-->La Odisea cubana: tiempo de encrucijadas y protagonismo de trabajadores La revolución cubana ha podido sobrevivir en el tiempo por el heroísmo de todo el pueblo, su singular historia, por creativa, antidogmática, por destrozar paradigmas, combinar firmeza y flexibilidad, y por mantenerse sus dirigentes lucidos y éticos. Debemos mantener esas tradiciones. Leonel Gonzáles Díaz (Para Kaos en la Red) [11.09.2007 14:37] - 171 lecturas - 6 comentarios
“No nos encontramos entre los comunistas que aspiran a destruir la libertad personal, que desean convertir el Mundo en una enorme cárcel o en un gigantesco asilo… No tenemos ninguna intención de cambiar la libertad por la igualdad, estamos convencidos que ningún orden social podrá asegurar la libertad personal tanto, como una sociedad basada en la propiedad comunal.” Carlos Marx 1847.
“Revolución es Sentido del momento histórico, es cambiar todo lo que debe ser cambiado…es igualdad y libertad plena…es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio…es no mentir jamás ni violar principios éticos…es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo.¨ Fidel Castro 2000
Después de casi medio siglo de Revolución, Cuba se enfrenta a desafíos derivados tanto de sus propios éxitos y carencias, como resultantes del cambio de épocas en que nos encontramos. Desafíos y dilemas decisivos para el futuro de la nación y el socialismo.
Los lideres fundadores y las generaciones que los acompañaron, han realizado una proeza homérica, no solo derrotaron la dictadura, enfrentaron victoriosamente la reacción, contribuyeron decisivamente a la revolución en otras tierras, sino que, casi solos y sin apoyo, resistieron y enfrentaron, con inteligencia y valor, un mundo y una potencia unipolar. Más aun, a inicios del nuevo siglo, contraatacaron y hoy marchan de nuevo hacia el futuro.
El heroísmo de todos, en primer lugar el sacrificio del pueblo, logro preservar nuestras conquistas sociales.
No siempre hemos acertado, más las generaciones revolucionaria nos sentimos orgullosas y agradecidas de todo lo que se ha hecho, en especial, mantener la Revolución en Cuba y que en lugares, donde dimos la sangre sin pedir nada, hoy la revolución reverdece: Bolivia, Nicaragua y Venezuela son ejemplos inocultables.
La lucha contra el racismo y el colonialismo en África, contra la ignorancia, contra la muerte y por la visión del arco iris en América y otras tierras, fue y es muestra cimera del humanismo y solidaridad de los revolucionarios cubanos, que la historia no olvidara.
Pero los desafíos no cesan para una revolución verdadera, y ahora enfrentamos dilemas, contradicciones y coyunturas que vuelven a poner a la revolución en la disyuntiva de Victoria o Muerte.
Comenzando el segundo quinquenio del siglo XXI la realidad cubana se presenta ambivalente. Avances y planes progresistas y revolucionarios, coinciden con crecientes amenazas de la corrupción y la burocracia, fuertes desequilibrios y desviaciones, crisis de valores, y lentitudes inaceptables.
Lo que se está dirimiendo, ahora mismo, es si El Socialismo triunfa ó es usurpado. Si nuestra nación permanecerá libre y soberana o es anexada.
Nos lo advirtió Fidel en Noviembre del 2005.
La complejidad y la incertidumbre se intensifican, pues coexisten y se entrelazan muchos problemas, en un mismo tiempo y espacio. Contradicciones, que al demorarse su solución, se convierten en mas letales. Entre ellas están:
Imperialismo- nación
Capitalismo- socialismo;
Subdesarrollo-desarrollo;
lo viejo y lo nuevo en el modelo de socialismo;
la generacional;
la generadapor el cese biológico de la participación de los lideres históricos;
las resultantes de la crisis de valores que generó el periodo especial;
las derivadas del impactante cambio de época en que estamos y otras de menor importancia.
La forma de reaccionar ante tantas complejidades es distinta según sean diferentes las condiciones de existencia, la cultura, la información, la experiencia política y personalidad de cada uno, pero una cosa es segura: todo ha cambiado y cambiará más y los métodos que nos han traído, victoriosamente, hasta acá, podrían no ser los que necesitamos para el futuro.
