El Che y los cristianos
Lunes, 08 de octubre de 2007
Por Félix Sautié Mederos
Desde Cuba:
A 40 años de su muerte física
Cuando se cumplen 40 años de su caída en combate, no puedo dejar de pensar en aquella figura física depauperada por las penurias, las privaciones y la rudeza de la vida guerrillera, marcada finalmente con el rictus de la muerte en su cuerpo tirado sobre una camilla de un modesto hospital boliviano. Esa imagen del Che, que divulgaron entonces las agencias de prensa, me recuerda mucho a la de Jesús durante su pasión en la cruz. Lógicamente, lo rememoro salvando las distancias entre uno y otro. Jesús era hombre y Dios verdaderos, concepto que constituye lo esencial de la fe de los cristianaos. Jesús murió y resucitó definitivamente, cambiando para siempre el rumbo de la Historia Humana.
Che es un hombre mortal, como todos nosotros, con aciertos y errores, luces y sombras. Su muerte física fue, en definitiva, la última fase de su peregrinaje terrenal. Mientras que Jesús es camino, verdad y vida, Dios en sí mismo y habita en nosotros. Esto plantea una verdad de fe para los que somos cristianos y, por tanto, ningún mortal es comparable nunca con Jesús, aunque en los seres humanos debemos distinguir los rasgos que de forma consciente o inconsciente, identifican su actuación concreta con el seguimiento del ejemplo que Jesús nos dio durante su vida terrenal. Es éste, un punto básico de contacto con los cristianos que quiero significar en Che en esta conmemoración.No es mi objetivo, en estas notas que escribo a partir de mis sentimientos más íntimos y recurrentes, presentar a Che como si fuera un hombre de iglesia ni mucho menos un salvador del mundo, porque para los que somos cristianos y específicamente católicos, solo hay un único Mesías salvador del mundo, un único Maestro que es Jesús de Nazaret, Dios y Hombre verdaderos.Por otra parte, según expresa en su ensayo titulado "El Che y la Teología de la Liberación", el teólogo moralista español, padre Benjamín Forcano, quien es un estudioso de la obra guevariana: "...el Che no hace profesión de fe cristiana ni tampoco de militancia ateísta. En sus escritos no se ve que hable de Dios ni recurra a El para solucionar problema alguno. Pero tampoco lo ataca." (El Che y la Teología de la Liberación, Benjamín Forcano. Editorial Nueva Utopía, Madrid, 1998)En esta dirección de pensamiento, coincido con la tesis de Benjamín Forcano de que el punto de contacto esencial entre Che y los cristianos es la ética. Si analizamos los hechos, se hace evidente que su vida estuvo jalonada por una ética consecuente que, desde el punto de vista histórico, nadie podría negar, ni siquiera quienes no coinciden para nada con sus ideas. Es mi criterio que si se analizan los hechos de su vida, con rigor histórico, tampoco nadie podría afirmar categóricamente que Che no fue consecuente de palabra y de obra, porque vivió, luchó y murió con un compromiso ético que lo llevó a una entrega total a la causa de los humildes y de los pobres de la tierra. Se podría estar de acuerdo o no con la vía de lucha armada por la que optó, incluso en lo oportuno de las circunstancias coyunturales o del país a donde fue a combatir, pero lo que no se podría negar es que lo hizo de forma radical y que puso su vida de por medio, entregándola; en el intento, dio la vida por sus amigos al decir de Jesús. Es muy significativo que el uso de la violencia sea condenado sin ninguna justificación válida, cuando se hace como reivindicación de los intereses y los anhelos de los pueblos oprimidos; pero cuando se realiza a favor de los intereses de los poderosos del mundo, se justifica como algo imprescindible para la paz, como es el caso de muchas guerras en la historia que, incluso, se han ejecutado en nombre de Dios. Para fundamentar esta afirmación, no habría que remontarse a lo profundo del pasado donde los ejemplos pueden ser muchos, sólo nos bastaría mencionar las guerras contemporáneas en Irak, Afganistán e incluso las agresiones y matanzas que hace Israel en los territorios árabes ocupados.El planteamiento del gran teólogo alemán Hans Kung, quien expresó una frase muy importante y abarcadora, cuando dijo que: "Hombres religiosos y no religiosos pueden perfectamente coincidir en la promoción de lo humano", me da un fundamento esencial para este breve análisis que expongo al respecto de Che y de los cristianos. (20 nombres para la utopía. Centro Evangelio y Liberación. Madrid, 1993. Entrevista a Hans Kung)Sobre esa base es que escribo mis criterios y mis sentimientos sobre el Che y los cristianos, quien además según recoge el teólogo Giulio Girardi en su libro Cuba después del derrumbe, se dirigió muy directamente a nosotros cuando dijo que: "Los cristianos deben optar definitivamente por la Revolución y, muy en especial en nuestro continente, donde es tan importante la fe cristiana en las masas populares; pero los cristianos... deben venir sin la pretensión de evangelizar a los marxistas y sin la cobardía de ocultar sus ideas, Cuando los cristianos se atrevan a un testimonio revolucionario integral, la Revolución Latinoamericana será invencible." Quizás todos los cristianos de la América oprimida deberíamos pensar con mayor profundidad, sobre este llamamiento, para ponernos definitivamente del lado de los pobres y de los oprimidos con la misma radicalidad que nos pidió Jesús, cuando le dijo al joven rico que cumplía todos los preceptos y que le preguntó ¿Qué más me falta? : "Si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos, luego sígueme." (Mateo 19,21. Biblia de Jerusalén). Che no tuvo nada material para si y todo lo entregó, incluyendo su vida, por la causa de los humildes y repito con Don Pedro Casaldáliga, Obispo Emérito de Sao Félix do Araguaia, MT- Brasil:"....Descansa en paz. Y, aguarda, ya seguro,con el pecho curadodel asma del cansancio;limpio de odio el mirar agonizante;sin más armas, amigo,que la espada desnuda de tu muerte".
E-Mail: fsautie@yahoo.com
lunes, octubre 08, 2007
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