viernes, septiembre 21, 2007

HERMAN ESCARRÀ, “DESGARRA A LA OPOSICIÒN”

Eligio Damas

A Herman Escarrà, se le podría aplicar aquella expresión de la canción “La Oración del Tabaco”, de la cumanesa Maria Rodríguez, “¡que hombre tan terco compai! Y él es así; nada ni nadie lo saca de la idea que hay que insurreccionarse, no sólo porque, a su parecer, es la única salida que les queda, sino por la interpretación que le da al 350 constitucional.
Como otras veces hemos comentado, jura y perjura que siendo Chávez un dictador, que pisotea todos los derechos de los venezolanos y está en Miraflores como un usurpador y agotadas todas las instancias legales, no queda otro camino que alzarse contra ese caótico estado de cosas. Y es curioso, el tirano le permite que vaya de aquí a allá, con toda libertad, diga cuanta necedad se le antoje y repetidamente llame a la insurrección.
Por supuesto, ese cuadro esquizofrénico, lo pinta Escarrà para justificar su aventurera proposición política, con la cual procura ensartar a cuanto desesperado se le atraviese en el camino. Si el lector revisa la documentación que dejaron los acontecimientos relacionados con el paro petrolero y el intento de tumbar al gobierno, encontrará al voluminoso constitucionalista, recorriendo las calles y los medios de comunicación, ofreciendo aquella norma constitucional como parapeto. A quienes se declararon en huelga en PDVSA, abandonaron sus responsabilidades, secuestraron los buques de la flota petrolera y, al final terminaron perdiendo sus puestos de trabajo, les ofreció el cielo tras el aludido precepto.
Como ya escribimos en entrega anterior, el TSJ sentenció acerca de la interpretación del mismo, sacándole a Escarrà las patas de la silla y, no obstante, sigue como Juancito el caminador, campante. Continúa en lo mismo; y lo que es peor, al parecer encuentra todavía, aunque pocos, quienes le crean.
En efecto, tiene una patota, aunque chiquita, esmirriada, doblemente escuálida, que le hace coro y le sigue mientas rueda. Tiene pues su círculo.
Pero es también verdad, que en la oposición, no solamente de él y sus tozudeces, comienzan a deslindarse, sino hasta enfrentarlos. Y no podía ser de otra manera, pues sus fundamentos justificaron la aventura de la huelga patronal indefinida y el paro petrolero, sino también la abstención para las elecciones del Poder Legislativo. Es decir, su responsabilidad es enorme en las derrotas de la oposición. Y pese a todo, sigue con el mismo cachimbo o terquedad.
Estuvo recientemente en Cantaura, localidad del Estado Anzoátegui, cuya alcaldesa es de AD y allí, en reunión con ocho de los 21 Alcaldes de la citada entidad federal, llamó a la “insurrección municipal” (1). Y no se quedó allí, dijo con vehemencia “que les apoyará hasta las últimas consecuencias” (2), porque lo propuesto por Chávez, “es una canallada y un zarpazo contra la Constitución” (3). Si se analiza sus palabras, se concluye que son más de lo mismo; en su mente está troquelada la absurda idea sobre el comentado precepto constitucional. Pero cabe preguntarse ¿con qué se sienta la cucaracha? ¿De dónde, como la chica del diecisiete, “saca para tanto que se destaca”? ¿Qué fuerzas tiene para ese respaldo “hasta las últimas consecuencias”? ¿Y cuáles son éstas? ¿Le va a echar a los Alcaldes, a quienes ofreció su respaldo y que puedan acompañarle más allá de acciones legales, la misma vaina que a los ex empleados de PDVSA?
Pero los ultrosos no parecen tenerlas todas consigo en la oposición, como creen o predican.
Por estos llamados y ofrecimientos de Herman Escarrà, el Alcalde de Lecherías, a su vez dirigente de Primero Justicia, quien al parecer no acudió a la comentada reunión, declaró con firmeza, “No estamos en una insurrección municipal. Estamos trabajando para que la propuesta de reforma se vote punto por punto” (4).
Al parecer, los tremendismos de quienes no ven otra manera de hacer política opositora en Venezuela que no sea intentar tumbar al gobierno, comienzan a perder audiencia y, es más, estàn siendo enfrentados por importantes e influyentes sectores adversarios de éste.
(1.2-3 “El Tiempo”. Puerto La Cruz, 20-09-07. Pág. 3.
(4) Ídem. 21-09-07. Pág. 3.

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