Nadie tiene respuestas listas para llevar, nada es simple, quien así lo presente es un ingenuo o un irresponsable. La sociedad cubana se complejiza cada día más, los cambios en el mundo son muy rápidos, el enemigo acecha, es por ello que las respuesta debemos buscarlas, entre todos, con cuidado, pero, rápidamente y sin excusas.
Sin dudas, nos toca a los revolucionarios cubanos encontrar la difícil forma de construir el socialismo “en una trinchera”, reto al que debemos dedicarle más esfuerzos teóricos y prácticos del que le hemos dedicado, no hay dudas que discutir y experimentar es una necesidad insoslayable e impostergable.
Por orden de incidencia, una reciente encuesta realizada por la Revista Bohemia* a todo lo largo del país en una muestra de 219 personas, en 11 provincias,-no concluyente, ni total, pero indicativa al menos- reveló que son acuciantes, para los cubanos, los siguientes problemas:
Dificultades en el transporte, altos precios productos y servicios, problema vivienda, afectaciones en servicio salud, limitaciones oferta de alimentos, insuficiencia salarios y pensiones, inestabilidad abasto de agua, insuficiencias del sistema educacional, poca calidad de la gastronomía y comercio, poca oferta de recreación, problemas con tarifas eléctricas, corrupción e ilegalidades.
Otros estudios señalan que se dedica hasta el 75% del salario a alimentos
¿Cómo se hace para resolver lo demás?
Presentamos problemas de fondo en diferentes esferas. En el orden económico los trabajadores no se sienten dueños de los medios de producción, la ley socialista de distribución se aplica muy imperfectamente, los serios desniveles entre salarios y precios son inquietantes: En lo jurídico necesitamos perfeccionar nuestra legislación y acabar con reglamentaciones innecesaria a estos tiempos nuevos. En lo político debemos acabar con el insuficiente protagonismo del pueblo en la esfera de las decisiones, el exceso de formalismo, la extrema politización de toda la vida social. En lo moral debemos acabar de llegar al siglo XXI y respetar más la individualidad.
Son frecuentes las muestras de idealismo en la economía, casos demasiado frecuentes de ocultamiento, inexactitudes o distorsión de la información, demasiada reglamentación y coacción en esferas donde el sentido común y la tolerancia ofrecen mejores opciones, medios de difusión demasiados apologistas y otros.
Esclarecernos ¿Qué es socialismo? es premisa básica. Mientras cada uno tenga una concepción del socialismo diferente, corremos el riesgo de estar luchando por algo que no estamos construyendo, o construyendo algo que no deseamos.
El socialismo que se reduce a quitarles a los ricos para darles a los pobres, darles salud, educación y deportes, no es socialismo, aunque esas políticas sean progresistas y las apoyemos con pasión, mientras permanezcan intocables las relaciones de explotación, opresión o enajenación.
La igualdad que propugnamos no es una igualdad frente a los bienes materiales únicamente, la igualdad que propugnamos, alcanza la esfera del poder. .Tiene que ver con la justicia en esa esfera y no solo con la justicia distributiva.
¿Como ser libre si otros deciden sobre lo que me afecta, sin poder yo tomar parte en esa decisión? ¿Cómo permitir mecanismos de distribuciónen los que no estoy incluido, por principio?
También luchamos por acabar con el fetichismo, con las idolatrías, no solo del mercado, sino del poder y las influencias, de las imágenes encargadas de alienarnos y enajenarnos a cualquier cosa. Deseamos una sociedad de mentes libres, críticas y creativas, no de creyentes, aduladores y mediocres.
El Socialismo, antes que un proyecto de desarrollo económico y una política tipo Robin Hood, debe ser un proyecto de civilización. No es en la economía adonde se aclara todo, sino en la filosofía. Qué sociedad deseamos y necesitamos es la primera pregunta, la otra es sobre qué bases económicas la erigimos. ”El socialismo no aparecerá en la perspectiva histórica por una modernización de la sociedad actual, sino por una revolución de sus estructuras dominantes”.
