido. En sus palabras se vinculan de manera excelente los aspectos más concretos de nuestra actualidad con reflexiones de fondo acerca de la índole de los problemas que confrontamos y cómo abordar su solución.
¿Por dónde empezar? Hay una idea central por la que considero debe iniciarse todo análisis que nos conduzca hacia la acción necesaria para enfrentar estos desafíos. Dice textualmente Raúl: «La efectividad depende en gran medida de la constancia y la organización, particularmente del control y la exigencia sistemáticos, y en particular de hasta dónde se haya logrado incorporar a las masas al combate por la eficiencia».
Ahí está el reto que tenemos ante nosotros: ¿cómo incorporamos a las masas al control y exigencia sistemáticos del trabajo económico y de la promoción cultural y educacional, y en particular al empeño por fortalecer las ideas socialistas?
Es un tema sobre el que debemos meditar. Encontrar los caminos acerca de cómo aplicar esta orientación de Raúl, solo es posible con la ética, la educación y la política solidaria aplicadas desde la base hasta la cúspide. Extraigamos lecciones de nuestra historia y de la cultura de hacer política que constituye el rasgo más original de Martí y de Fidel, su mejor discípulo.
Al final de su discurso, Raúl cita lo que él califica como quintaesencia del trabajo político ideológico que es la definición de Fidel del concepto Revolución y que yo interpreto como la fundamentación más precisa de esa cultura de hacer política a la que me refiero.
Otro pensamiento de Fidel resulta clave para enfrentar los desafíos actuales en que subraya el papel de la educación y la cultura. Señala: «El gran caudal hacia el futuro de la mente humana consiste en el enorme potencial de inteligencia genéticamente recibido que no somos capaces de utilizar. Ahí está lo que disponemos, ahí está el porvenir.»
Juntos tenemos pues que tratar de estimularnos la inteligencia al máximo de las posibilidades de nuestro pueblo, que son muchas. Por eso, modestamente sugiero la investigación y el análisis en el seno del Partido, con las organizaciones e instituciones del Estado y de masas, de aspectos como los siguientes:
Cómo elaborar un programa educativo para asumir nuestros deberes políticos y éticos y alcanzar así la invulnerabilidad ideológica que nos ha planteado Fidel.
Cómo exigir y velar porque las instituciones del Estado controlen eficazmente que todos los trabajadores, sin excepción, cumplan sus obligaciones laborales y responsabilidades éticas.
Cómo deben operar y programar las organizaciones sindicales para que atiendan a los trabajadores en sus derechos y asimismo apoyen al Partido en la exigencia política y ética.
Cómo garantizar el esfuerzo de las organizaciones de masas en todas las instituciones de la Revolución para fortalecer el trabajo ideológico.
Hay cuatro esferas esenciales que debe considerar nuestro movimiento de masas y que inciden sobre el tema: La familia, la escuela, la comunidad y los medios masivos de comunicación en general.
¿Cómo coordinar a partir de estas cuatro esferas, desde la base hasta la cúspide, un esfuerzo asociado en función de los objetivos políticos y educativos de la Revolución? A partir de la experiencia adquirida, hace más de cuatro décadas, en la Campaña Nacional de Alfabetización y las responsabilidades desempeñadas en el Partido y en la esfera de la cultura considero necesario promover un trabajo integrado en el que participen, desde la base hasta la cúspide, la familia, la comunidad y la escuela. Este trabajo lo pueden realizar bajo la orientación del Partido, las organizaciones de masas en cada uno de los niveles, es decir, desde la base, el municipio, la provincia y la nación.
Las instituciones martianas están en la posibilidad de cooperar activamente en la realización de estos objetivos. Con ello podremos preservar, como reclamaba Fidel en su histórico discurso en el aniversario 50 del Moncada y 150 del natalicio del Apóstol, que Cuba, en el centenario del 26 de Julio en el 2053, nuestros nietos y descendientes en general continúen por el camino que nos conduce hacia el socialismo que necesita el siglo XXI.
lunes, octubre 29, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario