martes, diciembre 25, 2007

HUBO QUE ESPERAR MAS DE MEDIO SIGLO PARA QUE JOSE MARTI TUVIESE UNA TUMBA DIGNA

Hubo que esperar más de medio siglo para que José Martí tuviese una tumba digna

Por: Agencia Bolivariana de Noticias (ABN) Fecha de publicación: 22/12/07 imprímelo mándaselo a tus panas.

Santiago de Cuba, 21 Dic. ABN (Igor Torrico-enviado especial).- Cuba como república no rindió homenaje con un monumento a su indiscutido líder independentista, José Martí, hasta el año 1951, a pesar de haberse liberado del yugo español en 1898, es decir, después de transcurridos 52 años.

Hoy el héroe cubano reposa en un mausoleo lleno de mucho simbolismo y que inspira profundo respeto a quienes lo observan, antecedido por una antorcha que nunca se apaga y vigilado por una guardia de honor de tres soldados que cada media hora durante el día se turna en la custodia del lugar. Pero el logro de este monumento no estuvo exento de esfuerzo.

El monumento forma una especie de torre truncada de entre 7 y 8 pisos. La parte superior del mausoleo tiene forma hexagonal y en cada una de las aristas que conforman la figura, una cariátide o estatua representa a cada uno de los seis departamentos de Cuba que conformaban el archipiélago en el siglo XVIII.

Cada cariátide expresa lo más trascendente de ese territorio en cuanto a lo político, económico y social del siglo XVIII. En el interior, en la misma posición que las cariátides, están los escudos de estos antiguas localidades de la isla. Ellas son Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Las Villas, Camagüey y Oriente.

Los Primeros Honores

El intelectual y luchador por la independencia cubana José Martí muere en mayo de 1895 en la localidad de dos ríos en un enfrentamiento con tropas españolas, mientras la mayor de las antillas aún está bajo el yugo hispano.

Las tropas realistas rápidamente identifican al fallecido y hacen todos los esfuerzos por evitar que sea recuperado por los patriotas. Sin embargo, al poco tiempo se permite que Martí sea enterrado en una sencilla tumba, y luego pasa a un nicho en el cementerio de Santiago de Cuba.

Ya para 1898 distintas personalidades hacen esfuerzos por enterrarlo en un lugar digno de su importancia. Durante ese año el patriota antillano Emilio Bacardí trajo y colocó una lapida de mármol donada por los emigrantes radicados en Jamaica que consignaba "Martí los cubanos te bendicen" frente al nicho donde estaban los restos del héroe, pasando a la historia como el primer detalle genuinamente popular para su veneración.

Tiempo después por condiciones sanitarias se demolieron las tres galerías de nichos adyacentes a la tumba de Martí. Sólo se dejaron las del prócer y la de Federico Capdevila, oficial español respetado en la historia cubana.

Los restos fueron exhumados e inhumados por tercera ocasión el 24 de febrero de 1907 y donde estaba el nicho se levantó un monumento que aunque modesto era más digno que la simple tumba, el llamado templete fue inaugurado el siete de diciembre de ese año y paso a la historia como el primer sitio que el pueblo cubano edificaba para venerar al héroe.

Ese día ante los despojos mortales del Héroe Nacional de Cuba se dieron cita su hijo José Francisco Martí, personalidades y veteranos de las guerras de independencia.

El Monumento Definitivo

Los materiales utilizados en la construcción del mausoleo actual están de alguna forma vinculados a la vida de José Martí. El mármol gris empleado en el majestuoso escenario procede de la finca El Abra, en la Isla de la Juventud, donde el prócer se recuperó después de guardar prisión.

Las piedras extraídas de las Canteras de Jaimanita simbolizan la provincia de La Habana, donde nació Martí.

Catorce monolitos al frente e igual cantidad al fondo están representando los 28 campamentos donde estuvo Martí cuando participó en la guerra desde su desembarco por Playitas hasta su caída en Dos Ríos.

Cada monolito tiene en su interior el nombre del campamento y un pensamiento martiano.

En el interior del mausoleo, justo en el centro se encuentra la cripta funeraria de bronce y dentro guarda un cofre del mismo metal donde reposan los restos del Maestro, que descansan sobre un puñado de tierra traído desde todos los países de América.

En este recinto están presentes los escudos de América colocados en orden alfabético, excluidos los de Puerto Rico por ser colonia de los Estados Unidos, así como Jamaica y Canadá por estar enton ces bajo la dominación inglesa.

Durante los primeros 40 años de la República se apreció una marcada intención de las personalidades de Santiago por darle un sitio mas digno de reposo al héroe y así en 1943 los integrantes del Club Rotario crearon el comité "Una tumba digna para Martí".

Los focos de este club diseminados por el país, la voz del escritor García Inclán en la revista Bohemia, la propuesta y defensa del senador antillano Elio García de Cárdenas y el reclamo de los veteranos de la guerra independentista concluyeron con la aprobación de una ley que concedía 100 mil pesos para la construcción de un mausoleo.

Para llevarlo a efecto en 1946 se convocó a un concurso nacional donde se presentaron 18 proyectos y resulto electo el del escultor Mario Santí y el arquitecto Jaime Benavent.

Finalmente el 29 de junio de 1951 fueron llevados los restos de Martí a la sede del gobierno de la antigua provincia de oriente para iniciar los honores del quinto entierro.

El 30 de junio de ese año el cortejo fúnebre partió en un armón de artillería y recorrió céntricas calles de la ciudad de Santiago de Cuba. A su paso el pueblo dejo caer rosas blancas, y fue esperado en el monumento por los veteranos de la guerra de 1895, quienes entregaron al presidente una urna para colocarlo en la cripta donde hasta hoy reposan.

Acompañado de Héroes

La urna es de bronce de 51½ cm de largo, 27.5 cm de ancho y 31.5 cm de alto, con una camiseta de metal amarillo de la forma interior de la urna, de forma pentagonal, para lograr que Martí descanse sobre la estrella solitaria.

Está cubierta con la Bandera cubana y un ramo de flores, cumpliendo uno de los deseos de Martí, contenido en una de sus obras: Los versos sencillos.

La escultura situada frente al este, por donde sale el Sol, para que los rayos la iluminen, está hecha de mármol de carrara, procedente de Italia, representando la pureza de los ideales martianos.

Resulta de mucho interés la forma en la cual fue construido el mausoleo, de manera que en los días de lluvia el agua penetra por la escalinata del fondo y del frente, y al chocar estas dos corrientes la imagen resultante remite a Dos Ríos, lugar donde cayera en combate el luchador cubano.

En los jardines del espacio que ocupa el mausoleo se cultivan rosas blancas para cumplir con otro de sus anhelos. El lucernario y los arcos de medio punto permiten concentrar los rayos del Sol sobre la tumba, de manera que la ilumine a cualquier hora del día.

El cementerio de Santiago de Cuba, donde está el mausoleo, fue declarado monumento nacional en el año 1937 por la gran cantidad de héroes y mártires que reposan acá, además por su valor artístico, arquitectónico y cultural.

Es el único cementerio de la ciudad y fue fundado el 22 de abril de 1868 con alrededor de 8 mil tumbas en un área de 9,4 hectáreas.

A Martí lo acompaña el panteón donde reposan los mártires de la revolución cubana que triunfa en enero de 1959, otro donde reposan más de 36 patriotas de la guerra de independencia, así como la tumba del llamado Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes.

Se encuentran también los hermanos País García, otros de los mártires de la revolución, así como la de Emilio Bacardí, aquella importante figura de la vida santiaguera que se ocupó de una tumba digna para Martí.

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