Se trata de crear una nueva civilización, que emancipe al hombre de la prehistoria depredadora, se trata de comprender que libertad, equidad y solidaridad tienen que ir juntas o no serán, que estatización no es igual a socialización y que el desarrollismo es necesario, pero absolutamente insuficiente, para el socialismo, que el trabajo asalariado debe cesar, y que sin una fuerte cultura, democracia y libertad ciudadana y obrera, -decisorias y participativas- no podrá avanzar a la real emancipación humana.
Aunque algunos lo creen, el socialismo no es solo un problema distributivo o educativo, sino esencialmente, un problema de quien es realmente dueño de los medios de producción, en ese sentido la base económica tiene que ser, esencialmente socializada, colectiva, los trabajadores, sin intermediarios, deben ser dueños de los medios de producción
Debemos reconocer que toda la experiencia del siglo XX ha confirmado, irrefutablemente, que existe un conflicto entre Estatización absoluta y Socialismo, que debe ser cuidadosamente observado y que los trabajadores deben mantener bajo vigilancia y control a su mismo estado obrero,” hasta el cese de la necesidad de toda forma estatal de dominación”.
Los fundadores lucharon por la emancipación real del hombre, por una sociedad sin explotación sí, pero también sin opresión ni enajenación, una sociedad donde “el libre desarrollo de cada uno sea la garantía del libre desarrollo de todos”, “la sociedad compuesta por productores libres que trabajan conscientemente en base a un plan común y racional”
“Sociedades cooperativas unidas han de regular la producción nacional con arreglo a un plan común, tomándola bajo su control y poniendo fin a la constante anarquía y a las convulsiones periódicas, consecuencia inevitable de la producción capitalista” nos explicó Marx, en La guerra civil en Francia.
“Siendo la clase obrera dueña del poder estatal y perteneciendo a este poder estatal todos los medios de producción, en realidad, solo nos queda la tarea de organizar a la población en cooperativas… Consiguiendo la máxima organización de los trabajadores en cooperativas, llega por si mismo a su objetivo aquel socialismo que antes despertaba burlas”... Fueron casi las últimas palabras de Lenin en Sobre las cooperativas.
Como le escribió Rosa Luxemburgo a Frank Mehring en carta de febrero de 1916: ”El socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del Mundo”.
Gramsci en su articulo Sindicatos y Consejos, reflexionaba así en 1919, “El Consejo de fábrica es el modelo de estado proletario…que trabajando con fines útiles, produciendo desinteresadamente la riqueza social, afirma su soberanía, su poder y su libertad creadora de historia”
Che nos dijo “luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo contra la alienación”, anotando en otra ocasión, “las masas deben tener la posibilidad de dirigir sus destinos, resolver cuanto va para la acumulación y cuanto al consumo, la técnica económica debe operar con estas cifras y la conciencia de las masas asegurar su cumplimiento “
Y a todos, hay que tomarlos como verdaderamente lo que han sido, revolucionarios profundos, consecuentes, experimentados, pero no dioses, categoría que ellos mismos jamás aceptarían.
Después de redefinir el socialismo, entre otras cosas, necesitamos reflexionar sobre el Periodo de tránsito, y profundizar en sus características para el caso cubano a casi 50 años de iniciado. Ello es vital, el Socialismo desde el subdesarrollo, pero después de casi 50 años de lucha y con la experiencia del socialismo que no fue.
¿Cuál es el centro de gravedad entonces, cuál el nudo gordiano, que, una vez resuelto, puede influir favorablemente en el feliz desenlace de todas estas contradicciones?
Es una respuesta que solo puede venir desde la complejidad, y que solo puede encontrarse con la discusión más abierta y honrada entre todos los que deseamos una Cuba socialista mejor.
Debemos oponernos radicalmente a cualquier privatización y la explotación del hombre por el hombre y medir con cuidado todo lo referido a inversiones extranjeras, en lo demás, debemos ser capaces de introducir en nuestras concepciones económicas todo lo que ayude a nuestro pueblo y a los trabajadores.
