miércoles, septiembre 05, 2007

El marxismo liberador

Muy interesante y muy constructivo este artículo. Quien crea que el ser humano no posee individualidad siendo al mismo tiempo un ser social no sabe lo que es el hombre ni lo que es el socialismo. El hombre es quien construye el socialismo de manera heroica. Marx nunca se le ocurrió un socialismo sin derechos individuales. Marx es un filósofo posterior a la Revolución Francesa. El marxismo revolucionario lo que plantea es que con la lógica unilateral de los liberales no se puede alcanzar una auténtica libertad si no se alcanza un orden económico justo. Rosa Luxemburgo esclarece muy bien esta calidad libertadora del marxismo. Además con la apertura a la inteligencia que se está produciendo en Cuba; la contrarevolución ha quedado excluida porque la restauración capitalista en nuestra patria pierde sentido frente a un socialismo humano. Mucho más cuando nuestro entorno natural latinoamericano marcha hacía la izquierda. Aquí en Miami lo comprobamos día a día. La contrarevolución juega al incidente, a buscar el chisme, la intriga, pero no tiene una sola idea. Si estas medidas que Lamela y otros compañeros sugieren fueran tomadas poco a poco sin apresuramientos, por supuesto; la contrarevolución quedaría en evidencia como grupo prostituido y ambicioso. Muy atinado el artículo de Lamela. Yndamiro Restano

La Revolución y el Derecho de los Cubanos El disfrute del derecho subjetivo de poder hacer o no hacer constituye una conquista espiritual del ser humano. Restringir un derecho, genera frustración e inconformidad, aunque la persona esté conciente de que nunca llegaría a disfrutarlo debido a su posibilidad económica, de salud u otra circunstancia. Guillermo Lamela Elías (Para Kaos en la Red) [05.09.2007 18:50] - 5 lecturas - 0 comentarios

Existe un amplio debate sobre el socialismo del siglo XXI, con múltiples criterios, valoraciones y nuevos conceptos sobre la teoría y la práctica del tránsito hacia el socialismo. Las iniciativas y proposiciones son numerosas. Múltiples consejos, observaciones y definiciones teóricas se realizan a diario. Muchas por amigos y otras por posibles enemigos o enemigos ya descubiertos. Unas bien intencionadas, otras con algo de ingenuidad y otras con el objetivo solapado de retrotraernos al capitalismo.

La realidad es que la Revolución Socialista de Cuba es la única superviviente de los estados socialistas del pasado siglo. Cuba logró superar la debacle del campo socialista, y avanza en su desarrollo económico y social, consolidando la revolución, en condiciones muy difíciles, con grandes retos, pero sin hacer concesiones.

Ha creado expectativas la reflexión de nuestro Comandante titulada “Los superrevolucionarios”, pues con ella ha enviado un mensaje, a los de afuera y a los de adentro, sobre como son interpretadas por él y de hecho por la dirección de la revolución, las valoraciones y proposiciones que se están realizando.

Creo que hay que diferenciar las proposiciones que van dirigidas a instaurar relaciones capitalistas en nuestro país, a fomentar la propiedad privada, a traer desde otros países mano de obra barata para nuestra agricultura, a diseñar modelos idílicos de propiedad social, de las proposiciones que abordan aspectos objetivos que pueden producir un cambio positivo en el país.

En ese sentido, quiero reiterar sobre algunas limitaciones de derechos en la esfera civil que aun se manifiestan en Cuba.

Los cubanos disfrutamos de derechos que ningún otro pueblo del mundo puede exhibir y que se lograron con la Revolución. No por gusto hemos podido librar con éxito numerosas batallas en las naciones Unidas y en la antigua Comisión de Derechos Humanos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su esencia, ha sido cumplida y superada con creces por nuestra revolución. Sobre todo aquellas referidas al desarrollo de la vida material y espiritual de todo nuestro pueblo. Pero aun más, hemos ejercitado otros derechos, que debían recogerse en esa declaración, me refiero a:

El derecho a ejercer la solidaridad internacional y a prestar ayuda humanitaria, desinteresada y libre de condicionamientos a otros pueblos del mundo, para contribuir a su desarrollo y bienestar, para enfrentar desastres naturales, epidemias y otras calamidades.

El derecho de todos los ciudadanos a acceder a los medios, conocimientos y preparación necesaria para defender su patria de la agresión extranjera.

El 4 de diciembre del 2005, envié una carta al Comandante en Jefe, la cual tiene carácter público, aunque no esta difundida por la red, donde exponía la necesidad de modificar algunas medidas prohibitivas que se han aplicado y con ello garantizar el pleno disfrute de todos sus derechos a los cubanos.

En esa carta le expresaba. “Comandante, los cubanos disfrutamos de derechos que ningún otro pueblo puede exhibir y que los concedió la Revolución, completemos estos derechos con otros, de menor significado, que no son vitales, pero que nos pondrían a la cabeza del mundo en el goce de todas las libertades”.