Nuestra posición es que debemos desarrollar un nuevo Socialismo -el nombre no importa, aunque no tenemos problema con el del Siglo XXI- Un modelo caracterizado por una mayor participación de los trabajadores en las decisiones de todo tipo, por mas socialización, democracia económica y popular y libertad ciudadana.
Nuestro pueblo paga el precio de hacer la revolución, por tanto tenemos el derecho de exigir el mejor socialismo, no el posible que algunos deciden.
El Partido y el Estado tienen que readecuase a los nuevos tiempos y desafíos que enfrentamos, y la primera readecuación es no sustituir uno al otro. El poder popular debe reorientarse en dirección a dar más poder a la base y elegir representantes que aporten, no que se limiten aprobar y a responder a las instancias superiores.
Un modelo en que predominen formas socializadas de economía en sus diferentes variantes, con un Estado que se ocupe de lo principal y la coordinación-planificación democrática, mientras utilizamos otras formas de propiedad que correspondan a nuestro estado de desarrollo. Formas todas que incentiven a trabajar más y más productivamente.
Es necesaria e impostergable una política económica que acabe con la economía del déficit, y sea fiel a los trabajadores. Esa política solo será posible en una economía con predominio de la propiedad socializada y la planificación democrática.
Un modelo que pase de los hombres a las instituciones y de estas, al derecho.
Quizás acá este-junto con la socialización- la nueva espada de Alejandro para cortar el nudo gordiano, como acertadamente sugirió un amigo. Y este modelo debe incluir, sin titubeos, la limitación en el tiempo y en la duplicación de cargos y poderes.
Un modelo que luche por crear, entre todos, una sociedad mucho más libre, justa y solidaria, no que persiga la quimera de crear una sociedad perfecta. Un sistema en que todas las preguntas puedan ser planteadas.
Un sistema capaz de crear hombres justos, libres, autónomos, responsables, críticos creativos, combativos y solidarios.
Un modelo que jerarquice el trabajo político- ideológico-sin el cual no habrá socialismo, y menos en las condiciones cubanas-, pero sin vulgarizarlo, sin “religiosidad”, con franqueza y seriedad ante el pueblo, que de paso sea dicho, hace rato pasó el 6to grado.
Solo un modelo así, garantizará la invulnerabilidad ideológica, que fue la que faltó a compañeros que tenían muchas armas y cohetes, pero que los trabajadores no dispararon, pues no creían defender un régimen verdaderamente de ellos.
En resumen; Un Socialismo más participativo, democrático, autogestionario, inclusivo, integracionista, ecológico, solidario, de ciudadanos cultos, que evite repetir los errores ya cometidos por otros o por nosotros, en especial la ausencia de real socialización en la económica, amplia democracia y libertad en el partido y la sociedad, respeto a la individualidad, a la diversidad, a la naturaleza y que siempre este en perfeccionamiento, sin necesidad de etapas o eventos especiales, de ningún tipo.
Ese modelo, seguro, mejorará nuestra conciencia y nuestra ética, limitará severamente la corrupción, nos hará más internacionalistas y debe dar “más frijoles” y fortalecer la seguridad nacional que incluye todo eso, no solo lomilitar, pero únicamente lo lograremos si lo enfrentamos desde lo decisivo: la filosofía y la economía revolucionaria, que es decir marxista y martiana.
No hay curita de mercuro cromo que resuelva los problemas, debemos repensar integralmente el modelo si queremos preservar la Nación y la Revolución Socialista. Hay que hacer que el proyecto socialista sea lo que desean los trabajadores y facilite los proyectos personales de la nueva generación, en vez de obstaculizarlo. Hay que preparar el camino para cambios hacia más socialismo. Ahora, ya.
Y debemos ser claros para que no se engañen amigos ni enemigos. Cualquier modelo tendrá como premisa que el Socialismo en Cuba siempre requerirá del sacrificio de los revolucionarios y de la indoblegable voluntad de no ceder ante un enemigo que confía en confundirnos, cansarnos o corrompernos.
Hay que socializar más el socialismo, hay que hacer más plena la dignidad del hombre. Los trabajadores -que somos todos los que aportamos manual e intelectualmente- debemos crear polos que nos permitan paulatinamente administrar más democráticamente la gestión productiva, controlar y distribuir el excedente de acuerdos a nuestros intereses.
Deberíaya por lo menos empezar a crearse una agrupación económica de experimentación autogestionaria o cogestionaria con pleno respaldo estatal crediticio y para la realización de su producción, que funcione sobre los principios del cooperativismo y no del trabajo asalariado, la propiedad usufructuaria, la gestión democrática, la elección del aparato de dirección y la repartición del excedente en forma democrática entre los trabajadores una vez descontados los impuestos, gastos de reproducción, etc.
Luchar por dar más bienestar, más derechos, más libertad personal, más democracia para el pueblo; respetar más las diferencias, las críticas constructivas, por un sistema social, legal y penal, que incremente mas aun su humanismo-característica esencial del nuestro, no importa que digan los enemigos o los fallos que aun tenga-no es ceder ante el capitalismo. Es implementar los valores más caros de toda la civilización humana, por lo que tanto hemos combatido los comunistas y revolucionarios en cualquier parte del mundo y en toda época.
Es la manera de dar cauce al enorme potencial humano, revolucionario y científico creado.
Creemos que de resolver esto, el resto de las contradicciones serán más manejables, el enemigo capitalista puede ser neutralizado, cuando no, mejor derrotado. No viviremos en el mejor mundo de todos, pero viviremos en el mejor mundo que los revolucionarios Cubanos podemos darnos compartidamente.
En todo caso, y cualquiera que sea la respuesta, no puede obviarse algo, dicho por una de las mentes mas ilustres de la humanidad.
La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles. ¿Como es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante?
Albert Einstein.
Monttly Review N. York Mayo 1949 Articulo Por qué Socialismo.
Los comunistas no tenemos ningún proyecto aparte del que representa la emancipación total del ser humano, la felicidad de todos, el cese de toda explotación, toda opresión y toda enajenación.
Ese proyecto es el único que impedirá la anexión de la nación o la usurpación de la Revolución y el Socialismo en las condiciones actuales.
Debemos dejar el exceso de liturgia y repetición y acabar de hacer realidad lo que definió Fidel hace ya mas de cinco años, valido para ahora y para siempre. “Revolución es…”
Es nuestro camino. Discutámoslo. Y no hay mejor foro de discusión que el Congreso del Partido, ya aplazado por demasiado tiempo.
Estamos ante temas complejos y llenos de pasiones, que superan nuestra capacidad intelectual, pero que no debemos ignorar. Cualquiera que hayan sido nuestros desaciertos, deben servir para alentarnos a profundizar nuestro compromiso con los valores e ideales por los que hemos luchado y no para desanimarnos o negarlos.
Los que hemos sido coparticipes de esta epopeya, somos responsables también de sus insuficiencias. Tenemos el sagrado deber, ante nuestro pueblo y nuestros mártires, de resolverlas.
Sabemos lo difícil que es cualquier confrontación de ideas, especialmente manteniendo el espíritu revolucionario, pues debemos renovarnos constantemente; cada época exige revolucionarios diferentes, que sepan dudar de todo, menos de los valores esenciales. Ante tanta complejidad, el tacto, el respeto y la comprensión deben definir el conflicto entre posiciones revolucionarias.
La dirección del Partido nos ha llamado a aportar. Reflexionemos, todos podemos contribuir. Debemos multiplicar los medios que nos permitan acceder a la realidad, a la verdad y después, los espacios para intercambiar, discutir e intervenir en las decisiones.
La revolución cubana ha podido sobrevivir en el tiempo por el heroísmo de todo el pueblo, su singular historia, por creativa, antidogmática, por destrozar paradigmas, combinar firmeza y flexibilidad, y por mantenerse sus dirigentes lucidos y éticos. Debemos mantener esas tradiciones.
El tiempo apremia y la coyuntura es óptima.
11 de Septiembre del 2007.
martes, septiembre 11, 2007
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