Cuba es el único país del mundo donde un extranjero tiene, en algunas esferas, más prerrogativas que un nacional. En ocasiones los cubanos tenemos que valernos de extranjeros para obtener determinados servicios. Incluso, cubanos que están radicados en el exterior, al visitar nuestro país, disfrutan también de esos derechos, que están limitados al pueblo que construye a diario la obra revolucionaria.

Un argumento para no cambiar esas regulaciones esta relacionado con el concepto de igualdad que aplicamos y de las desigualdades que se producirían, pues algunos de los "nuevos ricos" pudiera disfrutar de estos servicios y no la mayoría del pueblo. En la actualidad los “nuevos ricos” y otros que no son ricos pero viven como tal, disfrutan de esos servicios mediante diferentes alternativas, la mayoría de las veces no legales.

Modificar o eliminar algunas normativas que prohíben o limitan determinados derechos de la población, con el Comandante dirigiendo nuestra revolución, resultará más fácil y beneficioso para el país. Tendría un efecto muy positivo en el estado de ánimo de nuestro pueblo.

El disfrute del derecho subjetivo de poder hacer o no hacer constituye una conquista espiritual del ser humano. Restringir un derecho, genera frustración e inconformidad, aunque la persona esté conciente de que nunca llegaría a disfrutarlo debido a su posibilidad económica, de salud u otra circunstancia. Está demostrado que lo prohibido genera un efecto contrario del que se pretende alcanzar, o cuando menos, crea descontentos y opiniones desfavorables.

En la carta al Comandante en Jefe, de la cual hice referencia anteriormente, le enumeré, con mayores argumentos de los que aquí expongo, algunas medidas que podrían ser modificadas y entre ellas las siguientes:

Eliminar el Permiso de Salida y Entrada al País para los cubanos. Medida tomada para la defensa de la Revolución, que cumplió su rol. Liberar la salida no excluye que se pueda restringir la salida de una persona o de determinadas categorías laborales o profesionales, por interés de la seguridad estatal.
Permitir el libre acceso al servicio celular y abaratar su costo. (existe un proyecto de extenderlo a particulares cubanos desde hace meses, pero no acaba de hacerse realidad).
Permitir que la población pueda adquirir en las tiendas o importar computadoras y demás medios informáticos, videos, equipos de reproducción, entre otros.
Permitir el libre contrato del Correo Electrónico y de Internet. Eso no son lujos, constituyen necesidades y realidades que van en correspondencia con el desarrollo tecnológico mundial.
Permitir el libre alojamiento de los cubanos en los Hoteles. La ocupación de la capacidad hotelera sería óptima. No excluye que se pueda restringir determinadas áreas o instalaciones, o reservar capacidades para el turismo internacional.
Reformular las normas sobre la propiedad del Transporte Particular. Se podría autorizar el traspaso de propiedad, exigiendo el pago del valor residual que el estado le financió.
Reformular las normas sobre propiedad, traspaso y adquisición de la vivienda. Podría ponerse limitaciones de que fuera solo entre nacionales. Justificar el origen del dinero, así como exigir el pago del valor residual que el estado le financió.

Existen otros que no formulé en ese momento pero podrían incluirse como:

Eliminar la práctica de vender autos viejos a los cubanos que se lo han ganado. Por qué los cubanos no pueden acceder a un auto nuevo, que al final es más económico al país. Hay extranjeros haciéndose ricos trayendo autos chatarra, obtenidos en rastros, para vendérselos a nuestros artitas, deportistas, internacionalistas y cubanos que por cualquier motivo les ha sido asignado. Después genera un gasto en piezas, que también se les vende a precio exorbitante en las cadenas de tiendas.
Perdió su esencia, como mecanismo para recoger divisas, la tasa comercial que se aplica en la tienda en moneda convertible (210 al 240 por ciento), que encarece extremadamente los productos al consumidor y afecta el salario real del cubano.
Permitir a los cubanos al servicio de empresas extranjeras o que hoy, de forma ilegal le prestan múltiples servicios a los mismos, y cobran “por la izquierda”, el establecimiento de contratos privados que les permitan declarar el dinero que reciben de estos, pagando los impuestos correspondientes y evitando continúen en la ilegalidad. Esto permitiría prestarle protección legal a los mismos, que en ocasiones son estafados y no pueden recurrir a ninguna instancia a solicitar apoyo o justicia.
Conceder estos derechos ayuda en el proceso difícil y complejo del rescate de valores, de eliminación de ilegalidades y de consolidación de la identidad y prestigio de los cubanos revolucionarios y patriotas en su propio país, en las relaciones y comparaciones con personas extranjeras y con los propios cubanos que hoy sustentan la categoría de emigrados.

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